Hannelore © | Libro #8 |

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He visto claramente como Ian golpeaba a Sean, reí para mis adentros, justo lo que quería presenciar. Salí de mi escondite, para ver cómo se levantaba del suelo, le ofrezco mi mano, él la acepta extrañado.

—Todo esto ha sido tu culpa, ¿por qué lo has hecho?

—Digamos que era parte de un plan, no te preocupes, Ian no volverá a tocarte. Pero más te vale no levantar cargos en su contra o te haré la vida imposible, recuerda, Sean, yo hice que te acercarás a Chris, yo puedo hacer que te alejes con sólo un movimiento —Mi sonrisa se amplió, demostrándole todo el control que tenía en la situación.

—No entiendo cuál era el propósito, ¿por qué me dijiste lo solo y hermoso que era tu hermano? —Me pregunto limpiándose el labio con restos de sangre seca.

—Porque quería, además debo juntar las piezas, dañar a los serafines era un primer paso —Me encogí de hombros, aunque Sean no logro entender lo de serafines, mi familia y yo sabemos a la perfección quienes son.

Ahora sólo me faltaba dañar a Adrien, Mikaela estaba totalmente hundido a causa de Janis, pero en el caso de mi pequeño hermano albino, él sólo recibía bullying de parte de sus compañeros, tal y como les pedí, a pesar de que me obligaron a darles dinero, basto para saber que la vida estudiantil de mi dulce hermano con heterocromía era un infierno.

Tres serafines acabados por una gran pesadilla color rosa.