Te perdi

62 0 0
                                    

Eran las 7 de la mañana del día siguiente al desastre, revise mi ordenador, aun no había señales de él, el mensaje aun no tenia la leyenda de leído, me mataba la incertidumbre, ¿que haría si decidía llamarme? ¿Si decía que me amaba una vez mas?, detuve mis pensamientos en seco

 -no lo hará, no se lo permitiré- me dije a mi misma en voz alta para poder creerlo

Me levante a regañadientes, apenas consistente de mis movimientos, seguía pensando en que pasaría cuando el leyera ese mensaje, deseaba que volviera, me arrepentía de todo, quería que todo fuera igual, pero no podía seguir engañándome, nunca podría borrar de mi memoria sus manos entrelazadas y sus sonrientes caras, esa imagen siempre estaría en mi mente, siempre que lo mirara lo vería con ella, ya no podía volver a ser la incrédula de antes.

Llegue sin darme cuenta a mi cocina, tome un poco de jugo y lo bebí, encendí el televisor. Mi celular comenzaba a sonar, estaba en el centro de la mesa junto a la lap, lo tome presintiendo que era el, mire la pantalla confirmando mis temores, voltee el celular y lo coloque en la mesa, nuevamente, me rehusaba a contestar.

El teléfono seguía sonando una y otra vez, no iba a atenderlo, no quería escuchar mas de sus mentiras, si lo escuchaba otra vez tal vez le creería y volvería para seguir destruyéndome, no estaba dispuesta a permitirlo, tenia que ser fuerte.

Cambie los canales una y otra vez durante casi tres horas, nada podía retener mi atención por mucho tiempo, tenia que distraerme en algo, solo el trabajo podría distraerme en un momento así pero era domingo por la mañana y el mundo se confabulaba para que yo cayera nuevamente en sus redes, estaba segura que no seria tan difícil solo quería una excusa para seguir con el y no sentirme culpable.

El celular siguió sonando, ahora no era su tono de llamada, era el sonido de un par de mensajes, uno, cinco, ocho, eso creía. No iba a mirarlos

Volví a tirarme en el sofá, el ordenador seguía encendido, la pantalla permanecía aun con el chat activo,  parpadeaba indicándome que tenia mensaje sin leer "no puedes evadirlo por siempre" me dije mientras tomaba mi ordenador desganada.

"Déjame explicarte por favor, no es lo que crees"

"Contesta el teléfono"

"Maldita sea Kat, contesta el maldito teléfono"

"Estoy como estúpido aquí marcándote, arriesgándome a que ella me arme un numerito, vamos ¿vas a contestar o no?"

"Por favor Kat, te amo, tenemos que solucionarlo"

"Si no contestas el maldito teléfono  te juro que se termino esta vez, no volveré a contestar ni un solo mensaje tuyo"

"Perdóname Kat, estoy como loco, no quiero perderte, habla conmigo por favor"

Y en estos mensajes quedaba perfectamente retratada mi relación con Daniel, ahora lo notaba, las amenazas con las que generalmente me hacia ceder ""asi debe ser, ya sabias que yo era casado" voy a dejarte si no lo haces", "tiene que ser así o no podrá ser", siempre tenia que ceder si quería seguir con el.

"Estas aquí, veo que has visto mis mensajes por favor Kat, tan solo contéstame, si no  quieres volver a verme juro que no te buscare mas, pero por lo menos habla conmigo una vez mas"

"No"  esa fue la contestación que le di a la Kat que quería contestar su mensaje, la Kat que estaba armando un berrinche deseosa de correr a sus brazos, la misma Kat que le creyo tontamente "no" esta vez no tonta e ilusa Kat, esta vez dejaremos a la adulta y malvada Kat arreglar tu desastre.

La amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora