CAPÍTULO 3

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Llevo cinco minutos esperando a la mocosa. Estoy cansado.

No puedo olvidar mis problemas. La junta de hoy, mi boda con Sara, la nueva secretaria, que por cierto está buenísima. El examen final de la universidad se acerca, pero es lo que menos me preocupa. Solo dos años más y me gradúo.

Mientras cierro los ojos y respiro profundo, recuerdo a Patricia, mi ex esposa.

Grita que pare y mis venas se hinchan. Cavilo al respecto, si hubiese parado, ahora ella estaría...

—Abraham —la voz de Kathryn esfuma mis pensamientos.

—Genial, la niña quiso aparecer —dije sarcásticamente.

—Fui por los papeles —responde agitada.

— ¿Te pusiste a follar en el ascensor?, estás demasiado agitada, ¿quién fue el afortunado? —pregunto riendo.

—No me hace agraciada que te burles de mí. Subí más de cinco pisos por esos papeles —dice totalmente indignada.

— ¿Eres ciega o qué?, el ascensor te lleva fácilmente.

—Odio tu ironía —replica.

—Odio tu falta de compromiso con el trabajo. Además no pedí ningún papel.

—Claro que sí —muestra la carpeta azul—. Hago lo que puedo.

—Yo no quiero que intentes, quiero que demuestres —me paro de la silla y me acerco a ella—. Le hice caso a Mario porque necesitas el trabajo, no quiero arrepentirme. Ahora dile a Lily que puede recoger su salario.

Ella no responde más y sale. Tal vez aceptar que ingresara, fue mala idea.

Kathryn's POV:

Grosero, esa palabra lo define. Y esa idiota me engañó, mierda. Putas todas las secretarias.

— ¡Hey, niña! —grita Lily cuando me ve cerca a la recepción.

Suspiro y me acerco a ella, lo último que quiero es más problemas en mi primer.

— ¿Qué quieres? —pregunto.

—Tienes que llevarle café al señor Mateo.

—Estuve con él y no pidió nada —replico.

—No seas grosera. Me lo acaba de pedir, y estoy arreglando unas carpetas —dice.

— ¿Como la que me pediste?

—Amm... pues sí, como esa. Ahora ve por el café o se pondrá de mal humor.

Bufo pero hago lo que me pide. Estoy realmente cansada y este día se ve muy largo.Unos minutos después, el señor Mateo tenía su café.

(...)

Llegué a casa hecha mierda. Los pies me matan, me duele la cabeza y mi jefe está jodidamente bueno.

—Buenas tardes —dice Nora cuando me ve entrar.

—Hola, linda.

Me acerco y beso su mejilla. Me apresuro a mi cuarto para tomar una ducha. Minutos después bajo para almorzar y arreglo mis trabajos de la universidad. Tomo un autobús, que por suerte no demoró casi nada.

Llego a tiempo como para sentarme en la cafetería y volver a leer El Chico De Las Estrellas, mi libro favorito. Un buen rato después suena la campana. Ingreso al salón y ocúpo el último lugar de la fila izquierda.

La clase no es entretenida y las horas pasan. Cuando toca el segundo timbre, hay cambio de profesor. Su clase es igual de aburrida y al finalizar, todo el salón agradece, porque es una tortura. Antes de salir deja una pequeña tarea.

Me retiro al baño, lavo mi rostro, arreglo mi cabello. Quiero ver qué hora son, pero mi móvil no está. Probablemente se quedó en el salón de clase. Regreso pero antes de entrar unos cuantos jadeos me detienen. Me acerco a la ventana y veo a la santita de la clase sobre el escritorio pidiéndole al profesor que la folle más fuerte.

«Cerdo, podría ser su hija», pienso.

No es que sea muy viejo, pero tiene 29 años y con una de 17, no se ve muy bien.

Retirando mis pensamientos, me propongo opciones para sacar mi móvil, sin interrumpir su momento. Genial, debo esperar a que lleguen, para poder entrar.

Si tuviera dinero y no necesitara mi móvil, evitaría ver esa escena que parece un vídeo porno en vivo.

Varios minutos después los gemidos desaparecen, ¡al fin! Toco la puerta y oigo cosas caer, seguramente se apresuran para arreglarse. Cuando abren se notan muy nerviosos pero hago como si no lo notara y efectivamente mi móvil se quedó allí.

Salgo rápido y me amino a tomar un taxi. En el camino estuve hablando con Nora. Cuando regresé a casa eran las 8:00 p.m.

Le digo a mi amiga que no tengo hambre y subo a mi habitación. Me ducho y lo primero que hago es tumbarme a la cama.

«Yo quiero follar con mi jefe», susurro y de inmediato me río, qué estúpida soy.

Te amo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora