Mis sueños se confundían junto a mis pensamientos, ya no sabía qué era real o no. Todas las noches era lo mismo, una gota de sudor en la frente y la constante sensación de sentirme observada.
No era agradable, en absoluto.
Buscaba una solución, pedía consejos a mi mejor amiga Sarah, pero ni ella podía controlar la situación. Mis padres estaban preocupados al verme aturdida todos lo días, y asustados.
Tanto así, que me consiguieron un psicólogo.
Pero, yo sabía que todas estas confusiones tenían un hilo que las sujetaba. Sabía que todo tenía conexión.
Y ese vínculo se dirigía a mis aficiones.
Una, en particular.
Dragon Ball.
Un día tenía visiones sobre Akira Toriyama y otro día escuchaba la voz de Milk, hablándome.
Era una estupidez, pero se sentía tan real. Veía los personajes andar, reírse y charlar tranquilamente en mi oído tanto en el día como en la noche.
Tenía miedo.
Todo esto se lo expliqué a la psicóloga, quien me recomendó ver nuevamente el anime para recobrar los nuevos habitos y desaparecer esas imágenes.
Y eso hice.
Vi Dragon Ball, Dragon Ball Z, Dragon Ball GT, Dragon Ball Super.
Una vez.
Dos veces.
Todos los capítulos.
Toda mi familia creía que estaba loca. Yo también lo creo.
O bueno, lo creía.
...
—¡Mamá, ya llegué! —grité entrando a la casa y dejando la mochila en el suelo.
—¡Bien! —me respondió asomándose por la cocina, viendo cómo subía las escaleras hacia mi cuarto, siempre hacía eso. Se preocupaba bastante por mí.
Entré en dicho cuarto y cerré la puerta tras de mí. Vi mi habitación moviendo únicamente mis pupilas, la amaba. Paredes color negro, con toques blancos que yo consideraba geniales. Daban una sensacion de tranquilidad. Lo que más necesitaba. Claro, tampoco podían faltar los posters de anime. Por un lado estaban los de Death Note, por otro de Caballeros del zodiaco, Inuyasha, Ranma 1/2, Tokyo Ghoul, Soul Eater, One Piece y, obviamente, Dragon Ball. Entre otros...
Respiré hondo y encendí mi computadora. Me senté frente al blanco escritorio y comencé a ver el siguiente capítulo, con éste terminaba oficialmente la saga de Majin Boo, y a su vez, Dragon Ball Z.
Observé las imágenes pasar emocionandome como la primera vez.
Y volvió ese ruido.
Ese insoportable ruido.
Murmullos, charlas que no eran dirigidas hacia mí.
Una vez intenté colocarles atención y agudizar oído para decifrar lo que decían. Pero no entendía, eran susurros inentendibles.
Aunque, esta vez, la voz era más clara.
Se me hizo bastante conocida, sí. Mucho. De alguna u otra manera la reconocía, pero no podía identificarla.
Paré el vídeo y me centré en aquello.
Escuchaba mi nombre una y otra vez, con un tono seguro y firme. Removí mi cabeza, no me agradaba escucharlo. No quería. No quería escuchar palabras falsas.
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With you, here - Gohan y tú ©
Fanfiction¿Realidad o ficción? Esa es la pregunta que se planteaba ___, una chica fanática del anime. Sobre todo de Dragon Ball Z. Día y noche añoraba viajar a ese mundo, que sinceramente amaba. A los personajes, a los paisajes y batallas. Pero en especial un...