"UN NUEVO AMIGO"

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Un bufido escapo de sus labios mientras de nuevo daba otro vistazo a aquel conocido reloj de pared, este como siempre y como si no supiera hacer otra cosa, marcaba su estresante tic tac, recordándole con esto que para estas alturas él no debiera estar más en este mundo.

Había fallado.

Al pensar esto no pudo evitar que un sentimiento de total y absoluta frustración invadiera su cuerpo, era increíble que ni eso pudiera hacer bien, ¿Cuántas personas no se suicidaban hoy en día? Cuantas y él claro no pudo hacerlo.

Sin encontrar otra cosa que hacer, se puso a hacer ruidos con su boca, actividad que al instante deshecho, era demasiado infantil, bufo de nuevo y pensó que tal vez la única manera de salir bien de aquel infierno era dormir el tiempo que los doctores habían considerado era bueno para su salud, entiéndase por salud dos horas diarias de terapia con Susana, aquella linda pero molesta psicóloga que quería por todos los medios sacarlo de su depresión, lo que él había tratado de hacerles entender era que no estaba deprimido ni nada de eso, él estaba muerto en vida, punto… y esa "locura" como muchos lo llamaban era solamente el tramite final, solo para hacerlo más oficial.

Así que con un poco de esperanza estiro la cabeza deseando con todas sus fuerzas que alguna enfermera pasara a checar su estado para así, poner cara de cachorro abandonado y está en un gesto de absoluta pena lo pusiera a dormir, estaba seguro que después de salir de ese hospital —si es que salía— sería algo adicto a los sedantes que ahí tan amablemente le suministraban, espero unos segundos dibujando en su rostro el cansancio y el dolor, todo para que nadie se apareciera por ahí, maldijo por lo bajo y pensando que tal vez contando ovejas era la única manera de poder dormir comenzó con tal tarea, pero cuando iba por la oveja numero ciento sesenta y seis se dio cuenta no obtendría resultados, así que se dio por vencido y simplemente se puso a divagar, para su mala suerte claro está, recordó aquellas palabras que su madre le había dicho cuando después de unas horas inconscientes por fin había despertado.

— Gracias a dios que Tae estaba ahí, no me quiero imaginar lo que hubiera pasado si…

Nunca antes había odiado tanto a su  amigo, si por increíble que pareciera, lo había llegado a odiar, solo a él se le ocurría aparecer en un momento como aquel, donde por fin estaba por ponerle fin a su patética existencia, aun esos días cuando el chico iba a visitarlo le dedicaba una mirada cargada de resentimiento, resentimiento que por supuesto Tae notaba, pero este no se molestaba para nada, según él podía decirle lo que quisiera, nunca se arrepentiría de haberlo salvado. Pero para él la cosa era simple, Tae no era más que un tonto entrometido, aun para cuando sus padres este fuera el héroe del siglo.

Porque era la culpa de que ahora él siguiera con vida, y también era su culpa la manera en como su madre lo veía, era clara la decepción que sus padres sentían por él, esto no ayudaba mucho a su sentido de la vida, esto como era de esperarse solo lo hacía sentir peor, pensó por un instante que ellos lo entenderían, que luego de festejar que siguiera con vida, le dijeran que no se preocupara que lo entendían, que contaban con él, pero no fue así, estaba seguro que jamás recuperaría la confianza que le llegaron a tener, ya se veía viviendo en casa de sus padres donde el ojo vigilante de su madre lo estaría observando las veinticuatro horas del día, escondiéndole todo lo filoso para que así, no diera por terminada su tarea de acabar con su vida.

Su mente recreo a la perfección el sentimiento de frustración que llego a sentir en aquellos momentos, así como también pudo palpar esa desgana de vivir que lo ataco de la nada, la idea de que si todo salía bien pronto estaría junto a Jungkook; fue tan poderoso el recuerdo que por un segundo sintió como su pecho quemaba y le faltaba el aire.

— No estás solo Jimin, yo siempre voy a estar contigo.

Un estremecimiento lo recorrió de pies a cabeza al recordar aquellas palabras, estas no habían podido salir de su cabeza desde hace días, para ser exactos desde el día en el cual había pensado estúpidamente, Chanyeol se las había dicho, no es que  no fuera capaz de decirle algo así, al contrario lo creía muy capaz, pero no podía sacar de su cabeza la cara de confusión de el y después de pensarlo un poco supo el no lo había dicho, esto lo dejaba con la teoría de que lo había imaginado todo, teoría que por supuesto no le convencía, alguien le había hablado cuando estaba semiinconsciente, alguien que él conocía ya que esa voz se le hacía extremadamente familiar, no tanto como para saber de quien se trataba, claro está.

Àngel Of Death  |YOONMIN ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora