Justin.
Malditos sueños. Piezas desordenadas del tiempo que rebotan por todo mi subconsciente. _______ está aquí. Llenándolos. Consumiéndolos. Y joder si sé el porqué de que la constante visión de ella en un lugar como este, que solía estar nublado por horribles recuerdos, me llena con una sensación de calma —la cual puede que sea esperanza—, permitiéndome darme cuenta de que en realidad podría tener una razón para sanar. Una razón para superar las jodidas cosas que se esconden aquí. Que el negro abismo en mi corazón podría tener la capacidad de amar. Su presencia aquí, en un lugar tan oscuro, me permite pensar que las heridas que asolan mi alma y siempre han sido tan crudas y profundas, simplemente estuvieran comenzando a cicatrizar. Estoy soñando. Sé que estoy soñando. ¿Cómo puede ser que ella esté en todas partes, incluso en mis sueños? Me roba los pensamientos cada minuto de cada maldito día, y ahora está tejiéndose su camino a mi puto subconsciente. Me empuja. Me humaniza. Me consume. Me asusta hasta la mierda como ninguna otra amante. Ella se siente como el inicio de una carrera, deteniendo mi corazón y acelerándolo simultáneamente. Me hace tener pensamientos que no debería. Profundiza en la oscuridad dentro de mí y me hace pensar en los "cuándo", no en los "y si". ¡Qué me jodan! Debo estar realmente soñando si pienso en mierda como esa. ¿Cuándo me volví tan afeminado? Becks me patearía el trasero si me oyera hablando de esta mierda así. Sólo debería pensar en enterrarme en ella. En tener su caliente cuerpo debajo de mí y hundirme en su interior. Curvas suaves. Senos firmes. Vagina apretada. Eso es todo lo que es. Estaré arreglado entonces. Mi cabeza volverá adonde tiene que estar. Bueno, en realidad, mis dos cabezas. Y una vez satisfecho, podré concentrarme en algo más 3 que la mierda inútil de los sentimientos y mi corazón palpitante que sé es incapaz de entregar o recibir amor. Tiene que ser la novedad la que me tiene sintiéndome como una pequeña perra necesitada; tanto que sueño específicamente con ella, y no sólo con su perfecto cuerpo sin rostro que normalmente frecuenta mis sueños. Hay algo tan jodidamente caliente en ella que me estoy volviendo loco. Mierda, realmente espero con impaciencia pasar tiempo con ella antes de follármela tanto como de hecho follármela. Bueno, casi. Es diferentes de las numerosas chicas que se lanzan sobre mí con sus formas abiertamente sexuales: senos para pasar el rato, ojos que me ofrecen tomarlas de cualquier manera que quiera, piernas abiertas y pelvis algo encorvadas —y créanme que la mayoría de las veces me tiro al juego para su disposición. Con _______, sin embargo, ha sido diferente desde el principio, desde el momento en que se cayó de ese maldito armario y entró en mi vida. Imágenes parpadean a través de mis sueños. Esa primera sacudida cuando me miró con esos putos magníficos ojos. Ese primer contacto con ella que quemó mi mente, se deslizó por mi espalda agarrado mis pelotas y me dijo que no la dejaría ir, que tenía que tenerla a cualquier precio. La imagen de su trasero balanceándose mientras se alejaba sin mirar atrás, contoneándose con algo que nunca antes había considerado sexy. Desafío. Las imágenes continúan circulando: _______ arrodillándose delante de Zander tratando de convencer a su dañada alma de salir de su escondite; instalándose sobre mi regazo con mi camiseta preferida y en bragas, sentada a horcajadas sobre mí anoche en el patio; apareciendo en su oficina, con la confusión mezclada con ira en guerra en sus increíbles facciones por mi oferta no rebatible; _______ de pie delante de mí en ropa interior de encaje, ofreciéndoseme, desinteresadamente dándome todo a mí. Despierta de una puta vez, Donavan. Estás soñando. Despierta y toma lo que quieres. Ella está justo a tu lado. Caliente. Invitándote. Tentadora. La frustración me llena, deseándola tan desesperadamente y por no ser capaz de librarme de este maldito sueño, de no poseer su cuerpo sexy como el pecado como crea conveniente. Tal vez eso es lo que tiene. Que no se da cuenta de lo sexy que es en realidad. A diferencia de muchas otras antes que pasaron 4 horas mirándose y criticándose a sí mismas y sus mejores lados, _______ no tiene ni puta idea. Las imágenes de la noche anterior me consumen. Mirándome con sus ojos de color violeta, su mordida en mi labio inferior, y su cuerpo instintivamente respondiendo a mí, sometiéndose a mí. El olor a vainilla de su piel mezclado con su champú. Su sabor endiabladamente adictivo y dulce. Ella es irresistible e inocente y una zorra todo mezclado en una, en un paquete de curvas tentadoras. El mero pensamiento hace que mi pene se endurezca. Sólo necesito otra dosis de ella. No puedo obtener suficiente. Al menos hasta que la novedad se desvanezca y siga adelante como siempre. De ninguna manera me convertiré en un gatito azotado por una sola mujer. ¿Por qué quedarse atado a alguien que seguramente me dejará al final? A alguien que correrá a otro lado cuando realmente sepa acerca de las verdades dentro de mí, del veneno que se aferra a mi alma. "Casual" es justo lo que necesito. Lo único que quiero. Lo único que me voy a permitir. Siento sus manos deslizarse alrededor de mi abdomen y me hundo en el sentimiento. Mierda, necesito esto en estos momentos. Lo necesito ahora mismo. El conocimiento de que el estrecho y húmedo calor que tanto anhelo está al alcance de mi mano, hace vibrar mi excitado pene. Hundirme en la suavidad de su cuerpo y olvidar toda esta mierda en mi cabeza está a sólo unos meros minutos. Mi mañanero se pone aún más duro con lo que es casi doloroso, rogando por su toque. Mi cuerpo se tensa cuando me doy cuenta de que los brazos que me rodean no son suaves, ni lisos, ni tienen el característico olor a vainilla que siempre acompaña a _______. Escalofríos de repulsión corren por mi espalda y me revuelven el estómago. La bilis sube y estrangula mi garganta. El olor a cigarrillos rancios y alcohol barato que se filtra de sus poros impregnan el aire. Su estómago abultado se presiona contra mi espalda mientras sus gruesos, implacables dedos se extienden en mi bajo vientre. Cierro los ojos, mis fuertes latidos cardíacos ahogando cualquier sonido, incluyendo mis débiles gemidos de protesta. Spiderman. Batman. Superman. Ironman. 5 Estoy tan hambriento, tan débil que me digo a mí mismo que no resistiré por la falta de comida mientras mamá ha estado ausente por su último viaje. Mamá dice que si soy un buen chico y hago lo que me dicen, ambos seremos recompensados: hacer esto por ella hace que me quiera, que consiga su dosis de "mamá se siente bien" de él, y yo podré comer la media manzana y el par de galletas envueltas en plástico que por suerte encontró en algún lugar y trajo aquí. Mi estómago da calambres y mi boca se hace agua ante la idea de tener algo en ella por primera vez en días. Spiderman. Batman. Superman. Ironman. Sólo tengo que ser bueno. Sólo tengo que ser bueno. Repito el mantra para mí mientras su barba raspa contra mi cuello desde atrás. Trato de sofocar la palpitante sensación de mi estómago y a pesar de que no tengo nada que vomitar, mi cuerpo se estremece violentamente tratando de hacerlo de todas formas. El calor de su cuerpo contra mi espalda, siempre contra mi espalda, hace que las lágrimas —que lucho para contener—, lleguen a mis ojos. Él gime en mi oído; mi miedo lo emociona mientras las lágrimas se escapan a través de mis párpados apretados. Se arrastran