Capítulo Cinco

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-Vamos niños a cenar!- Gritó la cocinera desde la cocina del orfanato "Resplandor Acogedor".

-Vamos! Ya oyeron- Les dijo a los niños Ana Bray, la profesora.

Jack tan solo llevaba 2 años viviendo en dicho orfanato, luego de la perdida de su abuela, pero sentía como si recién hubiese llegado, no se acostumbraba a los horarios, no se acostubraba a despertar por la mañana y oler el olor a chocolate caliente, y a comer esos deliciosos trozos de pie de limón que solía hacer su abuela... no se acostumbraba a estar completamente solo.

Con muy poco animo se dirigió al comedor, sus manos casi rozaban el suelo de lo desanimado que estaba.

-Hey Jack! Sientate conmigo!- Le gritó Steven desde una mesa. Jack le sonrió de lado, y se sento frente a el.

-Tengo que ir a comprar algunos materiales, pero al otro lado de la ciudad, me acompañas?- Le dijo Steven.

-Bueno, vamos.-

-Pero, hay un pequeño problema...- Le dijo Steven, con un poco de tristeza y sin esperanza.

-Cuál?- Le miró Jack confundido.

-Eh... Hay que ir en tren...- Dijo Steven rascandose el cuello y desviando la mirada. Steven sabía el pasado de Jack, era su mejor amigo, sabía todo. Temía que Jack no fuera con el a comprar los materiales...

A Jack se le pasaron absolutamente todos los recuerdos por su cabeza, uno por uno.

-Diablos... Steven tu sabes que-

-Lo sé- Le interrumpió Steven. - Lo sé, pero, alguna vez debes tomar el tren, debes confrontarlo, yo te ayudaré.- Le dijo con tanta amabilidad, que Jack no pudo negarse.

-Esta bien- Suspiró Jack, rendido.

Al caer la noche fueron a acostarse, durmieron como pudieron en aquellas camas con 2 frazadas. Por lo menos Steven, porque Jack estuvo toda la noche pensando. Recordando.

Al llegar la mañana, la fría y oscura mañana de invierno, Jack y Steven ya estaban listos para salir.

Caminaban por la acera congelada, mirando las plantas a los lados llenas de escarcha, Jack miraba al suelo, un poco arrastraba los piés, pateba la nieve que se le cruzaba. Estaba inseguro, angustiado, preocupado, y temía, temía que todo volviera a ocurrir, como si tan solo pisar el terminal de trenes hiciera de esto una pesadilla.

Los dos amigos llegaron, compraron sus boletos y fueron a esperar el tren. Jack observó aquel asiento de fierro, donde se había escondido, donde presenció todo. Steven se dió cuenta y trató de distraerlo.

-Estan rentando un local donde hacían Cafés y desayunos, creo que se fueron a la quiebra...- Dijo Steven a Jack, tratando de que Jack no pensara en eso, sabía que su amigo no lo estaba escuchando, pero valía la pena hacer el intento. -Es un lugar muy lindo, no cuesta mucho dinero, quizás algún día trabajemos allí, compremos el local y-

-Espera, recuerdo ese rostro...- Dijo Jack, interrumpiendo a Steven, y observando atentamente al hombre de negro que se encontraba al otro lado de la línea, observando todo, cada pulso, cada respiro, cada movimiento. Steven miró confundido, pero tenía una idea de lo que decía su amigo.

-El es... El es el hombre que estaba cuando ocurrió! El estuvo cuando murieron mis padres y luego mi abuela!- Exclamó Jack desesperadamente. Corrió hacia el cruce de línea, cuando el tren pasó rapidamente.

Jack inclinando su cuerpo hacia la linea, por el impulso de correr. Algo lo jaló del brazo.

-ESTÁS LOCO!? No puedes llegar y correr así nada más!- Le dijo Steven sosteniéndolo del brazo.

-Lo acabo de ver hace 5 segundos!, como se me perdió de vista!?- Gritó Jack, muy desesperado.

-Acaba de pasar un tren por tu cara!-

Jack seguía con su mirada fija en el otro lado de la línea, lo buscaba insistentemente.

Steven sabía que no le iba a prestar atención, así que decidió no hacer preguntas y sólo seguia a su amigo,  Jack estaba demasiado desconcertado y alterado.

Se fueron del terminal de trenes, y llegaron al "Resplandor Acogedor". Jack se sentó en su cama, Steven se sentó en su cama de enfrente, decidido a preguntar.

-Era el? Verdad? El...-

-Vigilante...- Completó la frase de Steven. 

Completó la frase. La frase que llevaba ese nombre dicho por todos pero conocido por nadie. El Vigilante.

El VigilanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora