"El Dolor de Perderte"

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Desde que tenia memoria él había contado con una excelente imaginación, era tal el grado de esta que cuando era pequeño soñaba con ser escritor, sueño que después de unos años había quedado olvidado por las ganas que tenia de seguir con el negocio familiar.

Tal fama se la había ganado gracias a que por años habita tenido un amigo imaginario llamado Kumamon, aquel extraño ser orejón que por mucho tiempo había considerado su mejor amigo, aun hoy en día algunas veces le dirigía alguna que otra palabra, claro que ahora a sus veinticuatro años y estando a punto de casarse, sabia que el buen Kumamon no era mas que producto de su imaginación ya que en la vida real no existían tan peculiares criaturas. Pero, había ocasiones como aquella que su olvidada imaginación salía a flote...

Estaba de mas mencionar que aquella situación encajaba perfectamente en las excepciones a lo normal, no había duda que estaba solo con Jungkook, -lo creyó completamente después de dar el segundo vistazo a la habitación - pero aun así no pudo evitar preguntar quien lo había dicho, si, por un momento llego a pensar que algo se aparecería de la nada y le contestaría, incluso que su buen amigo Kumamon le volvía a dirigir la palabra después de años de abandono.

Otro vistazo a la habitación topándose solo con las blancas paredes y aquel elegante sillón café para después recriminarse por lo infantil de su actitud, ese no era momento para pensar en tales y absurdas tonterías, así que opto por olvidar el asunto y concentrarse en algo mas importante, Jungkook... su Jungkook. Podía sentir las cálidas lágrimas viajando sin pena alguna por sus mejillas para después ir a parar al maltratado rostro de su prometido.

- ¡Oh dios mío!

La voz de su madre hizo que inmediatamente girara la cabeza topándose a sus padres y a su mejor amigo congelados en la puerta de la habitación por la escena que estaban presenciando, poco a poco se puso de pie y se fue a reunir con ellos, inmediatamente recibió muestras de apoyo y a su oídos llegaban vagas palabras de aliento, palabras que no aliviaban para nada su dolor, su dolor solamente seria curado en el momento que Jungkook abriera los ojos y le dijera que estaba bien, que no tenia nada de que preocuparse; ante este pensamiento no pudo evitar dirigir de nuevo su vista hacia el chico la cual lamentablemente no abrió los ojos, ocasionando que otro punzante dolor apareciera en su pecho.

- El...

Las palabras se quedaron atoradas en su garganta no pudiendo hacer nada para terminar la frase que se había formulado en su mente, lo intento un par de veces para después darse cuenta que era inútil, así que solamente se limito a poco a poco liberarse el abrazo que hasta hace un momento su madre le regalaba para irse a parar de nuevo al lado de Jungkook.

Llego en unos segundos e inmediatamente se puso de rodillas para estar a la altura de su prometido, sintió una enorme necesidad de decirle esas palabras que día a día le repetía, esas palabras que nacían desde lo mas profundo de su corazón, no le importaba que en ese momento tuviera publico, nunca antes le había importado demostrar el infinito amor que sentía por aquel chico y en ese momento no iba a ser la excepción.

- Te amo.

Sin poderlo evitar mas lagrimas lograron escapar de sus ojos recorriendo sin pena alguna su ahora demacrado rostro; fue en ese instante y mientras medio escuchaba lo que hablaban sus padres con Tae que sintió de nuevo esa extraña sensación de que alguien lo observaba, giro la cabeza para ver como los únicos presentes en esa habitación hablaban entre si, ninguno prestándole la mas mínima atención, negó con la cabeza al momento que sin poderlo evitar inspeccionaba de nuevo la habitación, de nuevo no encontrando nada inusual, suspiro un poco y para quitar esas ideas de su mente hizo la pregunta que estúpidamente se le había pasado hacer desde hace rato, pregunta que sin duda era de suma importancia.

Àngel Of Death  |YOONMIN ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora