I Can't Make You Love Me »N.S«

Parte 9

»Noviembre 2012«

El pequeño incidente en el que Harry casi desfigura el rostro de Niall había ocurrido un par de semanas atrás en el mes de octubre, Niall tenía que seguir en el hospital, ya que las heridas internas recibidas en la parte de su tórax aún no sanaban.

Harry se sentía malditamente culpable de que Niall siguiera en esa habitación lúgubre de hospital, la madre de Niall, Maura, le había rogado muchas veces para que fuera a ver a su hijo al hospital, ella sabía que todo esto era culpa de Harry, pero Maura, al igual que Niall, perdonaban rápido, y ella sabía que todo esto había sido un accidente.

Cuando Harry finalmente accedió a visitar al que, hasta hace unas semanas, era su novio, no paraba de ensayar su disculpa en su mente, sabía que Niall lo perdonaría rápido, pero aún así no se quería confiar.

Harry dio un par de toquidos a la puerta con el número 720, una enfermera abrió y sonrió al ver al chico alto, ojos verdes y cabello rizado que se encontraba frente a ella, Harry bajó la mirada y la enfermera se hizo a un lado para dejarlo pasar.

Niall se encontraba mirando fijamente el techo, deseaba tanto salir de ahí, ver a sus amigos, estar con su familia, y ver a Harry... A pesar de que casi lo mataba, extrañaba estar con él, extrañaba todo de él.

-Ni...- Susurró Harry entrando a la habitación, Niall se enderezó y miró a Harry con una sonrisa en el rostro. -Hazz, viniste- Dijo sintiendo como sus ojos se aguaban, Harry sonrió y después su sonrisa cayó al ver los moretones de su rostro. -Niall, lo siento por todo esto- Susurró bajando su mirada, el rubio lo miró y negó. -No lo sientas, esta bien- Susurró Niall, Harry negó y retrocedió para salir por la puerta. -Tú mereces algo mejor, yo... Yo ni si quiera sé a que vine- Bajó su mirada y Niall actuó rápido, tomó una de sus almohadas y se la arrojó a Harry. -Espera, sé que dije que eres un bastardo, y lo eres... Pero eres mi bastardo- Dijo Niall con una sonrisa extendiendo su mano hacia él, Harry lo dudó, pero finalmente la tomó.

Niall y Harry se encontraban recostados en la camilla del hospital, ambos tenían sus manos entrelazadas, la cabeza de Niall reposaba en el pecho de Harry y el segundo no podía estar más feliz.

De un momento a otro, sus labios se unieron, los días que no habían estado juntos habían sido un infierno y se necesitaban. Pasaron de un pequeño beso inocente a uno un poco más subido de tono, Niall agradecía no estar conectado a cables, de lo contrario, no podía hacer lo que tenía planeado.

A una verdadera velocidad, Niall se colocó sobre Harry, sus manos se encontraban en el pecho del castaño, sus labios se movían en una sincronía perfecta, las manos de Harry viajaron a la espalda baja de Niall mientras lo acercaba aún más a él. Niall poco a poco desabrochó la camisa de Harry hasta que su pecho quedó totalmente descubierto, el rubio bajo sus besos hasta su pecho comenzando a besar este mientras el rizado dejaba salir suspiros combinados con ligeros gemidos.

De un momento a otro, todas las prendas se encontraban esparcidas por el suelo, Niall se frotaba velozmente contra Harry besando sus labios con demasiada necesidad, Harry de verdad necesitaba el calor interno de su pequeño rubio, así que colocó sus manos en sus caderas, lo levantó un poco y entró en el sin previo aviso.

Los gemidos de ambos inundaban la habitación, Niall no dejaba de acariciar el pecho de Harry con las yemas de sus dedos mientras el ojiverde entraba y salía de él con bastante rapidez. -H-Harry... Más- Susurraba el ojiazul con dificultad, sus ojos se encontraban cerrados y de sus labios salían gemidos fuertes, Harry obedecía a lo que su rubio le pedía, sus embestidas eran rápidas, casi violentas hasta que ambos alcanzaron su orgasmo de una manera fuerte y placentera.

Harry los cubrió a ambos con la sábana blanca que acompañaba la camilla, Niall intentaba relajar su respiración y Harry finalmente le susurró al oído. -Por favor, quiero que esta sea la manera en la que nos reconciliemos siempre- Niall asintió y besó sus labios para después cerrar sus ojos al igual que el castaño.