Una semana, una jodida semana desde que no veía a Patrick ¡Nisiquiera en el autobús! El primer día pensé que tal vez iría tarde, el segundo que le pudo haber pasado algo, pero pasando el tercero y el resto de días supe que me estaba evitando, lo que me hizo sentir mal por haberle hablado así.
Ya era 16 de Abril salí de casa media hora más temprano para ver si Patrick ahora salía más temprano para así evitarme, ya que días anteriores salí tarde y tampoco lo vi, me escondí sentada en una banca un poco alejada de la estación de autobuses con la distancia suficiente para ver todo lo que ocurría, comencé a desesperarme por que el autobús ya casi se iba y no había rastros de el, me subí al autobús y este comenzó a arrancar pero antes de que se marchará subió ¡Patrick subió al autobús!
Cuando su mirada inspecciono el lugar esta cayó sobre mi, se detuvo un momento para luego a paso rápido pasar de mi ignorando por completo sin siquiera verme y sentarse de los de hasta atrás, junto suyo había un lugar vacío por lo que no desaproveche el tiempo y me senté a su lado, al verme sus facciones se descolocaron pero recobró la compostura y me ignoro nuevamente
-Hola-me atreví a decir. El me miro de soslayo y asintió a forma de saludo
-No vas a hablar-lo pensó un momento y negó lentamente
-Lo siento-esta vez si me miró, estaba bastante sorprendido al igual que yo
-¿Por-por qué lo sientes?-suspire pesadamente por que hubiera respondido-Por el cómo te hablé aquél día, no quería ser grosera ni mucho menos, sólo-bufe-había tenido un mal día, eso incluyendo que tu me pones los pelos de punta cuando me hablas como si nos conociéramos de toda la vida y en resumen, fui una idiota. Lo siento-asintió lentamente como si no lo creyera
-Por favor di algo, me siento más estúpida si no me contestas
-Perdón. Es que no hay que pueda decir, estoy tan confuso por todo esto
-Créeme, no eres el único-río bajito y volvió a mirar al frente, por lo que di por terminada nuestra conversación y mire por la ventana
-Así que, Leah ¿estudias Turismo?
-Hum sí
-¿Por qué has escogido eso?
-Es lo mío, digamos que siempre he querido viajar por el mundo y vivir nuevas experiencias, salir de aquí y no me mal entiendas amo este lugar sólo que me gustaría conocer otros lugares
-Me gusta tu forma de pensar
-¿Ha sí? Y tú, dime ¿estudias? ¿trabajas?
-Ambas, estudio económia y trabajo en un restaurante que esta en la plaza principal, es muy conocido
-¿El Royal Spraid?
-Sí, en ese
-Yo trabaje ahí
-¿Y qué pasó?
-Digamos que soy muy impuntual
-Oh, entiendo
-Sí, además de que bueno...una vez le tire la charola "accidentalmente" a un señor que me llamo "amorcito"
-¿Entonces tuve suerte?
-¿De qué?
-De que no me golpearas la vez que te llame linda-solté una carcajada
-Pero es muy distinto recibirlo de un chico de unos 23 a lo máximo a de un señor que seguro rozaba los cincuenta y además llevaba a una pequeña con el
-Vaya es un buen argumento
-Como sea, de todos modos ya tengo un nuevo trabajo y es mucho mejor que el otro
-Oh, vamos ¿que tiene de mejor si Beatriz no esta contigo?-reí como foca epiléptica sin poder contenerme, porque demonios, Beatriz era la gerente del lugar y era el diablo personificado además de que su ojo de vidrio intimidaba hasta la mismísima mierda
-Tienes razón, es lo que más extraño de ese trabajo-y ahora el río conmigo
-Bueno Leah, creo que debemos bajar aquí-mire por la ventanilla y note que casi llegábamos a nuestro destino, me levanté para pedir la parada pero el auto freno de golpe y casi caigo
-¿Estas bien?-dijo Patrick parándose a mi lado
-Sí, sólo fue un descuido-sonreí para tranquilizarlo
-Bien-bajamos del auto y caminamos un poco hasta que tropecé con una piedra y caí al suelo lleno de lodo ya que el día anterior había llovido, el impacto sólo lo sintieron mis manos ya que mi torso era detenido gracias a las fuertes y grandes manos que me sostenían de la cintura me puso de pie y miró mis manos con desagrado al igual que yo
-Deberías limpiarse eso-dijo refiriéndose a mis manos
-Lo haré
-Ahora
-Pero...-me interrumpió con una seña y saco algo de su maleta: papel higiénico, agua embotellada y antivacterial
-Pon tus manos-obedecí y el me hecho agua ayudándome a limpiarlas, me pidió que las sécara con el papel y después hunto con cuidado el antivacterial con sus manos en las mías lastimadas
-Deberias tener más cuidado Leah
-No te preocupes, me pasa todo el tiempo, soy como un imán de problemas
-Creo que ya lo había notado-bufe y el río
-Entonces Economía
-Economía-corroboro el
-Genial
-Sí, Leah. Fue entretenido hablar contigo, debo irme
-De acuerdo, y enserio lo lamentó
-Ya no te preocupes
-¿Mañana a las siete?
-Mañana a las siete-sonreí y di la vuelta para seguir caminando a la universidad sabía que había hecho lo correcto, o eso sentía
Nunca hacia mal tener un nuevo amigo.
Pase el resto del día entre tareas, trabajo y pláticas con mis padres por salir horas antes de casa pero generalizando fue un buen día
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El último autobús amarillo
Fiksi RemajaÉl no daría un giro de 180° a mi vida Él no me daría la lección de mi vida Él no apostaría a enamorarme con sus amigos Él no era un vampiro o cualquier otro ser fantástico Él no cambiaría mi imagen ni me haría popular o algo parecido Él no me rompe...