Vegeta estaba ahí.
¿Cómo es que había llegado tan rápido?
Bajó del marco del cristal y se acercó a mí con un puño firme y entrecejo arrugado.
—¡¿Quién eres?! ¡¿Por qué una humana tiene un ki como ese?!
Mi cola se movió en un gesto de defensa y él la notó. Abrió más sus ojos impresionado dispuesto a replicar, pero yo me adelanté.
—Porque soy una saiyajin.
—Eso es imposible, todos murieron. —Tartamudeó y luego agregó con voz más ronca— ¿¡Quiénes son tus padres, maldita mocosa!?
¡¿Quién se ha creído este patán?! ¡A mí nadie me habla con ese tono!
Aunque, yo nunca soy así. Jamás he estado muy resentida o enojada con alguien. Sin embargo, ahora que me ha llamado de esa manera la rabia sufre por mis venas.
¿Cómo es que de llorar en una esquina pasé a estar enojada por todo? Esa característica propia de esta raza es muy marcada.
Y no la puedo controlar.
¿Eso es algo bueno, o algo malo?
—¡No me vuelvas a llamar así, simio imbécil! ¡No sé lo que pasa, no sé por que soy una saiyajin! ¡Sufrí una pérdida de memoria! ¿¡Contento!? —rugí manteniendo mis manos firmes en un puño.
Vi en los ojos de Vegeta, aunque sea un segundo, una mirada de pánico. Pero enseguida negó con la cabeza devuelta a su semblante de furia.
Levantó una mano y me agarró del brazo con mucha fuerza, sentía mi piel desgarrandose.
—¡Suéltame, bruto!
—Vegeta, para —escuché decir a Gohan mientras yo luchaba con soltarme del agarre.
No hizo caso a su orden.
—Dile a los demás que nos vemos en la Corporación Cápsula. Seguro esos debiluchos no pueden captar este ki tan particular. Pero quizá sepan algo.
Sin decir una palabra más, se acercó a la ventana muy rápidamente y emprendió vuelo. Yo seguía siendo víctima de su agarre.
Miré hacia atrás, para ver si Gohan seguía ahí. Afirmativo. Continuaba en la misma posición, observando cómo nos íbamos. Noté que movió sus labios susurrando algo a Milk.
Estoy segura que seré todo un problema ahora mismo.
¿Afectaré la línea de la historia? Es decir, al parecer estoy en el tiempo que pasa entre la derrota de Boo y la llegaba de Uub, Dragon Ball Super. ¿Acaso intervendré en algo?
Volví la mirada al frente, nos desplazabamos tan rápido que me era hasta difícil ver. Bajé la mirada para no sentir el viento en mi cara y coloqué mi antebrazo frente a ella, porque dolía.
—¿Cuál es tu nombre? —cuestionó Vegeta, frío, con la vista fija hacia delante.
—___, a tu servicio, príncipe saiyajin —respondí irónica.
Sonrió de lado, acelerando un poco la velocidad del vuelo.
—Con que ya sabes quien manda aquí.
—¿El que manda aquí? ¿Goku? ¿Dónde está Goku? —dije burlona fingiendo como si lo buscara. Vegeta es un personaje que me agrada mucho, es divertido molestarlo amistosamente.
—Kakarotto es un guerrero clase baja. Es inútil tenerlo como jefe. Además, es un idiota ingenuo.
No respondí nada, si lo hacía enfadar más seguramente me haría caer. Y bajar a más de 100 km/h no es una experiencia tan agradable que digamos.
No tardamos en llegar. Descendimos al patio de C.C, todo el lugar era hermoso. Se veía real, como si estuviera en un patio cualquiera.
Es genial.
Vegeta dirigió sus pasos hacia la entrada trasera del edificio, aun sin soltarme.
—¡Déjame ya! ¿Sabes? Sé caminar —exigí siendo prácticamente arrastrada.
—¡Bulma! —gritó al entrar, ignorándome por completo. Decidí no insistir, quiera o no ésta es una situación crítica para todos ellos.
La peliazul apareció frente a nosotros ya en el salón, nos miró intrigante con brazos en jarra.
—¿Quién es ella?
—___, mucho gusto —me apresuré en decir amablemente conforme me levantaba del suelo.
—Una saiyajin —interrumpió Vegeta.
Nadie habló, ni hizo el mínimo movimiento. Bulma y yo solo nos mirábamos; en sus ojos noté una mirada de odio o desconfianza, no podría descubrirlo.
Hoy parece que todos están algo lentos.
Durante aquella escena apareció en el lugar el pequeño Trunks preguntando por Goten. Casi enseguida se dio cuenta de mi presencia.
—¿Quién es?
Bulma miró de reojo a su hijo y luego posó la mirada en Vegeta, señaló con la cabeza a Trunks en un gesto para señalar <<¿Le decimos?>>
—Es ___—dijo directamente Vegeta con brazos cruzados y con los ojos viendo a otro lado.
—Trunks —habló rápidamente la peliazul antes de que Vegeta mencionara algo más— ¿Tienes tarea?
El chico frunció el ceño e hizo la misma posición que su padre.
—Mamá... —susurró con un tono de tristeza—. Es que...
—Ve a hacerla —dijo Bulma señalando el pasillo y con la mano libre en su cintura.
Trunks bajó la cabeza rendido y caminó hacia donde se le había indicado.
Volvieron las miradas hacia mí.
Porque, claro, su hijo era más importante que mi llegada.
Cute <3
Aunque si ésto fuera como debería ser, no sería así.
Aquí hay gato encerrado
O simplemente, todos han cambiado.
Es la opción más lógica, ¿cierto? Porque si no, ¿quién los cambiaría?
—Olvidó todo —dijo Vegeta entre el silencio— ¿¡Como pudiste olvidar algo así!? ¿¡Acaso te cayó un meteoro en la cabeza!?
Todos nos hallabamos parados en medio de la sala, alrededor de una mesa circular. Yo estaba más cerca de Vegeta, él estaba a prácticamente a un metro de mí. En cambio, Bulma se encontraba situada en el otro extremo.
—No me culpes por algo que no puedo controlar —murmuré contando hasta diez, no debía perder la calma. Es ahora lo que menos serviría.
—¡Eh, llegamos! —Se escuchó un grito proveniente de la entrada— ¿Nos buscaban? Parece algo grave.
Se oyeron varios pasos hacia acá, cada uno más rápido que el anterior. Hasta que finalmente aparecieron en el lugar.
Krillin, Yamcha, Videl, Piccolo.
Qué grata sorpresa.
¡Armemos una fiesta!
ESTÁS LEYENDO
With you, here - Gohan y tú ©
Fanfiction¿Realidad o ficción? Esa es la pregunta que se planteaba ___, una chica fanática del anime. Sobre todo de Dragon Ball Z. Día y noche añoraba viajar a ese mundo, que sinceramente amaba. A los personajes, a los paisajes y batallas. Pero en especial un...