6. El Gatito y El Colgado

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El sótano, tan oscuro, tan frío, ocultando tantos recuerdos tristes o realmente perturbadores. Desde los sollozos desgarradores de un pequeño niño albino de 4 años, quien sus padres tenias sin cuidado, débil y muerto de hambre. Se encontraba encerrado en ese oscuro lugar, con heridas de gravedad y con unos cuantos cortes en sus bracitos y piernitas, las cuales brotaban sangre a borbotones. Un pequeño niño que perdió su inocencia y su infancia en base a golpizas brutales.

Un pequeño niño que creció sin saber que era el cariño, hasta que conoció a otro niño, un pequeño castaño. Quien lo ayudo y resguardo en los momentos mas difíciles de su vida. Creyó que era un ángel y así perduro ese pensamiento.

Ahora esos niños no son tan niños, ahora ellos eran adolescentes. El albino se enamoro pérdidamente del castaño, pero como nunca conoció lo que era sentir amor. Nunca pudo expresarle lo que sentía.
Y ahora, la única solución que encontró para poder mantenerlo a su lado, era eliminando a cualquier obstáculo.

Y eso es lo que debo hacer, porque esa es mi historia y ahora me encuentro en el mismo sótano que me vio llorar a mis 4 años preguntandome porque me sucedían estas cosas, si yo era un niño bueno.
El mismo sótano que vio mi sonrisa de satisfacción al matar a puñetazos a mi padre y torturar a mi madre.
El mismo sótano que vio como gritaba de dolor y agonía mientras Frost se apoderaba de mi mente.
El mismo sótano que se baño en la sangre de escorias que intentaron interferir entre mi castaño y yo.
Y este es el mismo sótano donde preparare el regalo a mi pequeño ángel.

Prendí la luz y me acerqué al pequeño morocho que se encontraba temblando del miedo. Sonreí.

"Jack, sus ojos, sus orejas, sus dientes"

Ya se. Sera el mejor regalo de todos.

Pase el filo del cuchillo por el pequeño cuello del menor, recibiendo un quejido de su parte.

-¡Bastardo! Alejate. Lo tocas y te matare imbécil- Una voz resonó a mis espalda.

"No creo que un muerto pueda asesinar a un vivo"

Cierto.

Me voltee encontrandome con la mirada de odio de un chico mayor a mi, supondre que es el hermano del pequeño morocho.

-No te preocupes. No le haré nada o no mucho - Dije acercandome y empujandolo levemente para que girara en su eje. Sonreí.

-Es mas debe de estar emocionado. Va a ser el regalo para un ángel- Dije tomando con ambas manos el rostro del colgado. A lo que recibí como respuesta un escupitajo en mi rostro.

"Bastardo"

-No debiste haber echo eso teniendo en cuenta la situación en la que te encuentras- Dije acercandome a la mesa de herramientas y tomando la pala. La mire por un momento, no era filosa, ni punzante, pero si se usaba indebidamente podía llegar a ser letal.

"Eso es lo que espero"

-Mas te vale soltar a mi hermano o te juró que...- no pudo continuar debido a que un palazo en el estómago lo dejo sin aire.

"¿Es qué no aprende cual es su posición?"

Yo se la enseñaré.

-¡TADASHI! MALDITO, NO LE HAGAS DAÑO- Grito el gatito.

No,no, no, se supone que los gatos maullan

Hay que enseñarle

A ambos

Me acerque a el pequeño, quien se encogió del mismo miedo. Ja, cobarde.

-Silencio, no me hagas enojar o sino . . . bueno, no es como si les quedara mucho tiempo de vida- Reí. Y lo amordace para que no hablara mas. De ahora en mas sera un espectador. . . Al menos hasta que termine con la basura colgante.

Obsesión [Frostcup]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora