Abrí los ojos sobresaltada y escruté en la oscuridad mientras intentaba recordar lo ocurrido la noche anterior. La puerta de la habitación se abrió y pude ver el cuarto con más claridad. Las paredes eran marrón café y había una ventana con las cortinas corridas. La persiana estaba bajada.
- Eh, chica ¿Cómo te encuentras?- me preguntó el hombre que había abierto la puerta. Tendría alrededor de treinta y pocos o veintimuchos años y llevaba barba de varios días. No le podía ver muy bien con la poca luz que entraba desde la puerta, pero si alcanzaba a ver que tenía unos ojos marrones y el pelo oscuro. Le miré con cara asustada.
- Dios Jem, ¿Cómo crees que se encuentra después de lo de anoche?- bufó la mujer que estaba a su lado apoyada en la puerta. Le llegaba por la altura del pecho a su compañero. Tenía el pelo recogido en una coleta. Sus ojos eran de ese color ámbar que cambiaba según como le diera la luz. Se giró para mirarme y me dijo con voz suave- ¿Recuerdas lo que paso anoche?
- ¡No! ¡No recuerdo como he llegado hasta aquí!- grité mientras les miraba aterrada.-¡Me secuestrasteis y me drogasteis ¿no?!
-No te hemos secuestrado, - me respondió con voz calmada el hombre al que la mujer había llamado Jem, mientras se dirigía a la ventana.- Ni siquiera tiene barrotes la ventana- repuso levantando la persiana.
Todo lo que se podía ver era un espeso bosque, tardaría bastante en recorrerlo para llegar a algún sitio donde pudiera pedir socorro. Y lo más probable era que me atraparan antes, iba descalza y con un chándal, que debían haberme puesto ellos, que me quedaba un par de tallas más grande. Además los dos parecían estar en buena forma.
-Puedes irte cuando quieras, pero antes queremos hablar contigo de lo ocurrido anoche, podemos ayudarte.
-Hice... ¿Hice algo malo anoche?- estaba preocupada, no recordaba nada de la noche anterior.
- No, no. No hiciste nada, más bien te te paso, esto... Algo. ¿Que tal si lo hablamos desayunando? Hay churros con chocolate...
-¡¿ME ESTÁS DICIENDO EN SERIO QUE VAYA A DESAYUNAR TAN TRANQUILAMENTE CUANDO NO SÉ COMO DEMONIOS HE LLEGADO AQUÍ, Y LO MAS PROBABLE ES QUE ME HAYAÍS SECUESTRADO PARA FORMAR PARTE DE UNA SECTA O ALGO ASÍ?!
-Si, supongo que estoy diciendo eso. Seguro que tienes hambre.
-Jem, esto se te da de pena - intervino la mujer.- Mira anoche te sucedío algo bastante traumático y es normal que no puedas recordar nada. Yo también pase por eso. Pero entonces no había nadie para ayudarme a comprender. Se podría decir que, dentro de lo que cabe, has tenido suerte, estábamos allí cuando paso y podemos ayudarte. Aunque tendrás que creernos por muy inverosímil que te parezca lo que digamos...
-Y por favor evita tirarnos la vajilla a la cara ...- la interrumpió Jem.
- Cierra el pico Jem, o la que te tirará los platos volveré a ser yo.
- Era por si acaso, Vi.
-No pienso unirme a vuestra secta- repliqué desconfiada, pero me levanté de la cama mientras me rugía la tripa.
Les seguí fuera de la habitación por un pasillo gris ceniza. Estábamos en la segunda planta. Cuando íbamos a bajar las escaleras se abrió otra de las puertas del pasillo. De ella salió una nube de vapor y un chico con el pelo mojado y una toalla alrededor de la cintura. Tenía un tatuaje en el pecho pero no llegaba a distinguir que ponía en él. Me miró con una sonrisa ladeada mientras se pasaba las manos por el pelo y dijo:
- Bienvenida a nuestra secta.
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Bueno sé que es un primer capítulo muy corto, pero los demás irán siendo más largos.
Es la primera vez que comparto algo que escribo, así, públicamente, pero espero que alguien me lea y le guste. Si os ha gustado votar y comentar con vuestras opiniones, responderé todos los comentarios. Más que votos lo que me interesa es que comentéis contándome que os ha parecido. En un par de días subiré el capitulo dos.
Besos Ella <3
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Lunas de Invierno
ParanormalUn mordisco. Una vida cambiada. Una manada. Una familia. Una luna. Una chica. Un nuevo destino. Un día te despiertas en un lugar desconocido. No recuerdas nada de la noche anterior. Y de repente ves que tu vida ha cambiado. Nada volverá a ser lo mi...