Narra Christopher:
Abrí la puerta y observé como Oscar estaba a punto de llorar, sus ojos estaban llenos de frustración y preocupación.
Se tiró a mis brazos y noté como su cuerpo se relajo de golpe, como toda esa preocupación se estaba yendo cuando me había tocado. Subí mis brazos a su espalda mientras la acariciaba.
-¿Podemos hablar? -pregunté.
Oscar se separó de mi y me miró sonriendo, asintió y se fue hacia mi habitación. Cerré la puerta de la entrada, me di la vuelta y seguí a Oscar.
Me senté en la cama mientras que Oscar se quedo mirando mi habitación, es una persona que le gusta analizar todo, sacar conclusiones antes de que nadie le explique que esta pasando.
-Creo que ya lo he entendido. -soltó mientras se llevaba la mano a la barbilla.
Le miré extrañando y caí en la cuenta de que no había recogido la habitación, lo único diferente eran los pantalones que no estaban el suelo sino puestos en mis piernas.
-Cuando estés cachondo y necesites ayuda para una paja no me llames, me habías preocupado. -me dijo con una mirada penetrante.
-No es eso Oscar, siento algo, no lo he sentido nunca, es algo raro de explicar. -dije intentando sonar convincente.
-Te conozco Chris, sé perfectamente que esa paja que te acabas de hacer ha significado algo, ha significado que te has encontrando, que has encontrado tu estabilidad...
-No lo sé -le interrumpí. -¿Cómo se sabe si a uno le gustan los chicos? -pregunté asustado.
Oscar se calló y acto seguido comenzó a avanzar hacia mi, mi corazón se estaba acelerando, cuando estaba cerca de mi, puso una rodilla sobre la cama y abrió mi piernas, se agachó un poco y puso su mano sobre mi pelo, se estaba acercando a mi cara.
Notaba su respiración como chocaba con la mía, como nuestras narices estaban unidas y no podía evitar mirarle los labios haciéndome que me pusiera nervioso.
-Es sencillo. -dijo susurrando.
Aparto su nariz de la mía y unió sus labios con los míos mientras me mordía los labios, cerré los ojos ya que me sentía a gusto y no necesitaba mirar a nadie solo concentrarme en los labios con sabor a fresa de Oscar, se sentía tan bien besando a mi mejor amigo.
Narra Daniel:
Mis pasos sonaban firmes mientras avanzaba por aquel cementerio, mucho dolor y sufrimiento se notaba por todas partes, familias destrozadas, matrimonios o incluso personas solas que no tienen a nadie están aquí, la cuales están descansando o no en paz.
Observé la tumba de mi padre, algo tenia que esconder, no podían estar relacionados los casos de Cristina con él. Una letra en su nombre me desconcertó, la toqué y note como se podía girar así que la gire para el lado contrario.
Me alejé ya que escuche el sonido de un mecanismo sonar, la tumba de mi padre se comenzó para la derecha dejando unas escaleras al interior de ella. Bajé las escaleras y como era de esperar un despacho con muchas pantallas había dentro de la tumba.
-No puede estar aquí. -me dijo un hombre trajeado.
-Quiero verlo, soy su hijo, tengo todo el derecho. -le dije con la mirada desafiante.
La silla de cuero la cual me estaba dando la espalda se giro haciendo desvelar aquella persona que tanto daño había estando haciendo.
-Solo vengo a decirte que paras con todo esto o yo te parare. -le dije gritando mientras le señalaba con un dedo.
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¿Eres Real? 3
Teen FictionTercer libro de la saga '¿Eres Real?' Después de todo lo que ha vivido Cristina junto a Daniel. Comienzan una nueva etapa en Argentina. Cristina empieza a investigar sobre unos asesinatos que hay en la ciudad relacionados con su pasado. En cambio...