Capitulo 2
Yulian
Bueno al fin mi inquilino me contesto y me cito para hoy en la tarde. No pasaron dos segundos desde que la puerta del ascensor abrió y la señora espia salió por la puerta de su apartamento para ver quién era. Le saludo con la mano y me detengo frente a la puerta de mi apartamento, donde se supone que esta Ron, mi inquilino.
Del apartamento se escucha una música de Rock, algo fuerte, asi que supongo que por el ruido no escucha las veces que he tocado a la puerta. De otra forma desido enviarle un mensaje:
Yulian: "Puedes abrir la puerta, por favor."
Escucho como la música se interrumpe la música, asi que asumo que es su celular lo que esta activado y le llego mi mensaje. La música seso y la respuesta llego en segundos
Ron: "De acuerdo, dame unos segundos, estoy en panos menores."
Sentí como mi cara se cubria de color rojo de tan solo imaginar al hombre que via ayer en panos menores. Sentí mucho calor, un calor que hace mucho no sentía, ni siquiera con Bill, mi ex esposo.
Yulian: "Tranquilo, no tengo prisa."
Luego de unos minutos vuelvo a escuchar pasos dentro detrás de la puerta, inconscientemente paso mi mano por mi cabello, hasta que escucho como el seguro de la puerta es quietado y esta se abre. ¡Por Dios! No se parecía en nada al hombre cansado que paso ayer por mi lado cuando me fui del edificio. Por su cara de impresión me reconoció, vi como sus ojos se abrieron más de la cuenta.
-No lo puedo creer.
- ¿Puedo pasar?, tu vecina me está dando miedo, no deja de mirarme desde que llegue.
- Claro, tranquila no es peligrosa. – dijo cerca de mi cuando pase por su lado.- Así que tu eres la que me quiere sacar del apartamento, porque jamás te conocí.
-Lo siento muchísimo, pero debo mudarme de donde estoy lo antes posible. Cuando me fui le encargue al dueño del edificio que se encargara de rentarlo, por mi.- Veo todo a mi alrededor y noto que ha cambiado mucho desde que fue mío. Es mas masculino y más maduro, que mi decoración de niña universitaria.
-Bueno, debe ser bastante urgente.- dice dirigiéndose a la cocina.- No voy a discutir, pero te pido que me des unos días, tal ves una o dos semanas para yo conseguir un lugar para mí.
-Lo entiendo.- le dije, sabía que decía la verdad, tampoco lo puedo dejar en la calle.
-Ok, vamos a hacer algo, un trato. Quedate a comer y mientras tanto pensare en algo para resolver el problema de ambos, este dilema.
-No tienes que hacerlo, se que te estoy molestando.- me sentía avergonzada por sacarlo del apartamento.
-Insisto.- se volvió a dirigir a la cocina y desde alla escuche que decir mas bajo.- Odio comer solo.
Ronald (Ron)
Vamos a analizar los factores, no quiero irme del apartamento y ella necesita volver. Yo no paso mucho tiempo aquí, el apartamento necesita alguien constante aquí, mantener la poca vida que tiene. No es mala idea, el problema es que ella acepte mi descabellado plan, mas bien, mi desesperado plan.
Luego de la cena, la cual fue sorpresivamente agradable, decidí soltar mi idea, es mejor morir en batalla que huir.
-Te hare una propuesta.- me acomode en mi asiento y ella me miro como si me hubiera salido una segunda cabeza.- No me mires así, tu decides si aceptas yo no me opondré en nada.
- Se acuerdo, habla.- dijo muy decidida adquiriendo una posición de mujer de negocios, una muy jodidamente sexy mujer de negocios.
-Vivamos juntos.- ella detuvo la taza de café que dirigía a su boca cuando me escucho.- Creo que no me explique bien.
-Inténtalo.
-Soy piloto, no paso mucho tiempo en tierra. Unas dos semanas de cada mes, las otras son mis turnos.
-¿A qué punto quieres llegar, Ron?
-Ven, múdate. Seguiré pagando mi renta, vivamos juntos, al menos lo que yo consigo donde irme. No tendrás que soportarme mucho tiempo.
-¿Cuándo vuelves a viajar?
-Dentro de dos semanas.
Ella se quedo pensando, estoy seguro que en la locura de mis palabras. Me tome el atrevimiento de observarla, de beria de estar en los treinta años, bastante hermosa, no tenia nada que envidiarle a una chica de viente, tenia unas piernas larga que vi desde que entro por la puerta, caderas y senos proporcionados a su estatura. El pelo negro largo hasta la mitad de su espalda, sus ojos aperar de ser grandes y de color oscuro, se veian apagados, como si no hubiera alegría en ellos, las sonrisas que daba no llegaban hasta sus ojos, no se reflejaban. Era como si le faltara algo , como si le hubieran quitado una parte de ella. Por alguna razón nació en mi este instinto protector, sentía una inmensa curiosidad de saber quien le había hecho daño. Queria ser yo el que devolviera la sonrisa real, su forma de vestir no era colorida y su maquillaje no era llamativo para su rostro, de hecho se veía mayo de lo que se que es.
-De acuerdo.- dijo sacándome de mis pensamientos.
-Perfecto, ¿necesitas que te ayude en la mudanza?
-No, tranquilo, no son muchas cosas.- dijo con una sonrisa de pena.- Pero, tengo mis condiciones.
-¿Cuáles?
-No pagaras renta
-Pero...
-No he terminado.
-De acuerdo me callo.
-Compartiremos los gastos, no voy a cobrarte una renta cuando yo estoy viviendo contigo.
-Pero es tu apartamento
-Sí, pero técnicamente soy yo la que te invado
-De acuerdo, acepto esa condición, gastos a la mitad. ¿Alguna otra condición?
- Si, voy a redecorar el apartamento.
-¿Por qué? A mi me parece bien.- dije observando alrededor de la mesa, el departamento no tiene mucho de decoración y recuerdo que al mudarme cambie los colores vivos por unos más relajados.
-Claro, acabo de comprobar que eres hombre, las cortinas son muy oscuras, no tienes plantas y nada que le de vida a este lugar.
-Ok, soy un asco decorando, haz lo que desees- dije rindiéndome ante ella, haciéndola reír – Solo te pido algo.
-Dime
-Nada de rosa.
-Trato hecho
Cuando decidimos terminar con nuestra reunión de negocios, que fue en lo que se convirtió la comida, ya era entrada la tarde y ella debía irse. Cuando la acompane hasta su auto, me percate de lo viejo que era, además del hecho que viviríamos juntos y no nos habíamos presentado formalmente.
-Ronald – dije ofreciéndole mi mano
-¿Qué?- dijo confundida mirando mi mano y luego mi rostro.
-Ronald, ese es mi nombre, aunque me llaman Ron
-Yulian, aunque me llaman Yuly.
-¿Por qué?
-No tengo idea, Ronald.
Me dedico una hermosa sonrisa y se monto en su auto dejándome con una estúpida sonrisa en mi cara.
-Esto va a ser muy interesante...
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Los dejo con este capitulo,.... ya la cosa va cogiendo forma.....
como nota, van a notar que el nombre de la protagonista cambio de Julian a Yulian, para que se les haga mas fácil la pronunciación.
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La Casera Y El Inquilino
RomanceComo sales de un abismo? De un momento a otro tu vida se hace un caos, un amor fallido, un divorcio, en la ruina y un inquilino decidido a hacerte sonreír nuevamente. Conoce la historia de Yulian, una mujer que se descubrirá a si misma luego de f...