~Capítulo 5~ Discuciones

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—¿Estás casado con Videl?

Detuvo su paso repentinamente, haciendo que choque con su espalda. Volteó hacia mí con entrecejo arrugado y una expresión de sorpresa.

 —¿Cómo sabes que se llama Videl?

—Me lo han dicho —respondí automáticamente, ya tenía preparada esa respuesta—. Solo responde.

Pasó una mano por su cabello, nervioso. Apoyó el lado derecho de su cuerpo contra una roca que estaba por aquí, la Montaña Paoz.

—No, no estoy casado con Videl. Pero pienso estarlo luego.

Ay, eso dolió. Al menos sé que la llegada de Bills aun no ha ocurrido, ya que pasa cuando Videl y Gohan ya están comprometidos.

—Si no me equivoco, ustedes acabaron con Majin Boo, ¿no? —asintió. Me balanceé divertida en el mismo lugar, jugando con el pasto— ¿Hace cuánto ocurrió?

—Una semana, si no me equivoco.

Oh, vaya, llegué bastante pronto.

—Basta de charlas —dijo colocándose recto, y adquiriendo una expresión seria. —Tenemos que seguir entrenando.

Me entristeció bastante, de verdad quiero saber dónde estoy situada. Ahora por fin había recolectado algo de información, no desaprovecharía la oportunidad.

—No, sigamos hablando. Quiero conocer más su historia.

—Pues será luego —apuntó con el pulgar tras de sí— Ahora continuemos trabajando.

—Vamos, no será mucho tiempo.

Nos mantuvimos quietos, al parecer, Gohan se tomó bastante en serio su trabajo. Llevo entrenando con él desde ayer, casi morí de cansancio. Hoy también estoy agotada, y lo peor es que aun falta la mitad de la clase.

—Ya dije que tenemos que proseguir.

—Gohan-kun... —murmuré intentando colocar la cara más tierna posible.

—¿¡No me oyes o qué!? ¡Ya he tenido bastante escuchando tus caprichos ayer! ¡Si no trabajamos como es debido, tendré que adquirir una personalidad distinta!

—¡Tú no eres así! ¿¡Qué te pasó, Gohan!? ¡Videl te está haciendo mal, lo sabía!

Transformó sus mano en un puño y acercó un pie a mi posición con un claro aspecto de enojo. Yo tampoco me quedaba atrás, le devolvía la mirada llena de odio e imitaba su posición.

—¡Tú no me conoces! ¿¡Quién te crees que eres para hablar así sobre ella!? ¡Has llegado recién ayer, no puedes hablar así de nadie!

—¡Los conozco más de lo que creen! —grité muy fuerte, y al hacerlo, sentí como si me hubiese quitado un peso de encima. 

En seguida me arrepentí de lo dicho. Ahora sospecharían de mí. Estúpida. 

—¿Ah, sí? ¿Y cómo, si se puede saber? —preguntó con un tono más curioso, pero sin quitar su ira. 

Desvié la mirada, ahora me sentía completamente vulnerable. Típico, desde que llegué he sido valiente, pero cuando quedo arrinconada, esa característica huye de mí. Jugué con mi cabello, que estaba atado a una coleta, siempre lo hacía cada vez que estaba nerviosa. Ahora no tanto, pero antes ese gesto era prácticamente parte de mí.

—No lo sé... pero conozco su historia.

Lo miraba de reojo.

—¿No lo sabes? ¿Es que acaso no sabes nada? —se mantuvo en silencio, viendo al suelo intentando analizar la situación—. Sabes nuestra historia... —Alzó la mirada— ¿Cómo era Majin Boo? —me retó.

Alcé la cabeza recuperando la confianza.

—Rosa, gordo; pero que con su evolución baja unos kilos. Podía convertir a personas en chocolate y en un principio fue controlado por Babidi. ¿Necesitas más?

—Oh, vaya, al parecer no mientes. —Dijo colocando una mano en su barbilla.

Coloqué las manos en jarra, en un intento de imponer autoridad.

—Bien, señor profesor, sigamos entrenando. Estamos perdiendo tiempo valioso, ¿no?