por mi cara para caer sobre el mohoso colchón de mi madre en el suelo. Me digo a mí mismo que no me resistiré mientras su gruesa cosa se presiona contra mi trasero. Recuerdo muy bien lo que sucede cuando hago eso. Si me resisto o no, cualquiera de las opciones es dolorosa, es una pesadilla que se traduce en la misma terminación; apretar los puños ante el dolor o sólo aceptar el dolor sin pelear. Me pregunto si habrá dolor cuando se muere. Spiderman. Batman. Superman. Ironman. Te amo, Colty. Haz esto por mamá y te amaré otra vez, ¿de acuerdo? Un buen chico hace cualquier cosa por su mamá. Cualquier cosa. El amor significa hacer cosas como estas. Si realmente me amas y sé que te amo, harás esto para que mamá pueda sentirse mejor otra vez. Te quiero. Sabes que tienes hambre. Yo también. Le dije que no pelearías esta vez porque me amas. Su suplicante voz suena en mis oídos. Sé que no importa lo duro que grite, ella nunca abrirá la puerta para ayudarme a pesar de que sé que está al otro lado de la misma. Sé que puede escuchar mi llanto, el dolor, el terror, la pérdida de la inocencia, pero la bruma de su retirada es tan fuerte que no le importa. Ella 6 necesita las drogas que él le dará cuando haya terminado conmigo. Su pago. Eso es todo lo que le preocupa. Spiderman. Batman. Superman. Ironman. Spiderman. Batman. Superman. Ironman. Repito los nombres de los superhéroes, mi huida silenciosa de este infierno. Del temor que corre por mis venas, me abriga como una piel sudorosa, y llena el aire con su inconfundible aroma. Repito los nombres de nuevo. Rezando para alguno de esos cuatro superhéroes se muestren para rescatarme. Para luchar contra el mal. —Dímelo —gruñe él—. Dilo o dolerá más hasta que lo hagas. Me muerdo el labio y sostengo el sabor metálico de la sangre mientras trato de evitar llorar de miedo y de terror. De darle lo que quiere, mis gritos por la ayuda que él sabe que nunca vendrá. Me agarra con fuerza. Duele tanto. Cedo y digo lo que quiere escuchar. —Te quiero. Te quiero. Te amo... —repito una y otra vez, sin cesar mientras su aliento se detiene de la emoción que mis palabras le traen. Mis uñas se clavan en mis puños mientras sus manos a tientas agarran su camino por mi torso. Sus dedos ásperos encuentran la cintura de mi raída ropa interior —una del único par que tengo—, y lo oigo rasgarla con voz emocionada y movimientos bruscos. Aguanto la respiración, mi cuerpo tiembla violentamente, sabiendo lo que sucederá a continuación. Una mano acaricia mi entrepierna, apretándome demasiado fuerte y me duele, mientras siento la otra mano separándome desde atrás. Spiderman. Batman. Superman. Ironman. No puedo evitarlo. Me muero de hambre, pero... me duele demasiado. Me opondré contra eso. —No —gorjea, más allá de mis labios partidos mientras lucho duro por escapar de lo que sucede entonces. Me muevo violentamente, conectando mi codo con una parte de él mientras me levanto de la cama y escapo momentáneamente. El miedo me consume, me engulle mientras se levanta del manchado colchón y viene hacia mí, con una mueca determinada en su cara y el deseo en sus ojos. Me parece oír mi nombre y parpadeo con confusión por mi cerebro abrumado. 