Capítulo V »Ojos que no quieren ver, corazón que jode«

6.2K 557 70
                                    

Hasta hace poco permanecía dormido. Mi cuerpo flácido yacía tumbado en cama, con las costillas reventando de dolor mi paciencia y el brazo derecho enyesado, acostado sin moverme y calmado entre las almohadas, claro, todo bien hasta que...

—¡Me lleva la...!

Comenzó a sonar en mis oídos "Crawling" de Linkin Park provocandome casi casi un paro cardíaco. Abrí los ojos sobresaltado, quitándome de un tirón los audífonos, observando aburrido y somnoliento a mi alrededor después de aclararme la mente y controlar mis sentidos.

Todo estaba tranquilo, el reloj de mi iPod marcaba las 9:15 pm... ¿¡Espera, qué!? ¿Tanto había dormido? Mierda, me había perdido la comida, y con el hambre que me cargaba fácil me comía a mi mismo, pero estaba en contra del canivalismo y además asquerosamente sudado, ugh. Mi habitación se encontraba a oscuras, y únicamente podía oír la lluvia chocar contra una de las ventanas. Mi vista se fijó en la bandeja llena de cosas sobre mi escritorio, a un lado de mi computadora y unos cuantos libros. Suspiré.

Como pude, me paré de la cama y me acerqué a mi escritorio, acercando la silla frente a éste para sentarme.

Al ver la bandeja recordé lo que hace unas horas había pasado. Jayson yendo –lo más probable– obligado a recogerme con los demás al hospital, su indiferencia, su tono seco, sus ojos azules llorosos...

Carajo, ese estremecimiento en el pecho otra vez. Sus ojos, sus ojos llorosos... No, ¡No joder, no! Este no era yo.

—¡Que mierda me pasa! —Grité tirando la bandeja al suelo, provocando un estrondoroso ruido que mutiló mis oídos. No comprendía nada de mí, nada.

¿Que me estaba pasando? Yo no me sentía "yo". Alex no se preocupa por los demás, Alex no es compasivo, Alex no suele pensar en otras personas... ¡Y Alex no hablaba de sí mismo en tercera persona! ¡Carajo! ¿Entonces qué? ¿Qué me pasaba con Jayson? Desde la primera vez que lo vi algo me comenzó a suceder, algo tan "anti-yo" y tan "el antiguo Alex". Ese tipo era la razón, estaba seguro. Tenía que buscar la manera de como librarme de todo esto y vivir mi vida como hasta hace unas semanas, antes de que tan siquiera supiera de su existencia. No podía dejarme manipular por ese intruso. Porque eso era, un intruso, un invasor en mi vida que tendría que ignorar o eliminar, no estaba seguro cual de las dos opciones era mejor.

No tenía ganas de nada... salvo de comer. A veces pienso que me comporto como un animal, por puro instinto. Pero nimodos, soy un ser humano, tengo mis necesidades básicas y primordiales. Me da sed, hambre, voy al baño, me aseo, etc. Incluso en momentos raros o pensativos mi estómago reclama si no le doy algo que digerir, sobraba decir que tenía gastritis... y ni idea de porqué si comía muy bien, en fin. Solo esperaba que Nanny hubiera guardado algo de comida, yo no sabía cocinar pero si sabía dominar a la perfección el microondas.

Bueno casi.

—¿Joven Alex? —Sin darme cuenta ya me encontraba en la cocina. Nanny estaba limpiando una mancha rojiza del piso, frotando con esponja y jabón.

—Hola Nanny. —Saludé secamente, no estaba para saludos amistosos. Tenía irritación porque pensar algo referente a Jayson me lo provocaba, el sueño lo empeoraba y el hambre ni se diga.

Ella se paró y dejó la esponja y el jabón a un lado para dirigirse al fregadero.

—Pensé que seguiría durmiendo.

—Igual yo.

—¿Tiene hambre?

—¡Si, mucha! ¡A morir! —Exclamé dramático y ella se echó a reír. Lo único que había "comido" en todo el día había sido una gelatina y un jugo de kiwi. Ese fue mi desayuno en el hospital. Para variar la gelatina era asquerosamente poco apetecible y la tiré debajo de la camilla.

INTRUSO [ + ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora