Capítulo 5.

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Una multitud de adolescentes se encuentran en la playa ibicenca. En la arena hay un enorme escenario donde un DJ está pinchando música electrónica. Aunque la fiesta acaba de empezar, la mayoría de la gente ya está borracha, saltan y bailan al ritmo de la música. Las pulseras fluorescentes que llevan y el confeti que sale disparado de los cañones que hay en el escenario hacen que la playa se llene de color. Julen, Carlos, Novoa, Álex, Sol y Julia acaban de llegar a la fiesta. Ainhoa, sin embargo, les ha dicho que irá un poco más tarde porque no sabía que ponerse. Al final optó por un bonito y sencillo vestido rojo, y recogió su melena rubia en una trenza de raíz que caía sobre su hombro derecho. Está caminando hacia la playa donde se encuentra el resto de sus amigos cuando pasa por la casa de Hugo. De repente se le ocurre una idea. La chica se dirige hacia la puerta nerviosa, y sin pensárselo dos veces llama al timbre. Hugo aparece tras esta y por su expresión Ainhoa ve su sorpresa al verla. Más sorprendida aún está ella, pues el jóven tan sólo lleva puestos unos pantalones cortos de chándal. Su torso desnudo y sus brazos musculosos están completamente descubiertos, dejando a la vista una gran cantidad de tatuajes en su brazo izquierdo.
-¿Qué haces aquí?-El chico parece nervioso, mira tras la chica esperando que no haya nadie más con ella.-¿Estás sola? ¿Le has contado a alguien que vivo aquí?
-Hola... sí vengo sola, no le he dicho nada a nadie, como me pediste.
-¿Y qué quieres?-Le pregunta con un tono algo antipático que deja desconcertada a la joven.
-Bueno, yo.. quería agradecerte lo de hoy. Mis amigos y yo vamos a una fiesta cerca de aquí, me preguntaba si querías venir.
-No. - Ambos se quedan callados por un momento. Ainhoa está confusa, ¿Por qué está siendo tan borde y frío con ella? Por fin consigue reaccionar y formular palabra.
-Pero...
-Ya te he dicho que no. Y no vuelvas a venir a mi casa, olvídate de que me has conocido.-Hugo cierra la puerta bruscamente antes de que Ainhoa pueda replicar algo. ¿Por qué ha actuado así? No parecía la misma persona que horas antes le había ayudado y se había portado tan bien con ella. La chica, decepcionada y confusa, decide seguir su camino hacia la fiesta y reunirse con el resto de sus amigos.