7 ¿Qué hace ella aquí? Ella tiene que irse. Él la lastimará también. ¡Oh mierda! No _______ también. Mis frenéticos pensamientos gritan para que huya. Para que salga como el infierno, pero no puedo decir las palabras. El miedo me tiene cerrada la garganta. Justin. El horror en mi cabeza se funde lentamente y se filtra en la suave luz de la mañana de mi dormitorio. No estoy seguro de si puedo darle crédito a mis ojos. ¿Qué es real? Tengo treinta y dos, pero me siento como si tuviera ocho. El aire frío de la mañana se mezcla con la capa de sudor que cubre mi cuerpo desnudo, pero el frío está tan profundo en mi alma que sé que ninguna cantidad de calor me calentará. Todo mi cuerpo está tan tenso con el inminente asalto, que me toma un momento poder creer que él no está realmente aquí. Aclaro mi visión, mi pulso truena en mis venas y mis ojos se encuentran con los de _______. Ella está sentada en mi gran cama, con las sábanas azul pálido alrededor de su cintura al descubierto y sus labios hinchados por el sueño. Me quedo mirándola, con la esperanza de que esto sea real, pero no estoy seguro de si lo creo. —Oh mierda —exhalo en un tembloroso suspiro, cerrando las manos y levantándolas hasta frotarlas sobre mi cara para tratar de borrar la pesadilla. La aspereza de mi barba en la mano es bienvenida. Me dice que realmente estoy aquí. Que soy un adulto y que él está muy lejos. Que no me puede hacer daño de nuevo. —¡Diaaaaablos! —exhalo de nuevo, tratando de poner control el caos en mi cabeza. Dejo caer las manos hacia abajo a mi lado. Cuando _______ se mueve, mi visión vuelve a entrar en foco. Ella muy lentamente extiende su mano para frotar mi hombro, con el rostro tenso pero sus ojos están llenos de preocupación, mientras se mantienen enfocados en mí. ¿Le habré hecho daño? ¡Maldito Cristo! La lastimé. Esto no puede ser real. Tengo los nervios destrozados. Mi mente está corriendo. Si esto es real, y ella es realmente _______, entonces ¿por qué aún lo huelo a él? ¿Cómo es que aún puedo sentir el roce de su barba contra mi cuello? ¿Cómo es que todavía puedo oír sus gruñidos de placer? ¿Sentir el dolor? —_______, yo... 8 Juro que su sabor todavía está en mi boca. Oh Dios. Mi estómago se rebela ante la idea y el recuerdo que evoca. —Dame un maldito minuto. Me faltan piernas para alcanzar el baño lo suficientemente rápido. Tengo que eliminar el sabor de mi boca. Apenas llego a la taza del baño, tropezando y cayendo de rodillas cuando vacío el inexistente contenido de mi estómago en el recipiente. Mi cuerpo se sacude violentamente cuando hago lo que puedo para borrar todo rastro de él de mi cuerpo, incluso si esas huellas sólo están en mi mente. Me deslizo hacia abajo para apoyarme contra la pared fría de azulejos, el frío del mármol le da la bienvenida en mi piel caliente. Mi mano tiembla mientras me limpio la boca con el dorso. Inclino mi cabeza hacia atrás, cierro los ojos y trato de empujar en vano los recuerdos para que se escondan. Spiderman. Batman. Superman. Ironman. ¿Qué demonios pasó? No he tenido ese sueño en más de quince años. ¿Por qué ahora? ¿Por qué? ¡Oh mierda! ¡Oh mierda! _______. _______ vio eso. _______ fue testigo de la pesadilla que nunca he confesado. La pesadilla llena de cosas que absolutamente nadie conoce. ¿Habré dicho algo? ¿Ella habrá oído algo? ¡No, no, no! Ella no puede saberlo. No puede estar aquí. La vergüenza se desliza a través de mí y se aloja en mi garganta, obligándome a respirar profundamente para prevenir que las náuseas vuelva. Si ella sabe lo que hice —las cosas que me hicieron hacer—, las cosas que hice sin pelear, entonces sabrá qué tipo de persona soy. Sabrá lo horrible y sucio e indigno que soy. ¿Por qué amar a alguien, aceptar el amor de alguien no es posible para mí? Nunca. El profundo temor que vive justo debajo de la superficie dentro de mí, de que alguien descubra la verdad, burbujea y chisporrotea en el borde. Oh mierda, otra vez no. Mi estómago se estremece violentamente y, cuando termino seco y agitado, tiro de la palanca del inodoro y me esfuerzo por levantarme. Me tropiezo con el fregadero y con manos temblorosas aprieto un pegote de pasta de dientes en el cepillo y froto mi boca agresivamente. Cierro los ojos, dispuesto a alejar los sentimientos mientras trato de recordar