RADIACTIVA II (BORRADOR)

CAPITULO 2

    HOY EN DÍA

—Mila dice Rebeca que te des prisa, ya casi cae la noche— escuche la tan tranquila voz de Ana.

Yo salí arrastrándome de abajo de la camioneta para hablar de frente con ella, y ahí está con su cara sin expresión, como siempre, la leve brisa mueve suavemente su cabello corto y blanco, ella fue de los que si cambiaron su color de cabello.

—Pues dile a Rebeca que si quiere irse rápido que venga a ayudarme, y no me esté presionando— le dije en un tono que expresaba enojo, luego me levante y me sacudí la tierra de la ropa, ella solo me mira con sus grandes ojos morados.

—No te preocupes, jajaja, ya termine— le dije en un tono más relajado para que entendiera que era una broma, ella solo me miro con algo de odio y subió a mi camioneta.

—¡Es hora, ya vámonos!—les grite a los demás para que subieran a sus vehículos y volviéramos a la carretera.

Me subí por el lado del conductor y gire la llave.

—Vamos enciende, ¡Sí!—el motor despertó, y el sonido de los motores detrás de mi indica que todos están listos, así que empezamos a avanzar.

—Espero que esta vez no se detenga tan pronto— sonó la voz de Derek en el asiento del copiloto.

—Yo espero lo mismo, esta camioneta es vieja, necesito una nueva—le dije sin quitar la vista del camino, mientras el sol que casi se oculta a la distancia lastima mis ojos con sus brillantes rayos.

—Después conseguiremos otra, ahora tenemos cosas más importantes que hacer— dijo mirando por el retrovisor.

Él tiene razón, primero tenemos que buscar un lugar para establecernos, ahora que todos pudieron mutar, es tiempo de crear una nueva vida, desde hace tres meses hemos viajado en busca de un buen lugar, pero es difícil encontrar uno, el mundo cambio demasiado en estos dos años y algunos meses, algunas partes parecen desiertos, solo hay arena ardiendo bajo el candente sol, no hay ni una gota de agua, ahí no llueve, y en las noches hace tanto frío que te puedes congelar, pero estas zonas la aprovechó una especie y se convirtió en su habitad, los Escorpiones.

Otros lugares parecen junglas, grandes árboles y pasto, llueve durante día y noche, pero el agua es toxica, no podemos beberla ni usarla para nada, ahí habitan los Felinos, las zonas más "normales" son en las ciudades, pueblos, y algunas zonas que quedan libres, casi no llueve, el terreno es estable, son perfectas, excepto por que están infestadas de zombies y mutantes de ácido, ellos tomaron esos lugares, y nosotros tenemos que buscar donde vivir, por ahora para pasar la noche nos quedaremos cerca de una jungla, es mejor que la noche en el desierto, ya que ahí los motores y la gasolina se congelan, y tardan un par de horas en arrancar.

—Ya vamos a llegar a la jungla— dijo Ana señalando al frente.

Ya podíamos ver claramente ese ambiente verde y húmedo, en el cielo se observan grandes nubes grises y algunos resplandores como en una tormenta eléctrica, también se aprecian los árboles y el pasto, pero ya no son del verde que antes conocíamos, ahora es un verde opaco y seco, el pasto siempre está muy grande, como de un metro de altura, los vehículos se atascan por el pasto y el lodo, por eso nos quedamos afuera, y nos quedamos cerca de la jungla porque los zombies no se acercan a ellas, los Felinos se los comen, entonces así evitamos ser atacados de noche.

Nos paramos justo en la entrada de la jungla, incluso el agua alcazaba a caer sobre nosotros, empezó a bajar por los cristales, el sonido al golpear el techo del auto es relajante a la hora de dormir, apagamos los motores y tratamos de descansar un poco, después de otro largo día de viajar nos merecemos un descanso.