Después de que el padre de la familia falleció, los chicos tuvieron que mudarse, lejos, bastante lejos, dejando su vida, su infancia, sus abuelos que tan dolidos estaban por la partida de su hijo, nuevamente todo comenzó a cambiar.
El desinterés que había para que los chicos vieran a sus abuelos paternos era muy notorio, ya un poco egoísta.
Por suerte para los chicos, vivían sus otros dos abuelos, divorciados, peleados, viviendo cada uno en su casa. Esther, la abuela, esa señora de mal carácter, fumadora compulsiva, con estados de ánimos variables, comenzó a darse cuenta lo que pasaba, a ver los golpes hacia los chicos, a ver los maltratos verbales, a escuchar de alguna manera las palabras que los chicos recibían, tan hirientes, tan desalmadas... "gordo puto" "negros de mierda" "pendejo dienton" "deforme", cuando la única deformidad que Willi tenía era de aquel día, en el que saltó por la ventana de su habitación que se encontraba en un segundo piso, para evitar las golpizas, y comenzó a correr, pero en ese momento, el cuchillo de la cintura salió disparado directo al pie, al talón mas específicamente, lo cual inmediatamente provocó un golpe contra el piso, y gritos desgarradores de dolor, y ahí seguía, ahí todavía estaba, el bendito cuchillo que fue al pie para quedar clavado y no en su espalda.
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Amar desde el desamor...
Teen FictionCualquier semejanza con la realidad ES PURA coincidencia