Alex y Julia se han sentado en una de las tumbonas que se encuentran en la arena. Álex está chateando con Marcos. Julia, por otro lado, no puede quitarle ojo a Carlos, que está muy pegado a una chica morena con el pelo muy largo y rizado mientras bailan. Debe ser Mireia, con la que le había oído hablar por teléfono hacía unas horas en su valcón. Bueno, ¿y qué le importa a ella? Si a penas conoce a Carlos, si no tiene ni el mínimo interés en él. ¿O sí? La chica suspira.
-¿Y esas caras?-Es Ainhoa, que se acaba de sentar junto a sus amigas.
-Ah, hola Ainhoa, ya has llegado. Yo... echo de menos a Marcos. Ojalá estuviera aquí.
-Qué exagerada eres Álex, llevas solo un día sin verlo.
-Lo sé Ainhoa, y me faltan dos meses para volverlo a ver...
-¿Y a ti qué te pasa, Julia?-Pero Julia ni siquiera ha escuchado a su amiga, sigue inmersa en sus pensamientos mirando a Carlos.-¡Julia!
-Eh.. sí, no, nada, no me pasa nada. Creo que voy a tomar algo. Después nos vemos chicas.
-Qué rara está.-Le comenta Álex a Ainhoa mientras ven alejarse a su amiga.-A ti tampoco se te ve buena cara.
-Digamos que no he empezado bien la noche...
-Bueno, al menos otros se lo están pasando bien. - Álex se refiere a Julen y a Sol. El chico se está enrollando con una tía que probablemente acaba de conocer. Y Sol está bailando enérgicamente, se nota que ha bebido más de la cuenta.
-Mira quién no le quita ojo.-Dice Ainhoa señalando a Novoa, que está de pie junto a Carlos y una chica con el pelo rizado.
-¿Crees que a Novoa le mola Sol?
-No sé, sólo digo lo que veo.-Las dos ríen.-Es un tío un poco extraño, ¿no crees?
-Sí, es bastante tímido.
-Bueno, creo que es hora de ir a disfrutar. Paso de que el idiota de Julen me llame luego histérica amargada, si él puede pasárselo bien, yo me lo pasaré mejor.
-No te cae muy bien, ¿verdad?
-Es insoportable... creído, vacilón, arrogante e imbécil. En fin, voy a bailar con Sol, ¿Te vienes?
-No tengo ganas, nos vemos después.
-Como quieras, pero alegra esa cara.-Álex le da un beso en la mejilla a su amiga y se adentra en la multitud. Ainhoa pasa más de media hora sentada en la tumbona, no tiene ganas de bailar y está cansada. ¿Para qué seguir allí? La rubia se pone en pie y decide marcharse a casa.
Lleva más de veinte minutos andando, antes no había tardado tanto en llegar a la playa. Mira hacia su alrededor, aquella calle no le suena, es muy oscura y hay bloques de pisos en vez de las casas por donde antes había pasado para llegar a la fiesta. ¿Está perdida? Tal vez lo mejor sea volver hacia la playa y retomar el camino de nuevo. Justo entonces escucha unas voces detrás suya.
-Hola guapa, ¿qué haces tú aquí solita? - Es un tipo unos años mayor que ella, está desaliñado y huele bastante a alcohol. No está solo, dos tíos con las mismas o peores pintas que él están a su lado.
-¡Vaya culo y vaya tetas! ¿Quieres pasar un buen rato con nosotros?-Dice uno de ellos.
-¿Qué tal si os vais a la mierda?-Ainhoa se da la vuelta y se dispone a marcharse de allí cuanto antes, pero los tres tipos la alcanzan antes de que ella pueda salir de aquella calle.
-Será mejor que cuides lo que dices bonita...-Dice el tercero, agarrándola del brazo-Ya verás lo bien que nos lo vamos a pasar...
Los tres hombres se acercan cada vez más y mas a ella, la intentan agarrar pero Ainhoa se resiste. Está asustada, muy asustada. Grita pidiendo ayuda con esperanza de que alguien que viva en aquellos edificios la escuche, pero eso no pasa. Está sola. Uno de ellos empieza a bajarle el tirante del vestido lentamente mientras los otros dos la miran y se ríen.
-No te atrevas a tocarme, asqueroso.-Dice ella mientras las lágrimas le corren por las mejillas.
-Pero si lo vas buscando tú, vestida de esa forma, puta.-Los tres empiezan a reírse. Ainhoa cada vez está más asustada, cierra los ojos con fuerza esperando que todo aquello sea una pesadilla. Comienza a sentir como el tipo está bajando el otro tirante de su vestido. Ha dejado de oír las risas y los insultos de aquellos hombres, no escucha nada, está bloqueada. No quiere abrir los ojos. No puede. De repente siente como una mano la agarra de su brazo y tira de ella, liberándola de aquellos tipos.
-¡Sube! ¡Rápido!-La chica no duda ni un segundo y monta en la moto negra. El vehículo comienza a dar vueltas al rededor de los tres borrachos. El joven se quita el casco y los mira con desprecio.
-Me he quedado con vuestras caras, procurad que no os pille, hijos de puta.-Y dicho esto se fue de alli a toda velocidad. Ainhoa se aferró a él con fuerza, aún lloraba por el susto.
-Hugo... yo... muchas gracias.
-Es la segunda vez que te salvo en un día, no lo vayas a tomar por costumbre, ¿eh?
-Gracias. -Dijo ella entre sollozos, aferrada aún a él. Al chico le enterneció. Sonrió y aceleró, en dirección a casa.

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