Capitulo 9

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Salimos de la tienda bastante apresurados, ya que era de noche, casi las ocho y era muy riesgoso conducir a estas horas aparte mi turno en el hospital comenzaba a mañana.

Es destello de sonrisa en la cara de Nathan era demasiado genuino, me alegraba que por fin uno de todos nosotros sea feliz, aunque sea solo por un rato. En los altavoces del auto se escuchaba Crazy In Love y Hanna cantaba a todo pulmón, Cameron la incentivaba a cantar más alto mientras Nate pedía a gritos que se callaran yo solo me dedicaba a observar, bajaron un poco el volumen, Hanna miraba de una manera rara a Cameron como si quisiera decirle algo, de la nada tomo su móvil y comenzó a escribir, otro teléfono celular comenzó a sonar era el del señor Desmond, estos dos andan en algo y voy a descubrir qué, pero ahora no, solo quiero dormir.

Cerré los ojos y me apoye bien sobre el respaldo del asiento trasero.

Todo a mi alrededor se movía, los rayos de sol se filtraban por la habitación. En qué momento amaneció y en qué momento llegue a mi apartamento, me levante de mi cama estirando mis brazos, fui directo hasta la cocina y vi un post-it sobre la mesa.

Hayley te dormiste en el auto, te subí en brazos hasta el apartamento, tus cosas están sobre el sofá.

Nos vemos en Miami.

Te quiere, Nathan.

Para ser un día en otoño hacia demasiado frió, el apartamento se veía diferente, como vació, vive una sola persona pero se supone que tu casa tiene que ser como un santuario, un lugar donde te puedas relajar y ser solamente uno mismo. El mío parecía una morgue, necesito compañía. Quizás un perro o un gato.

Mire la hora en el reloj sobre la isla de la cocina y eran casi las 11:00 am. ¿Cómo diablos pude dormir tanto?. Tenía la reunión con Matthew al mediodía y faltaba una hora, mi cerebro comenzó a maquinar interminables razones para no verlo, pero ganaron las ganas de tenerlo cerca. Camine hasta el baño y abrí la regadera, fui hasta mi habitación escuchando el agua de la ducha correr, tome mi uniforme de trabajo, unas zapatillas Nike's de color rosa con detalles azul marino, ropa interior y coloque todo sobre la cama, me desvestí dejando un camino de ropa sobre el suelo de la habitación y el baño y entre a la ducha.

El agua estaba tan caliente que comenzó a dejar mi piel roja, cosa que no me importo en lo más mínimo, lave bien mi cabello y lo hidrate con un par de productos, me exfolie la piel con un jabón de agua de coco, termine con mi baño matutino y fui hasta el lavabo, seque mi cabello con la secadora y lave mis dientes, en la habitación cuando ya no había ni una gota de agua en mi cuerpo me coloque la roja interior y el uniforme verde. Particularmente ni me gustaba el verde, en si era color que verdaderamente odiaba pero no podía hacer nada contra ello tenía que usarlo era una responsabilidad aparte tenia veintiún años como para estar haciendo una escenita dramática de usar algo que no me gusta, cuando termine de atar las agujetas de mis Nike's mire hacia el reloj eran las doce con quince minutos. Ups.

Matthew odiaba la impuntualidad, pero si quiere verme que me espere, tome sus cosas de mi armario y mi bolso color uva con correa de Saint Laurent y salí del apartamento lo más rápido que pude, baje por las escaleras hasta llegar al vestíbulo salude a Sam y él solo movió su cabeza como siempre. Levanté mi mano izquierda para llamar a un taxi, pasaron tres vacios y ninguno paro a recogerme, pero que carácter tienen esto señores, el cuarto se detuvo y me monte en el coche.

— Al edificio Lite Hatp, por favor.

El señor que me parecía demasiado viejo como para conducir me miro entrecerrando los ojos después de un rato abrió los ojos. Esos que eran mus oscuros y me dieron miedo.

— Hayley Baker?. — Busque mi teléfono en mi bolso y puse en marcación rápida, un movimiento falso y toda la policía de Nueva York va a seguir un auto chatarra. Moví la cabeza para que siguiera hablando. — Mi esposa es fanática de tu madre y me gustaría que firmaras algo para ella. Sé que no eres Rachel pero eres bastante parecida.

Nuevo DíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora