Capítulo 4

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Capítulo escrito por Tatiana: IanaD8

Gruño al darme cuenta que me perdí y no tengo como llamar o pedir ayuda y aunque tuviera, no hay nadie a quien pedirle auxilio. Mi padre está medio muerto en un sofá, mi madre no sé si sigue en el mismo país que yo, mis amigos ni siquiera parece que alguna vez los tuve y novia, tenía una arpía en su lugar.

Pateo una lata de gaseosa que encontré hace algunos pasos a la vez que camino en línea recta, a algún lado me tendrá que llevar ese camino. Y, definitivamente, perderme más de lo que ya estoy es imposible en pocas palabras; Estoy sin casa, familia, dinero, amigos o alguien con quien siquiera hablar.

Termino de cruzar la calle y una pequeña llama de esperanza crece en mí, al ver un parque cerca. Sin embargo, la misma llama se apaga al darme cuenta que ni siquiera sé donde vivo como para pedir una pequeña indicación. Camino pausadamente hasta llegar a una de las bancas del lugar debajo de un árbol.

Al sentarme, miro a las personas a mi alrededor, hay niños y padres por todas partes como si fuera un día festivo. Todos se ven felices y una pequeña molestia empieza a crecer en mí. Me molesta que sonrían como si la vida fuera hermosa o justa, cuando es claro que no lo es o de lo contrario yo tendría mi auto, mi casa, mi cama, mi play station, mi celular, mi familia, mis amigos y aunque suene increíble hasta a mi novia.

Aparto la mirada al darme cuenta que esas personas no dejarán de sonreír en un buen tiempo y me pregunto si no serán simplemente actores posando para una propaganda de dientes lindos y perfectos con un nuevo dentífrico. No creo que alguien pueda ser tan feliz solo porque sí. No hay nada de lindo en estar en medio de un parque sin nada, con un niño de 10 años, meciéndolo en un columpio con pleno sol. Patéticos.

Por el rabillo del ojo veo una melena roja, al voltear la mirada veo a la chica del instituto, mirarme fijamente, como si supiera que estoy más perdido que cavernícola en era nueva.

Gruño por millonésima vez y aparto la mirada, esa chica es totalmente exasperante. Nada más con verla se nota, y en ella sí que no aplica eso de "no juzgues el libro por su portada". Su portada es igual que su contenido.

Siento como alguien se sienta a lado mío en la banca. Al voltear veo a una linda rubia sonreírme. Sus ojos claros hacen contraste con su sonrisa que te hace pensar que todo está absolutamente bien. Sus labios están pintados de rojo haciéndolos aún más deseables. Inconscientemente me lamo el labio y la sigo evaluando, lleva un vestido negro suelto y unas vans del mismo color.

―Tú debes de ser Corey. –Dice sin quitarme la mirada.

―Aja.

―Mucho gusto, yo soy Phoenix Evans, y esa linda pelirroja que te está matando con la mirada es mi prima Alexa. Saluda. –Hizo un pequeño gesto con su mano saludando a la loca mientras me guiñaba un ojo.

―O sea que eres familiar de Mérida. –Comento con una sonrisa ladeada.

― ¿Mérida?

―Si ya sabes la princesa de Disney, del pelo rojo y alborotado. La loca.

―Alexa no está loca, solo es un poco controladora. Y que ni te escuche llamarla así o la próxima vez que te vea será en el infierno. –Dice soltando una carcajada al final.

―Vale.

-Así que te gusta dar paseos largos, vaya nunca espere eso del nuevo.

― ¿Del nuevo? –Pregunto un poco confundido.

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