EL PRINCIPIO DEL FIN

17 2 1
                                    

Con su pálida mano acarició aquella piedra, trato de ignorar el dolor que invadía su ser en momentos como aquellos pero la verdad es que no pudo hacer mucho, todo porque él sabía que si hubiera sido un poco más inteligente, Marc, no habría muerto de la forma en que lo hizo.

— Perdóname, tú no merecías… tú…

No pudo continuar hablando, eran pocas la veces que él se dejaba vencer por la debilidad y el dolor, pero al estar frente a aquella conocida tumba simplemente no lo podía evitar, era como si su antiguo "yo" saliera a flote y enterrara el ser en el cual se había convertido tras la muerte de Marc, un ser sediento de venganza.

Apretó los labios al sentir que un grito quería escapar de su garganta, tenía que ser fuerte, se lo debía a Marc, el merecía tener su venganza, todos iban a pagar por lo que le habían hecho, él ser encargaría de eso.

— Sólo espero que algún día estemos juntos.

Entrecerró los ojos mientras acariciaba una vez más aquella tumba, segundos después se maldijo a si mismo por su debilidad ¡Era absurdo! Con ese comportamiento parecía un humano más… él se conocía muy bien y sabía que con Marc se destruían todas sus defensas, era por tal razón que acudía a aquel cementerio solo, no podía permitir que alguien lo viera en ese estado.

Un relámpago surcó el cielo y segundos después un trueno se dejó escuchar, sabiendo que tenía que irse de ahí cuanto antes se puso de pie no sin antes acariciar por última vez aquella tumba. La lucha estaba por comenzar, solamente faltaba su orden, todo estaba listo para que aquellos ángeles de la muerte pagaran, estaba tan cerca… fue en ese instante que escucho a lo lejos una carcajada, dejándose llevar por la curiosidad se encaminó hacia donde se escuchaba tal risa, no tuvo que caminar mucho para poder ver algo que sin duda lo sorprendió. Era un ángel de la muerte, lo supo apenas lo vio, pero aquel ser no estaba solo, a unos metros de él se encontraba una pequeña, una niña que jugueteaba con una daga… una daga negra.

Se acercó sigilosamente a la pareja sin ser notado, estaban tan perdidos en su mundo que no se percataron de su presencia, en su rostro se dibujó una sonrisa mientras sentía la euforia apoderarse de su ser… ¡Era verdad! ¡La leyenda era verdad! Y él pensando que sólo se trataba de un patético cuento de ángeles. Y ahora ahí la tenía, pudo sentir el poder que emanaba aquella daga, era poderosa…. Él quería ese poder; la pequeña lanzo al aire una vez mas la daga pero en esta ocasión y como si el destino así lo quisiera, el arma fue a parar a sus pies.

Se agachó con cuidado tomando la daga negra entre sus dedos.

Fue entonces que aquellos tontos por fin lo vieron.

— Entonces era verdad ¿Es acaso ésta la dichosa daga negra?

Quiso gritar, quiso saltar, deseo festejar… se carcajeó al sentir aquel poder sobre su mano, era suya… le pertenecía y ahora sabía que nada ninadie lo iba a detener.

Se deleitaba con la daga negra cuando alguien le habló.

— Dámela, no te pertenece.

Aquella voz era delicada y no podía pertenecer más que a la pequeña que había visto hace apenas un momento, la niña estaba plantada frente a él con seguridad y extendía su mano hacía él; tenía que darle el mérito, la chiquilla era valiente.

— ¿Y qué te hace pensar que te la daré?

— Porque nadie más que yo la puede tener, entrégamela.

No pudo evitar reír, en verdad la niña pensaba que él se la iba a entregar.

— Por tu bien apártate.

Àngel Of Death  |YOONMIN ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora