Capitulo 1

503 31 19
                                    

-No quiero ir. Tengo que terminar con mi trabajo.

-Venga, que solo serán un par de horas. Tampoco te quedarás toda la madrugada con papeleos de la oficina-le regañó el ojiverde.

-Georg sabes como soy cuando se trata de trabajo, soy...

-Muy perfeccionista-le terminó el castaño rodando los ojos no antes de bufar.

-Exacto.

-Desde que empezaste a trabajar no sales, ¡ni siquiera los sábados tío!, ¿no crees que necesitas un respiro?, Solo por un momento...-suplicó su amigo. Éste lo pensó quitándose la lapto de su regazo.

-De acuerdo. Pero vendré temprano.

-Sí, sí como digas...-respondió éste restándole importancia.

Tom fue de mala gana a su armario, la verdad no le apetecía para nada la idea de ir a trasnochear, sabiendo como era cuando veía demasiado alcohol y mujeres de cuerpos esbeltos. Tan solo pensarlo se le ponía la piel de gallina, él quería dejar su pasado. Realmente quería ser un nuevo Tom Kaulitz, enorgullecer a su madre y padre, con el empleo digno y la mujer perfecta. Tan solo serian un par de horas, como dijo su amigo. No haría nada estúpido.

En fin; optó por ponerse una camisa bordo, unos jeans oscuros, y zapatillas cómodas de color negro. Fue al baño a rebajar un poco su barba, para luego aplicarse loción.

Salió del cuarto encontrándose a Georg recostado en el sofá, éste se levantó de inmediato al ver a su amigo listo.

-¡Al fin!,-exclamó el ojiverde-tardas más que una tía ¿te lo han dicho?

-Te dije que no me apetecía salir. Ahora, conformate antes de que cambie de opinión.

-Vale, vale-fue con rapidez a la cocina a recoger las llaves del auto.

Ambos emprendieron marcha al boliche. Tom sabia que allí estaría Gustav, Kyle y Leah; Sus mejores amigos de infancia. Aunque a Leah la conoció en otro boliche hace más de 2 años, le era hermosa con aquella deslumbrante cabellera roja y ojos azules, pero era de carácter duro. Él había intentado liarsela por varios meses pero sin embargo solo consiguió conocerla y tratarla como una hermana; y de las irritables.

Georg estacionó frente al lugar. Ambos chicos bajaron; no obstante una estruendosa y chillona voz se hace presente. Tom giró al llamado, encontrándose a Leah con una playera blanca realmente corta mostrando aquel reluciente piercing en el ombligo, junto con un short negro y zapatos de aguja de la misma tonalidad. Muchos no creerían que ésta fuese una de las mejores enfermeras de L.A.

-¡Idiota!, ¿¡por qué has estado tan desaparecido!?-le regañó la pelirroja sin dejar de estrujarlo sobre su pecho, tanto que Tom comenzaba a perder el aire.

-Le-Leah-la pelirroja lo soltó.

-Lo siento.-Tom tomó postura, y la abrazo de manera "normal"

-También te he extrañado enana.

-¿Y yo qué?-interrumpió Georg, algo indignado al ver tal escena.

-A ti también guapo.-le dió un codazo-gracias por sacarlo de la cueva.

-Lo sé.-sonrió orgulloso.

A lo lejos los tres vieron a Gustav y Kyle aproximándose a ellos.

◆◇◆◇◆◇

Tom tenia a Leah sentada en su regazo algo que al mayor le pareció extraño ya que ella no se le acercaba de esa forma, quizá se debía a que estaba tomando demasiado y no quería caer con tremendo tacones.

Beso de ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora