Hermanastros -Lashton

15 - Mal negocio

Ashton

—Debo irme —dijo Luke después de un rato de sólo abrazarnos y conocernos más. Se levantó de la cama y me jaló con él hacia la puerta. Nos dirigimos al piso de abajo, donde Harry dormía en el regazo de Lauren mientras ella veía Sleepless in Seattle.

Nos vio bajar, sus ojos brillaron cuando vio a Luke, quien le sonrió en respuesta.

—Debo volver ahora a casa —le dijo—. Fue lindo verla, señorita Lauren —se inclinó y la besó en la frente, haciéndole sonrojar.

—Luke, por favor. —Puse los ojos en blanco y lo empujé hacia la puerta.

—Sólo estoy siendo amable con la hermanita de mi pareja —dijo con inocencia—. No te preocupes, sabes que saldré ahora contigo —dijo besando mis labios antes de salir.

Después de escuchar el auto de Luke alejarse de la entrada, bajé la mirada hacia Lauren, quien me miraba con un puchero.

—No me mires así —dijo frunciendo el ceño—, tienes trece y él dieciocho, no puedes salir con un chico que es cinco años mayor que tú.

—Modo hermano mayor. —Me sonrió—. Pero tan atractivo como sea, te lo puedes quedar. Michael siempre ha sido mi caramelito.

—Lauren, para.

Me ignoró, volvió a su película y yo regresé a mi cuarto. Me acosté en mi cama y pensé en cómo será salir con Luke.

Molesto.

***

Rodé sobre un costado y apagué la alarma de mi teléfono. Odiaba los domingos por la mañana, odiaba que los domingos vinieran antes de los lunes. Odiaba los lunes porque son crueles. Mis pensamientos sobre el odio por los lunes fueron interrumpidos cuando alguien tocó a mi puerta.

—Ashton no está aquí. —Gruñí.

La puerta se abrió y Lauren irrumpió en mi cuarto con una enorme sonrisa.

—¡ASHTON! ¡ASHTON, OH POR DIOS!

—Maldita sea. —Me incorporé mientras me frotaba los ojos. La miré enojado—. Por favor, vete, lo que sea no me importa.

—¡Ashton! —exclamó Lauren felizmente, ignorando mi mal humor—. ¡GANÉ ENTRADAS PARA VER A PARAMORE!

Ahora estaba completamente despierto.

—¿Cómo rayos ganaste esas entradas?

—¡Entré en su concurso! ¡Y me gané tres entradas! —chilló de felicidad—. Sabes que estoy loca por Hayley Williams así que vendrás conmigo. Y también porque tienes carro.

De inmediato la atraje entre mis brazos y la abracé fuertemente.

—¡ERES LA MEJOR HERMANA MOLESTA QUE UN HERMANO PODRÍA TENER! —grité.

—¡No me grites justo en el oído, cabrón!

La solté y la miré sorprendida.

—¡Lauren Irwin! ¡No digas palabrotas!

—Tú las dices a veces —argumentó.

—Necesitas tener diecisiete para poder usarlas.

—¿Quién lo dice? —levantó sus cejas.

—Yo lo digo.

—Entonces no vas a ver a Paramore —dijo. Estaba a punto de marcharse pero agarré su brazo y la jalé devuelta a mí.

—Está bien, puedes insultar todo lo que quieras. Llévame contigo —le rogué.

Sonrió triunfante.