Obsesión [Frostcup]

2. Oscuridad

-Inutil-

Gritos

-Estúpido-

Llantos

-Eres una escoria-

-Perdedor-

Risas

-No mereces vivir-

-Demonio, monstruo-

-Deberías morir-

Esas pocas palabras se repetían una y otra, y otra vez. Entre gritos, murmullos, llantos, risas desquiciadas, susurros, quejidos de dolor. Me estaban consumiendo, me están enloqueciendo.

-¡Silencio, Silencio. Basta!- Me decía a mi mismo, tratando de callar esas voces que me desgarraban internamente.
Intente huir, pero unas cadenas invisible me ataban y me tenían inmovilizado en ese lugar.

Mi corazón palpitaba a tal velocidad que lo creí inhumano, mire mi alrededor y todo en ese lugar era igual... Solo Oscuridad.
El espesor de la negra habitación dificultaba mi respirar ... No, me estaban ahorcando. Manos, negras como la misma noche, un aliento gélido se hizo presente atrás de mi.

-¿Tienes miedo?- Una voz monstruosa que haría a cualquier valiente, cagarse en sus pantalones del espanto, resonó con un tortuoso eco por toda la habitación, haciendo callar las demás voces, como si ninguna esperará que esta se hiciera presente, como si le tuvieran respeto.... Miedo.

Cerré mis ojos con fuerza, tenia miedo, mucho miedo, pero aunque quisiera gritar por ayuda, algo me lo impedía.

-Ja, claro que tienes miedo. Pero no deberías Jack- Las manos que sostenían mi cuello me soltaron, dejando entrar aire a mis pulmones. La presencia se movía de un lado al otro, no la veía pero si la sentía y no ver lo que me hostigaba hacia que mi pánico aumentara.

-¡Alejate!- Grite a todo pulmón. Sentí como el ambiente del lugar cambio, si antes era tenebroso ahora era aun mas siniestra.

-¿Alejarme de ti?- Comenzó a reír macabramente -Jack ¿Como quieres que me aleje de ti? ... Si ... Yo soy tu- Luego de escuchar eso, un silencio fúnebre se expandió por toda la habitación. No se si fue el instinto o la misma curiosidad que me obligo a abrir mis ojos. Todo era igual, la misma oscuridad que vi desde que me dormí, solo había una diferencia y esa diferencia era la persona que estaba parada frente a mi.

-Hola Jack, no sabes cuanto espere por verte- Una sonrisa torcida se formo en su rostro o ¿era el mio?
Frente a mi, rompiendo cualquier ley o lógica del mundo, estaba parado mi viva imagen. Si no fuera por algunas variantes en su imagen, ya estaría pensando que había muerto y lo que veía era mi cuerpo. Pelo oscuro, oscuro como todo lo que me rodeaba, piel opaca, grisácea casi tirando al negro y unos perturbadores ojos dorados, que me miraban fijos, que imponían miedo.

-¿Quien eres? ¿Que es este lugar? Dejame ir- Las palabras salieron atropelladas de mi garganta, pero era el mismo pánico que no me dejaba actuar con tranquilidad.

-Jack me ofendes. Después de ayudarte tanto en tu misera vida ¿Te atreves a preguntarme quien soy? Me lastimas- Fingió estar dolido, llevándose una mano al pecho y haciendo un gesto como si le hubiera clavado un puñal. Esa voz ... No puede ser.