la sensación de las manos de _______, en lugar de alguna de las numerosas mujeres que he 9 utilizado descaradamente en los últimos años para tratar de sofocar el horror en mi mente para alejar el recuerdo. Para utilizar el placer para enterrar el dolor. —¡Mierda! No funciona, así que me froto los dientes hasta que puedo probar el toque cobrizo de la sangre de mis encías. Dejo caer mi cepillo de dientes con estrépito sobre la mesa y tomo un poco de agua con mis manos para tirarme en la cara. Me concentro en los pies de _______ a través de la reflexión del espejo mientras entra en el cuarto de baño. Respiro hondo. No puedo dejar que me vea así. Ella es muy inteligente; tiene demasiada experiencia con este tipo de mierda, y no estoy preparado para que los esqueletos en mi armario sean expuestos y estudiados con una lupa. No creo que alguna vez lo esté. Me froto la cara con la toalla, sin saber qué hacer. Cuando la bajo, levanto la vista hacia ella. Dios, es tan increíblemente hermosa. Me quita el aliento. Piernas desnudas que salen bajo mi arrugada camiseta, delineador corrido, el pelo enredado de su sueño, y una marca en la mejilla por la almohada no hacen nada para disminuir su atracción. Por alguna razón, casi la aumenta. La hace parecer tan inocente, tan intocable. No la merezco. Ella es demasiado para que alguien como yo la merezca. Está demasiado cerca en estos momentos, más cerca de lo que nunca dejé a nadie estar. Y me aterra. Nunca he dejado a alguien estar tan cerca porque eso significa que se comparten secretos y se descubren los pasados. Y porque significa que la necesitas. Sólo me he necesitado a mí mismo; necesitar a otros sólo provoca dolor. Abandono. Horrores indescriptibles. Y, sin embargo, necesito a _______ en estos momentos. Cada célula de mi cuerpo quiere caminar, tirar de ella contra mí, y aferrarme a su cuerpo en este momento. Utilizar el calor de su suave piel y el sonido de sus silenciosos suspiros para aliviar la presión expandiéndose en mi pecho. Para perderme en ella, para poder encontrarme a mí mismo otra vez, aunque sólo sea por un minuto. Y sólo por esa razón, ella tiene que marcharse. Por mucho que quiera, no puedo... simplemente no puedo hacerle esto a ella. A mí. A mi vida cuidadosamente construida y a mi forma de enfrentarlo. 10 Solo es mejor. Solo, sé qué esperar. Puedo trazar situaciones y mitigar problemas antes de tiempo. ¡A la mierda! ¿Cómo voy a hacer eso? ¿Cómo voy a alejar la única mujer a la que realmente he pensado dejar entrar? Es mejor perderla ahora, que arruinarlo después cuando descubra la verdad. Respiro fuertemente preparándome y la miro a los ojos. Tantas emociones, son como un enjambre en sus lirios violetas y sin embargo es la pena lo que me pone en marcha, lo que me permite agarrarla y utilizarla como mi pobre excusa para lo que voy a hacer. He visto esa mirada muchas veces en mi vida y nada me irrita más. No soy un caso de caridad. No necesito la maldita piedad de nadie. Especialmente no de ella. Ella dice mi nombre con ese sonido de roce de sexo de voz que tiene, y casi me doblo. —No lo hagas, _______. Tienes que irte. —¿Justin? —Sus ojos buscan los míos, haciendo tantas preguntas y, sin embargo no pasan por sus labios. —Vete, _______. No te quiero aquí. Ella palidece con mi declaración. Mis ojos se mueven hacia abajo a su rostro, y veo su labio temblar. Me muerdo el interior de mi labio mientras se me revuelve el estómago y siento como si estuviera a punto de vomitar de nuevo. —Yo sólo quiero ayudar... Me estremezco por dentro ante el quiebre en su voz, odiándome por el dolor que sé que voy a causarle. Ella es tan malditamente terca que sé que no dejará esto sin luchar. Da un paso hacia mí, y rechino los dientes en