Prólogo

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Septiembre 12, de 2016.                                                                                                                                         212 dias antes de la graduación.

Camino a pasos firmes hacia la casa de mi mejor amigo, como ya es de costumbre todos los años pasó por su casa para recogerlo y así ir juntos a la escuela caminando.

Esperaba que este año fuera igual que el anterior, ni tan bueno ni muy malo. Pero no se porque desde que desperté esta mañana tengo un presentimiento, algo asi como si una voz me estuviera gritando muy dentro de mi que este año, definitivamente me sacara de mi zona de confort, y no de una manera sutil. No, de una manera abrupta. ¿Como lo se? pues realmente no tengo ni idea, pero eso es lo que siento.

 Dios, esto me asusta.

Tengo que admitir que este presentimiento me esta poniendo los pelos de punta. Y por alguna razon que no entiendo estoy asociando todo esto con una sola cosa, cambios.

Y no, yo odio los cambios.

Recuerdo cuando nos mudamos de vecindario, tenía unos 7 años y vaya que fue horrible, creo caí en depresión por un tiempo y todo lo que hacía era llorar, y si fue difícil por un tiempo hasta que conocí a el retrasado de Nic. Fue en tercer grado cuando me regalo una galleta a cambio de que lo ayudara a resolver unos problemas matemáticos, claro que le quite dos más por el esfuerzo, y rechistando me las dio, vaya niño las matemáticas nunca ha sido lo suyo, era muy malo. Bueno aun lo es, pero luego que eso de las galletas y las matemáticas se hiciera costumbre, para sellar nuestra amistad me invitó a su casa a comer mas galletas.

Y desde ese dia, mas nunca volvio a reprobar matematicas. Y yo, bueno desde ese dia siempre obtuve galletas gratis.

Recuerdo a mamá esa noche en la cocina preguntándome ''¿Te divertiste con tu amigo?'' a lo que una mini mi de siete años respondió con una sonrisa y un escandaloso ''Siiii''  ella solo asintió y pronunció unas palabras que nunca se me olvidaran ''Lyss, cariño. ¿Te das cuenta?, el cambio vino acompañado esta vez de algo muy bueno, un nuevo amigo. Y estoy segura, de que lo serán por un buen rato.''

Ella lo sabía muy bien, porque aquí estoy después de casi 8 años yendo a casa de ese idiota a buscarlo para ir a nuestro último año de la secundaria. Pero bueno, me salí mucho del tema, el caso con todo esto es, que después de todo no se si este preparada para aceptar nuevos cambios en mi vida.

Luego de caminar un rato y divagar otro rato mas, llegue a casa del niño malo en matematicas. Con un silbido muy de nosotros y tres toques en la puerta lo llame y no tardo ni cinco minutos en salir.

—Te ves completamente horrenda con esa camisa Alyssa—soltó al verme—El naranja no te queda ni un poquito—con una mueca en su rostro me abrazó.

—Si, yo también me alegro tanto de verte, fíjate hasta más gordo estás. Y yo estoy muy bien, gracias —contesté sarcásticamente a sus comentarios para comenzar a caminar a la secundaria.

En todo el camino Nic no paraba de hablar, y de hacer sus chistes malos como cosa rara. Todas las semanas parecia renovarlos, haciendolos mucho mas malos de lo que ya eran. Cuando solo faltaba una cuadra de la secundaria Nic pregunto—¿Lista?—intrigada por su pregunta cuestione—¿Para que?—el solo me miró como si de un extraterrestre se tratase.

Soltó una risita para luego gritar—¡Es nuestro último año Alyssa!—todos los estudiantes que caminaban por las calles nos miraban con caras de ''¿Qué rayos le sucede a ese chico?'' y no los culpo, porque hasta yo lo hice. Negué levemente—Nic, lo se...Y no, no estoy lista al contrario, tengo miedo—solte y comencé a caminar dejándolo atrás con cara de confusión.

—Ya sabía yo que eres bien cobarde—dijo y por su tono, estaba fastidiado de mi actitud aguafiestas—¿Miedo de que, a que?...

Dude algunos segundos en decirle, pero cuando entramos a el pasillo del colegio suspire y sin pensarlo mas le dije—Siento, que...cambiaran cosas— una mueca se posó en su rostro cuando llegamos a mi casillero— Sabes que...—Nic notablemente enojado me interrumpió

—Odio los cambios—imito mi voz haciendo caras raras—Lo se alyssa—agrego pero esta vez sin imitarme, no habia ninguna expresión en su rostro—¡Por dios mujer!, pues claro que cambiaran cosas, solo con el hecho de que nos graduemos en unos meses, ya es uno de los tantos cambios que nos esperan en esta vida—sus facciones no denotaban nada, pero en su mirada habia cansansio—Te diré algo, tu tendrás que aprender a vivir con esto tarde o temprano, porque de eso se trata la vida, de cambios. Ese es el maldito sistema y asi ha sido siempre Alyssa—pronunciaba cada palabra sin ser grosero, se acerco a mi y musito–Y tenemos que aceptarlo—beso mi frente y con eso finalizó la charla alejándose de mi hasta desaparecer en la multitud de estudiantes.

—No es tan fácil...—susurre, apoye mi cabeza al casillero y solte un suspiro.

El solo saber que no todos los cambios son para bien me asusta, y me aterra el hecho de acostumbrarme a ellos, porque dios por un cambio pasan un sin fin de cosas, y puedes llegar a vivir un sin fin de situaciones, y el único pensamiento en esos momentos tan agobiantes es ''¿Como saldré de esto?'' ''¿Cuando saldré de esto?'', pero ese no es mi miedo. 

Mi miedo es no poder salir de esa situacion agobiante nunca, el no acostumbrarme a un cambio, o peor aún, no superarlo, o no poder aceptarlo.

El sonido de la campana me saca de mis pensamientos, rapidamente abro el casillero y saco un par de libros para dirigirme a la primera clase de mi ultimo año. Y cuando voy corriendo por los pasillos para llegar a tiempo al aula de clases recuerdo la frase de mama: el cambio vino acompañado esta vez de algo muy bueno.

Pero, yo se que no siempre es asi.

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