Pogo, Mosh, Metal y Destrucción

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Cientos de veces he sentido los puños en mi cara y los codazos en mi espalda. Cientos de veces he recibido patadas en las piernas y he terminado con mi rostro en el suelo mientras decenas de pies me pasan por encima. Cientos de veces he sentido mis nudillos clavarse en un cachete y he terminado con sangre ajena en mi ropa. Cientos de veces he corrido en círculos con una sonrisa al ritmo de una batería salvaje mientras mi cuerpo magullado sigue lanzando puños, a pesar del dolor y el cansancio. Cientos de veces he sido poseído por el demonio del pogo y he aprendido que, una vez que el remolino te absorbe, la única forma de sobrevivir es a los golpes.

Todo género musical tiene un baile y todo baile tiene un aura de ritual. El movimiento del cuerpo al compás de la música es algo que induce a la gente a un trance, el cual en muchas culturas tiene un sentido espiritual y místico. El baile es la expresión de la felicidad, el desenfreno, la emoción; es una invitación a los espíritus del sabor para que posean ese pedazo de carne en donde habitas y te lleven con la música al reino de la felicidad pura.
No te consideres metalero, punkero, thrasher si nunca te metiste a uno de estos remolinos a defender tu cultura.

Un alma pérdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora