- Pase con mi compañero, el lo va a atender.
-Hola, espéreme un segundo. Dijo el compañero, con un suculento acento caribeño, bien bonachón.
Mientras esperaba, aproveché para llamar por teléfono a mi papá, que se había devuelto al aeropuerto. Le tuve que colgar.
-Ya, cuénteme que le pasó.
-No me di cuenta que habían cambiado la puerta de embarque del vuelo y cuando me di cuenta y corrí a la puerta 15, ya no había nadie. Corrí en círcul...
-Entiendo, entonces vamos a anular su billete. ¿Su pasaporte? Gracias, espéreme un segundo.
-¿Aló?, Si, me dicen que van a anular el ticket. No, no sé. Ya, deja ver que me dicen y te digo. Si papá, nos juntamos en ventas.
-Necesito su ticket de equipaje. me dijo, y yo recordé que estaba junto a mi pasaporte. Comencé a buscarlo y no estaba por ninguna parte. Lo que faltaba, perdí mi pasaporte.
-caballero ¿por causalidad le pase mi pasaporte?
-No, necesito su ticket de equipaje.
-Si, pero pegue el ticket detrás de mi pasaporte caballero.
-Ah, si. Acá está.
Misteriosamente, apareció una mujer de mi edá, que se puso a conversan con el caribeño. Entre lineas, intuí, que era la encargada de llevar a los pasajeros como yo, de vuelta a la sala común.
Mientras esperaba, me sacaba con la manga de la chaqueta, el sudor generado en aquel majestuoso pique que me dejo sin poder abordar el vuelo. Pasaron unos 5 minutos y aquella simpática chiquilla se acercó, con un impecable papel blanco intangible y me tomó de la mano para llevarme de vuelta.
-¿Qué le paso?, me dijo con un tono de voz típico de la tía del jardín.
- No me di cuenta que habían cambiado la puerta de embarque del vuelo y cuando me di cuenta y corrí a la puerta 15, ya no había nadie. Corrí en círcul...
-No te sientas mal, eso nos pasa acá todo el día.
Mientras caminábamos, me di cuenta que aquel papel blanco, era la hostia de dios del aeropuerto o el "acceso total" de los conciertos. Con aquel papel, se podía burlar a la policía y a los controles de acceso e incluso hurtar perfumes del Duty-free. Lastima que no lo tenia, yo si tuve que pasar por todos los accesos, sacarme el cinturón del pantalón otra vez y darles explicaciones a un señor policía, del motivo de mi visita.
Finalmente la bella acompañante me dejó, pero me dejó con la esperanza de encontrar un vuelo que saliera hoy mismo. Lastima, me dijo ella, que no andaba con su pizarra mágica de vuelos.
-Eeeeh, ahí viene de vuelta. ¿Cómo estuvo ese viaje? Sentí como que no hubiesen pasado ni dos horas. Me dijo contento mi papá, que ya tenia un número de atención en ventas.
En pocos minutos llegó nuestro turno, donde obviamente debía contarles mi historia. Pero está vez, fue mi papá quien tomó el protagonismo y como un buen consumidor de pasajes aéreos, les hizo saber ¡que ellos tenían la culpa!
-Si si, tenemos un vuelo para las 19:40 con escala en Madrid. Si si. Tome, ahora pasé a chequearse.
Volvimos a check- in, donde había una fila de 100, 200, mucha gente. Cosa que no le gustó para nada a mi papá, quien se fue a ver como estaban las cosas con el resto de la familia. Mi fiel hermano, se quedaría conmigo.
-Oye, necesito un favor. ¿Puedes ir a cargarme el teléfono a esas cosas con enchufe? paso por ti cuando termine.
-Si obvio, te dejó mi teléfono para que te comuniques. Dijo mi hermano.
Continué en la fila, avanzando poco a poco, hasta que después de unos 20 minutos, llegó mi turno. Le pase los tickets, el pasaporte y esperé.
-¿Y su equipaje?
(Acá vamos de nuevo) - No me di cuenta que habían cambiado la puerta de embarque del vuelo y cuando me di cuenta y corrí a la puerta 15, ya no había nadie. Corrí en círcul...
-Ya, deje hablar con el supervisor para ver donde está su maleta. dicho y hecho, la mujer desapareció.
-Ya Huacho, tení que hacerla corta porque el embarque se cierra y tu maleta se queda abajo. Aprieta cachete y anda a buscarla a equipajes perdidos.
Corrí amenazado de muerte, hasta equipajes. Habían unas 5 personas indignadas recuperando su maletas. Mientras esperaba, aproveche de llamar por teléfono y comunicar donde estaba.
Pero como mi papá tenia el teléfono apagado y mi hermano estaba encomendado en misión, llame al teléfono de la auto-proclamada CR de Vill (sí, como Cruella) Me contesto mi pequeña hermanita, quien aprovechándose del pánico me agarro pal chuleteo.
-Jose, pasame a un adultooooo.
-Ya, no cuelgue.
-Oye weón anda a hablar afuera, que no se escucha lo que dice esta weona. (¿No eran brasileños?)
Salí hablar afuera. Después de colgar, ya se habían retirado los sujetos y pude preguntar por mi maleta.
-¿Qué le paso?
- No me di cuenta que habían cambiado la puerta de embarque del vuelo y cuando me di cuenta y corrí a la puerta 15, ya no había nadie. Corrí en círcul...
-Ya, si ya sabemos de usted. Dejé llamar.
-¿Si? (dijo una voz del otro lado)
-Llamo para preguntar por una maleta del vuelo LA700.
-¡¿Otra vez?! si ya llamaron para preguntar por ese weón.
-Si, pero yo soy de maletas perdidas. No te me pongai' choro.
Pasaron unos minutos y llegó mi papá.
-No si estos weones tenían el avión sobre-vendido.
-¿Tu creí?
-Si, si estas cosas pasan cuando está sobre-vendido. Por eso no te cobraron el cambio.
-Oiga, me va a tener que esperar un poco, lo que pasa es que se perdieron un montón de maletas y está todo el equipo tomando los reclamos. Está la cagá nomá. Dijo la chica.
Después de esperar unos 20 o 30 minutos, al fin me iban a entregar la maleta y me iba a poder embargar. Pero primero tenia que esperar que en check-in, abrieran una "caja" porque parece que todas se habían puesto de acuerdo para cerrarla, pero no importa. Ya me subiré al avión, porque después de vivir toda está adrenalina aventurera, nada más puede salir mal.
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Colecciones autóctonas de un viajero pobre.
ActionColecciones autóctonas de un viajero pobre. Detesto los famosos "Blogs" de viajes, en los cuales un tercero te relata en qué hoteles se hospedo, dónde comió, qué lugares visitó, etc, etc. Son aburridos y repetitivos, además las únicas personas que...