Se cruzó de brazos, algo irritado. Mientras yo mantenía una sonrisa burlona.

—Hablo en serio.

—Yo también.

—Nos mentiste, sí sabías sobre Majin Boo, ¿por qué? ¿Tienes algún plan? ¿Tienes algún aparato que te haga colocar un ki puro, mientras que es maligno?

—¡Yo no soy maligna! Entiende que no sé lo ocurrente. Llego y me encuentro con el guerrero vencedor de Cell, quien solo se encuentra gritándome.

—¡Pero es porque tú das las razones! —extendió sus manos apuntando todo su alrededor, el cual se componía por empinadas montañas puntiagudas. —Nos mentiste, ¿y quieres que confiemos en ti?

Erguí la espalda, entrecerrando los ojos. ¿Es que acaso no se pone en los zapatos del otro? Desconsiderado. ¿Qué le ha pasado?

—No voy a confiar en un imbécil que se la pasa dudando de mí todo el tiempo. Ustedes no son el centro del universo —contraataqué, con un tono neutral. Debo controlarme—. Y si creen que cada persona del mundo les dirá la verdad solo por su condición, dejenme decirles que están equivocados. ¿Qué te pasó, Gohan? Antes eras genial, ¿sabes qué? Te admiraba, pero veo que estaba equivocada sobre ti.

Sentí unas inmensas ganas de llorar. Viajo a este mundo, no sé por qué y tampoco me importa, y me encuentro con un Gohan totalmente cambiado. Sin sentimientos. ¿Dónde quedó su versión tierna e inocente, pero a la vez ruda y audaz?

Él cambió.

Y no lo puedo remediar.

¿Es que la línea de la historia desde este momento variará drásticamente?

Antes de que me diera cuenta, lágrimas ya salían de mis ojos. No, no, no. ¿Ahora lloraba? ¿Qué tiene el mundo contra mío?

Quiero volver.

Sin embargo, a lo largo de la vida entendí que lo que uno quiere no siempre se hace realidad. Y no hay que odiar aquello, hay que aceptarlo.

Sea como sea, superaré esto, un simple personaje no me derrumbará.

Callé mis sollozos lo más rápido que pude y sequé las gotas que recorrían mis mejillas. El cielo, ahora que me daba cuenta, estaba cubierto por nubes grises, lo que cambiaba drásticamente el ambiente presente.

—No seré esclava de alguien tan desagradable como tú. 

—Vamos, ___, no te lo tomes tan a pecho. —Dijo acercándose a mí, yo solo lo miraba detenidamente sin ningún sentimiento en particular— ¿quieres que yo me ponga en tu posición? Entonces tú colócate en la mía.

—No reaccionaste de esta manera con Freezer, ni con Cell, ni con Majin Boo. ¿Por qué conmigo sí?

—Porque eres una saiyajin, y eso es algo que no se ve todos los días. —ladeó la cabeza—. Si nos has observado todo este tiempo, debes conocerme.

Desvié la mirada nuevamente, no soy capaz de responderle viendolo directamente a los ojos. Me dolía. Me dolía aceptar esta realidad.

—Así es, te conozco, nunca te enfadas tan rápidamente. ¿Por qué ahora sí?

Movió sus pupilas observando todo el lugar, para luego posarlas nuevamente sobre mí. Se mantuvo unos segundos así hasta que dijo no muy convencido.

—Ahora me debo ver patético. En fin —suspiró—, trabajaremos juntos, por lo tanto, tenemos que conseguir confianza entre ambos. Quizá seas como yo predije, pero si entrenamos con esta actitud no llegaremos a ninguna parte. Verás... —agudicé oído, no debía perderme ningún detalle— Últimamente he estado teniendo muchos sueños, algo inusual. Prácticamente todos los días aparecen. Todos ellos consisten en lo mismo, en el regreso de Freezer —dijo esto último tembloroso, pasando una mano por su cabello—. Mucho más fuerte, con un extraño color dorado. Y temo que puedas tener algo que ver con ésto. 

Gohan está teniendo un sueño premonitorio.







With you, here - Gohan y tú ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora