Epilogo (Parte I)

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Les traigo la primera parte de este final, espero que les guste... ya pronto nos veremos en mas emocionantes aventuras....

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Epilogo I

Ronald (Ron)

"No vuelo a hacerlo". Estoy más nervioso que nunca en mi vida, ni siquiera en mi boda estuve tan nervioso. Mi mujer, mi esposa, mi Yul, está en la sala de operaciones. Esto es un martirio para mí, pero a la misma vez que soy masoquista. John esta igual de nervioso que yo, pero en su caso, el no oculta su nerviosismo.

-¿Cómo demonios puedes estar tan tranquilo, hombre?

-¿Tranquilo? Mierda John lo menos que estoy es tranquilo, mi esposa esta allí adentro y no me permitieron entrar con ella. – le dije tirándome al respaldo de la silla en la sala de espera del hospital.

-Como vuelvas a hacerla pasar por esto, te matare yo a ti Ronald- me dijo John.

En los últimos seis años John y Yul se han tenido un amor de hermanos, inclusive más poderoso que el mío con John. Seis años, ese es el tiempo que ha pasado desde que oficialmente estoy casado con Yulian, es la edad de nuestro hijo mayor, Jonathan, también el tiempo que llevamos viviendo en nuestro nuevo hogar.

-¿Bromeas? Te juro por lo más sagrado que no volverá a quedar embarazada.

Sí, mi esposa está siendo sometida a una cesaría de emergencia a sus ocho meses de embarazo de nuestra hija, ella se había adelantado y no estaba en la posición correcta. Esta seria nuestro cuarto hijo, además de Jonathan de seis años, estaban los gemelos, Erick y Ricardo, de cuatro años. Por un descuido mutuo Yul volvió a quedar embarazada por tercera vez de nuestro cuarto bebé, el cual seria una princesa, nuestra niña.

Llevamos a los varones al parque durante la mañana para que Yul pudiera descansar, ya que durante la noche se paso dando vueltas en la cama incomoda. Bell se había quedado con ella para que no se quedara sola en la casa, sabíamos de antemano que era un embarazo fuerte y complicado. Unas tres hora de estar en el parque John recibió la llamada de Bell diciendo que teníamos que regresar porque mi Yul no se sentía bien. Cuando llegamos a la casa, subí rápido a la habitación y mi esposa estaba doblada del dolor en nuestra cama. Ahora estoy aquí, volviéndome loco en la sala de espera por dos horas sin señales de cómo están mi esposa y mi hija. Una hora atrás John había llegado y estaba como perro enjaulado por qué no nos decían nada. Bell se quedo en casa con mi tres chicos, además con su princesa Alejandra, adicional de que Bell esta esperando un varoncito, el cual según su padre llamara Ronald.

Todo pensamiento escapo de mi cuerpo cuando veo al doctor salir por las puertas dobles, venia con su típica ropa azul de quirófano y un pañuelo en el pelo, está limpiando sus manos y pude ver que había rastro de sangre en ellas. Mi corazón se detuvo, dejo de funcionar, mis manos sudaban y mi boca tenia un sabor amargo, si algo pasaba simplemente me moriría. Reaccione cuando John apretó mi hombro.

-La bebé esta fuera de peligro, tendrá que estar varias semanas en incubadora, aun es prematura pero está bien y sus pulmones están bien desarrollados.

- ¿Mi esposa?- John apretó mas mi hombro dándome su apoyo.

-Ella está débil, tuvo una hemorragia durante la cesaría, perdió mucha sangre. – Siento las lagrimas bajar por mi cara.- Ella está siendo transfundida en este momento, solo queda esperar a que responda.

-¿Cuándo puedo verla?

-En unas horas podrá pasar a ver a su esposa y a su hija a la sala neonatal.

Esta pesadilla duro durante tres semanas, semanas que solo iba a casa a darme un buen baño, ver a mis hijos y volver con mi esposa y mi hija. Mi pequeña Amanda Sofía estaba fuera de peligro, es hermosa como su madre, con su piel blanca y su poco cabellos castaño, mierda mi hija es un ángel hermoso. Bell y yo se encargaban de mis hijos el tiempo que yo no estaba con ellos, de los tres Jonathan era el mas consciente de que algo pasaba, llamaba todos los días luego de salir de la escuela para saber cómo estaban su madre y su hermana.

Una noche, como las últimas semanas, estoy meciendo a mi hija en mis brazos, mientras termino de hablar con mi hombrecito por teléfono, escucho el susurro, cuando me volteo veo esos grandes ojos que me matan, los ojos de mi esposa mirándome.

-¿Despertaste mi amor?- estoy más que asombrado. Logro dejar a nuestra hija en su carrito de neonatal.

-Eso creo- me dice- Mi ga...garganta.

-Ya voy.- tomo un poco de agua de su mesita y se la doy en la boca- Sorbos pequeños amor.- ella obedece y veo que esta mas asustada que sorprendida.- Por Dios, Yulian, al fin despiertas.

Beso su boca, suave, sus labios se sentían fríos, pero se que era por el tiempo dormida, pero eran sus labios que me correspondían el beso. Estábamos llorando, sus manos están en mi cara cuando nos interrumpe el sonido de mi hija en su cunita. Me despego de mi esposa para tomar a nuestra Amanda en mis manos. Una enfermera entro mientras le mostraba a nuestra hija.

-Es hermosa—dice suavemente. La enfermera la reconoce y la ayuda a acomodarse sentada en la cama. - ¿Puedo cargarla? -Le pregunta a la enfermera

-Claro corazón, es tu hija. Solo debes tener cuidado estas algo débil aun, aunque estoy segura que tu esposo te ayudara.

-Por supuesto que si.

Unas horas después de que pusiera al día a mi chica, inclusive logro darle de comer a nuestra bebé. Llamamos a nuestros hijos para darles la noticia.

Al fin podía respirar tranquilo, mi hija estaba bien, y mi mujer, mi vida, mi pedazo de cielo estaba de vuelta conmigo y nuestros hijos.

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BESOS DESDE PUERTO RICO 


La Casera Y El InquilinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora