CAPÍTULO 17

1.7K 136 17
                                    

Confundida, así es como me siento. Trato de encontrarle lógica a su actitud, pero simplemente no puedo. Suspiro y vuelvo a ingresar. Mario y Nora siguen jugando como dos pequeños.

—Emm chicos —ambos me miran—. Ya iré a dormir.

—Vale cariño. Mañana no iré al trabajo —dice Nora sonriente.

—Mañana buscaré trabajo, posiblemente no vaya a la univ...

—No —me interrumpe—. Ya te dije que no es necesario. Gano lo suficiente para estar bien, la casa es herencia de mi abuela, mi trabajo está cerca y ahorro transporte. Casi nunca comemos aquí.

—Mi universidad no es muy barata, mis útiles, mis pasajes, la ropa, la luz, el agua. Casi nunca te das gustos por mí.

—Chicas, yo podría ayudarlas económicamente —sisea Mario.

— ¡No! —gritamos Nora y yo al unísono.

—Amm es que... Bueno Mario no podemos aceptar tu dinero... —trato de arreglar la situación.

—Dinero es lo último que necesito, vamos, dejen que las ayude —insiste.

—Mario... No sé —masculla Nora.

—Piénsenlo bien, y mañana me dan una respuesta, ¿Vale?

—Bueno... Vale —digo.

—Creo que es hora de irme.

Nora lo acompaña a la puerta. Se despide y se va. Me acerco a las escaleras pero Nora me detiene.

—Kathryn, ¿Piensas que me creí lo del amigo?, oí la voz de Abraham.

—Él... Sólo vino a decirme que volvió con Sara, su ex novia —le miento.

—A penas ayer terminaron.

Genial, miento peor que mierda.

—Y bueno, el beso que se dieron no se veía muy forzada —añade.

—Nora...

—¿Crees que no he notado tu moretón?, tu amigo Rubén llamo hoy en la tarde.

—Lo amo...

—Estás amando a una bestia.

—Lo sé.

Por unos minutos me mira, y luego me abraza. Sé que es repentino para ella, y que le cuesta aceptar todo.

—No quiero que él te lastime.

—No lo hará. Lo prometo. Además no hemos vuelto...

— ¿Lo prometes? —interpela.

—Sí, lo prometo. Bueno... Me voy a dormir.

Un mes después.

—Kathryn, cariño, ya es hora de ir a la universidad.

La dulce voz de Nora me despierta. Toca la puerta un par de veces, y con muchísima pereza abro los ojos.

—Ahora bajo —digo aún soñolienta.

—Prepararé el desayuno.

Me cuesta un poco dejar la cama, pero finalmente lo hago. Me doy una ducha rápida. Me visto y bajo. No me maquillo, no tengo a quién impresionar.

— ¡Kathryn!, ¡El desayuno! —grita Nora desde la cocina.

— ¡Ahí voy!

Llego y la saludo. Tomamos desayuno, mientras charlamos un poco. Después, salgo de casa y voy a la parada de autobús.

Te amo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora