199 dias antes de la graduación.
¿Disfrazarse de orangután y asustar a la profesora Harris? tentador, pero no.
—No creo que sea buena idea chicos—admiti.
Estamos en el jardín de la casa de June, ya que está insistió para que vinieramos, Sebastián puso los ojos en blanco ante mi comentario y dio una calada a su cigarrillo.
—¿y tú Nic?—cuestiona June haciendo puchero.
Este niega como si le hubieran dicho para matar a su perro Shaggie—Lo siento June, pero yo paso con todo esto, de verdad. Tengo que mantener mi buen registro para poder entrar a Twin Cities , y así permanecerá. Y ahora que soy parte del equipo de futbol, mucho mas aun.
Sabía que diría algo como eso, y estoy completamente de acuerdo con el.
—Conmigo si cuentas, al cien por ciento—avisa Sebastian acomodando el sombrero que traía puesto.
—Son demasiado aburridos en la vida, por dios ¿no se han dado cuenta que la vida es como un teatro?—pregunta June con el ceño fruncido y posando las manos en su cabeza—tienen que vivir y soñar más, porque no sabemos en qué momento baje el telón y nuestra obra termine sin aplausos.
Estuvimos otro rato hablando y cuando llegó la hora de irnos, Nic se me acerca—Te invito a comer galletas de limón—decía este con entusiasmo.
Rayos quiero decirle que si, dios esas galletas que prepara la señora Nancy son las mejores.
—Me encantaría, de verdad que si, pero ya tengo planes con Sebastian—juego con mis dedos.
Me mira picaramente—¿para cuando la boda Señora Bennett?—bromea, le doy un codazo bien fuerte haber si asi deja de decir estupideces—¿y que harán?—pregunta más serio.
—Quedamos en ir por ahí—al decir esto, como por arte de magia aparece Seb detrás de mí.
—Bien—Nic me ve picaramente.
—Nos vemos mañana chicos— nos despide June.
—Adios nos vemos en el instituto—luego de esto Nic emprende su camino a casa, y la última desaparece tras cerrar la puerta.
Agradezco internamente que Nic no se haya enojado, tampoco es que el sea de esa clase de amigos, pero de todas maneras. Comienzo a caminar en silencio con Sebastian a mi lado, por el rabillo del ojo veo como saca la caja de cigarrillos.
—¿Y a dónde vamos?—cuestionó con curiosidad.
Enciende el cigarrillo y acelera un poco más el paso, dejándome un poco atrás.
—Ya te lo he dicho Lyssa—escucho como ríe—Vamos a viejos, a eso vamos...
Esta vez quien ríe soy yo, ante el recuerdo del fin de semana en el autocine. Que la pase fenomenal por cierto.
—¿Sabes que note?—el humo que sale de su boca mientras habla hace figuras sin forma alguna.
—¿Que?—trato de ir a su paso, ¿pero porque rayos camina tan rápido? ¿acaso alguien lo está esperando?
Se detiene haciendo que choque con su espalda. Ugh, qué torpe. El ríe haciendo que me de mucha más vergüenza, pero se me quito cuando tomo mi mano para comenzar a caminar. Me esta agarrando la bendita mano, dios mío. Tardó unos segundos buscando la manera que estas encajen, pero no la encuentro, y por mas que quisiera o las forzará, simplemente no encajan.
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Changes.
Teen FictionSolía creer que estábamos quemándonos en el borde de algo hermoso. Todos los derechos reservados. © 2016. #160 en historia juvenil. #63 en historia juvenil.