Capítulo 4:"Favores"
Mi mirada se quedó fija al frente, observando con terror aquél edificio.
¿Será que pasará lo que debo estar pensando?Mi teléfono vibró dentro del bolsillo de mi pantalón e inmediatamente lo agarré.
—¿Hola, hija?—preguntó mamá del otro lado de la línea.
—Hola mamá.
—Escucha, no podré regresar hasta más tarde por la lluvia, las calles están bloqueadas, así qué mientras tanto me quedaré en casa Sasha.— apenas pude escucharla ya que hacía interferencia en la comunicación.
—De acuerdo, no te preocupes
—Lueg...
—¿Hola?¿Mamá estas ahí?—la llamada finalmente se cortó. Se había quedado sin señal. Suspiré y guardé el teléfono. Miré a mí acompañante, debía preguntar pese a que ya sabía la respuesta.—¿Por qué estamos aquí?
—Lluvia, inundación— dijo siendo obvio.—, la camioneta sufrirá daños y no quiero sufrir las consecuencias, además nos quedaremos aquí hasta que la lluvia pare.— se alzó de hombros y salió del coche, hice lo mismo y ambos entramos rápidamente al lugar.
Me abracé a mi misma para conseguir un poco más de calor, sentía frío, pues mí ropa estaba toda mojada. Sacudí mis pies en la vieja alfombra contemplando el lugar, por dentro el ambiente era cálido, las paredes tenían un color beige que se daba de aburrido, un espejo y dos cuadros las decoraban. Una escalera la que sería la que llevaba a las habitaciones que no parecía tener muchas si nos referíamos del espacio que era pequeño. Un tanto... Acogedor.
Sebastian se acercó sonriente a la mujer de recepción.—Necesitaría dos habitaciones.
—Lo siento cariño, pero solo tengo una.—habló la mujer
—Gracias de todos modos, pero nos vamos.—dije antes de que Sebastian hablara.
—No se a dónde iras con esta lluvia, lo único que logradas será enfermar.— dijo la señora.
—No pienso quedarme aquí.
—Ya escuchaste, te vas a enfermar.—dijo Sebastian, tratando de mantener la calma.
¿Lo estaba haciendo enojar?
—¿Que comodidad tiene la habitación?—preguntó él, ignorandome por completo.
—Una cama matrimonial, un baño y por si tienes suerte un calefactor que funcione, 250 el día.— finalizó.
—Lo tomamos.—dijo sacando unos billetes de su chaqueta y arrojandoselos sobre la mesa mientras que la señora le entregaba la llave de la habitación.
No tuve tiempo ni de quejarme.
El chico le agradeció a la señora y subió las escaleras, me lo quedé mirando. Tenía una buena espalda, piernas largas y fornidas, también un lindo trasero.
—Es lindo tu novio.—mencionó la mujer. Había enrojecido, estaba segura.
—No, no. Él no es mí novio. Para nada, él es mí compañero de clase de hace muy pocos días.— la señora rió.
Casi me ahogo con la saliva al responder eso.
—Seguro lo terminarán siendo, mí primer esposo y yo nos tratábamos así en secundaria.
—Eso, no...
Me terminé ahogando con la saliva de lo nerviosa que me puse.
¿Qué demonios? Nunca en mí vida me había puesto de esta manera.
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Sebastian | En edición|
Vampir《Él llegó para protegerme, llegó para destrurime, llegó para tantas cosas que lo último que quería era atarme a él.》