reacción. Si me toca, si siento las yemas de sus dedos sobre mi piel, me perderé. —¡Fuera! —rujo, sus ojos se ajustan a los míos, con intermitente incredulidad en ellos, pero también noto su determinación para consolarme—. ¡Vete como la mierda, _______! ¡No quiero que estés aquí! ¡No te necesito aquí! Sus ojos se abren mientras aprieta la mandíbula para evitar que su labio tiemble. —No lo dices en serio. La temeridad calmada en su voz golpea mis oídos y se estrella en partes tan profundas dentro de mí que nunca me enteré que existían. Me está matando ver 11 cómo estoy lastimándola, que ella está dispuesta a estar allí y escuchar lo que estoy lanzándole para poder asegurarse de que estoy bien. Ella está demostrando, ahora más que nunca, que de hecho es una santa y que yo definitivamente soy el pecador. ¡Dulce Jodido Jesús! Tendré que destruirla con la mierda que encuentre sólo para sacarla de aquí. Para protegerla de disculparme y mantenerla aquí para abrirme a todo lo que siempre he protegido. —¡Y una mierda lo hago! —le grito, tirando la toalla de mi mano por el cuarto de baño con frustración y derribando algunos estúpidos floreros en botellas. Su barbilla se levanta con obstinación mientras me mira. ¡Sólo tienes que irte, _______! ¡Haz esto más fácil para los dos! En cambio, sólo me mira. Doy un paso hacia ella, tratando de verme como una posible amenaza para conseguir que se vaya. —Te follé, _______, ¡y ahora he terminado contigo! Te dije que sólo en eso es para lo que... bueno, cariño... Las primeras lágrimas resbalan por su mejilla, y me obligo a respirar de manera uniforme pretendiendo que no me afectan, pero la mirada herida en sus amatistas ojos me está matando. Ella tiene que irse ¡Ahora! Tomo el bolso del tocador y lo empujo en su pecho. Me estremezco cuando su cuerpo da tirones hacia atrás por la fuerza que uso. Poner las manos sobre ella así, hace que mi estómago pierda aún más calor. —¡Fuera! —gruño, moviendo mis manos para estirarme y tocarla—. Estoy aburrido ya. ¿No te das cuenta? Sólo me quería divertir un rato. Ahora terminé. ¡Sal! ¡Fuera! Me mira por última vez; con los ojos llorosos sigue buscando en silencio los míos con una tranquila fuerza antes sollozar. Se vuelve y se tambalea por mi habitación, mientras me recargo contra el marco de la puerta y me quedo ahí, mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho, mi cabeza palpitando, y mis dedos doliéndome por la fuerza de sujetar la puerta para evitar que ir tras ella. Cuando escucho el golpe de la puerta del frente cerrándose, doy un suspiro largo y tembloroso. ¿Qué diablos acabo de hacer? 12 Imágenes de mi sueño resurgen, y ese es el único recuerdo que necesito. Todo me golpea a la vez y me tambaleo a la ducha y abro el agua caliente al máximo. Tomo la barra de jabón y froto mi cuerpo violentamente, tratando de borrar la persistente sensación de sus manos sobre mí, tratando de quitar el dolor de recordarlo y de empujar a _______ lejos. Cuando el jabón se va, me vuelvo y vacío una botella de algún tipo de champú sobre mí y empiezo de nuevo, con mis manos en una búsqueda frenética. Mi piel está en carne viva y todavía no está lo suficientemente limpia. El primer sollozo me pilla por sorpresa mientras las lágrimas salen de mi garganta. ¡Que me jodan! Yo no lloro. Los niños buenos no lloran si aman a sus mamás. Mis hombros tiemblan mientras trato de evitarlo, pero toda, toda la emoción, todos los recuerdos, ver todo el dolor en los ojos de _______, de las últimas horas es demasiado. Las puertas se abren y no puedo contenerme más.
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Driven #2.
Novela Juvenil"¿Donde estas Ace? Te necesito." Gracias a la gran @mariquiwis por la portada tan hermosa.