Capîtulo VI »Aliados y no tan Cercanos: Plan en Marcha«
—Vete a la mierda Fred.
—¡Tranquilo hombre! Solo fue una pregunta.
—Y un carajo, lo que quieres es joderme hasta morir —Conteniendo la risa apretó los labios y miró hacia la mesa. Típico, el muy idiota no puede estar serio tanto tiempo ¡Será idiota! —¡Ves! ¡Ni siquiera lo niegas!
—¡Ya te descubrí mi queridisimo Alex!
—¡Y ahora de que ostias hablas!
Fred finalmente lanzó una enorme carcajada mientras se agarraba el estómago ¿Y yo? Bueno, yo me paré harto de sus gilipolleces dispuesto a correrlo a patadas de la cocina y de mi casa, hasta que se calmó un poco y habló de nuevo.
—Alex ¿De verdad...? Vaya, nunca lo creí, no de ti ¡Vaya sorprecitas que me das!
—Deja de decir idiotez y media y ¡Habla claro de una maldita vez!
—¡No lo negaste! ¡Eso me lo confirmó! Tampoco repelaste como de costumbre.
—¡Fred!
—Lo que intento decir es que... Alex, creo que te gusta.
—¿Quién?
—Haste idiota, sabes bien quién. ¿De qué estábamos hablando animal?
—No te entien... —Oh no, ya, ya entendía. —Espera ¿Dices que...?
—...Te gusta el tal Jayson.
3... 2... 1.
Cerebro estallado y corazón a punto del paro.
—¿QUEEEE? —Lo miré incrédulo ¿En verdad me estaba diciendo aquello? Y además... ¿Como podía decirlo tan seguro y sin vergüenza? Ah, claro. Olvidaba con quién estaba hablando. Me estaba tomando el pelo —Basta con tus bromas nada graciosas, en serio.
—Estoy hablando en serio.
—Eres Fred, de ti nunca sale nada serio.
—Mira Alex, si no estás listo para salir del closet... como tu amigo, lo entenderé.
—¡Vete a la mierda tu y tu closet! ¿Gay, yo? ¡Ya jodiste!
—Bueno, aun no lo quieres admitir. Está bien.
—Desde que supiste que tu hermano Tyler es homosexual ves a medio mundo como él.
—¡Solamente he dicho de Charlie y de ti! Y la verdad, a Charlie se le nota a kilómetros de distancia.
—Yo no soy como Charlie.
—¿Que tiene que ver el marica de Charlie con nuestra conversación?
—¡Nada, tu fuiste quién saco el tema y de ahí salio Charlie!
—Como sea, el punto es que te gusta.
—¿¡Qué!? ¡A mi no me gusta Charlie!
—¡Mierda me refería a Jayson, no a Charlie!
—Ah. —... —¡No, espera! Yo no quise...
—¡JAJÁ! ¿Y esa expresión?
—¿Qué? ¡No malinterpretes nada imbécil!
—¡Vale vale! Te guardaré el secreto ¿De acuerdo?
—¡Ah muy bien, piensa lo que quieras!
—¿Ves? Poco a poco...
—¡Jódete Fred! ¡Ya es muy tarde, fuera de mi casa joder, fuera!
No podía soportar las abruptas carcajadas de Fred ¿Acaso nunca se puede hablar con el seriamente? Y la respuesta automáticamente vino a mi mente: No, nunca. Después de interminables amenazas y gritos de mi parte hacia él, se marchó sin dejar de insinuar "eso". Imbécil. Pero algo de lo último que dijo el muy idiota penetró y destacó en mi subconsciente.
"Sólo piensalo, si desde un principio te hubiera dado igual el chico, desde el momento en el que se encontraron no le hubieras ayudado. Eso habría hecho Alexander Jones, pasar de largo y hacerse el ciego ¿Y eso hizo? Se honesto contigo Al."
Ser honesto conmigo...
¡Y UNA MIERDA!
Poco después de correr a Fred subí escaleras arriba hacia mi habitación y de ahí no salí en lo que quedaba de la noche. Para mi maldita suerte no podía dormir, y la plática con el idiota pelirrojo se repetía continuamente en mi cabeza. ¡Agh! No quería seguir pensando más en ello ¿¡Pero por qué entonces le daba tantas vueltas al asunto!?
¿Gay yo? No, de ninguna manera. ¡EN MI PUTA VIDA SERÉ UN MARICA! Fred solo quería joderme como de costumbre, y el muy imbécil lo había logrado. Eso era lo que me gritaba a mi mismo, pero como de costumbre, siempre llega la parte contradictoria de mí a sembrar sus dudas y contras. ¿Entonces que otra explicación había para lo que sentía cada que estaba cerca de Jayson? Algo estaba mal conmigo, y la culpa de todo la tenía el pelinegro de ojos cristalinos. Desde nuestro primer encuentro, pasando por su visita al hospital, y hasta el día de hoy. Mierda. Solo lo había visto un par de veces, si no mal recuerdo, ésta era la tercera vez que nos veíamos de frente ¡¿Como soportaría entonces los demás días?! Aun no sabía cuanto tiempo se quedarían él y su madre, pero la sola idea de aguantar su presencia me partía la cabeza. George al parecer iba en serio con su relación, por lo que, si las cosas entre mi padre y Jennifer iban bien, Jayson y yo terminaíamos siendo... hermanos. Hermanastros mejor dicho. Y si eso pasaba, entonces Jayson y Jennifer se quedarían a vivir con nosotros... Oh no, no. ¡NO JODER, NO!
—¿Alex? ¿Ocurre algo?
La voz de Jennifer resonó fuerte y clara hasta devolverme a la mesa del comedor. Mi padre y ella me miraban desde sus asientos con diferentes expresiones. La de mi padre era la más notoria de irritación, mientras que la de Jennifer era neutral, como si ella tampoco estuviera allí. Su mirada se encontraba algo apagada, y sus ojos ya no tenían la chispa con tanta intensidad.
—¿Escuchaste algo de lo que acabamos de decir? —Preguntó George.
—No.
—¡Esa maldita arrogancia no te llevará a nada bueno Alexander!
Y ahí vamos otra vez.
—¿Dije algo que no debía? Respondí a tu pregunta solamente.
—¡Suficiente!
—George, cálmate —Jennifer agarró la mano de mi padre, intentando calmarlo. Desde que volvieron aquél día junto con Jeffrey las discusiones con mi padre eran cada vez más constantes. Ya no se controlaba como lo hacía, y sacaba cualquier pretexto para sermonearme. Jennifer también se encontraba algo cambiada, no sabía si había sido por aquella platica secreta que habían tenido o por la actitud cansada de George. Seguía igual de amable, pero la alegría que fingía no le llegaba a sus ojos.
Jayson... bueno, desde ese día en el que vino Fred me encerré en mi habitación. Solo salía de noche acompañado de Jeffrey para caminar y no terminar harto de estar encerrado en cuatro paredes, por lo que no me lo había vuelto a topar. De eso habían pasado ya seis días, y gracias al cielo el estorboso yeso ya no era parte de mi. Jennifer tampoco me mencionaba de su persona, lo que agradecía y maldecía al mismo tiempo. Lo sé, estoy hecho un caos. Pero ya había tomado una desición: Haría a Jayson un aliado.
Me había dado cuenta de algo en estos días. Ninguno de los dos soportaba la presencia del otro. Si no queríamos convivir más, había una manera de resolverlo todo. No permitiendo más la relación de su madre y mi padre. No estaba seguro de si aceptaría o no, pero más le valía hacerlo. Aunque aun había un problema, ¿Cómo le diría que nos convirtiéramos en aliados si no nos podíamos ni soportabamos vernos? Ese era uno de los detalles que tenía que resolver. Viendolo bien, el plan era perfecto. Adiós relación de nuestros padre ¡Y adios a Jayson también! Intentaríamos ser aliados por una buena causa, aunque extraños fuera de esta.
Ahora la pregunta era... ¿Era lo correcto?
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INTRUSO [ + ]
Roman d'amourAlexander Jones, mejor conocido como Alex, es un chico testarudo, algo necio y sobre todo poco interesado en vidas ajenas. Le guarda un profundo rencor a su padre (Que hasta el propio Alex desconoce) debido a la muerte de su madre. Lo que no sabe nu...