Capítulo 1: Conociéndonos

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Narra Christopher:

Las vacaciones han acabado, eso significa volver a la ruina de siempre, clases y más clases.

No soy un buen estudiante, para que engañaros, pero si soy bueno en los deportes y sobre todo con las mujeres, ya me entendéis.

-¡Chris! -gritaron mi nombre.

Me di la vuelta para ver quien me estaba llamando, era Oscar, mi mejor amigo, es algo ratito, le gusta el ballet y tiene un punto de suicida. Pero siempre ha estado conmigo en los momentos buenos como en los malos.

-Oscar. -le dije con una sonrisa.

Le di un abrazo y nos pusimos rumbo a clase. Mi instituto es concertado, lo peor que hay. Está lleno de zorras, subnormales y gente que se cree importante en algo.

Llegamos a 4°A y nos sentamos en primera fila, me daba igual el sitio, mientras pudiera dormir.

-¿Qué tal tus vacaciones? -pregunté.

-Bueno... -dijo Oscar nervioso. -Conocí a alguien, pero fue mi destrucción. -dijo sarcástico.

-Las mujeres son destructivas, es algo que tienes que tener claro. -comenté.

-No era una mujer... -comenzó a tartamudear. -Era un hombre... -soltó un respiro.

-Sí ya te lo decía yo, haciendo ballet te acabarías convirtiendo en maricón. -dije riéndome mientras le daba un golpe en la espalda.

Me desafío con la mirada. Creo que no tendría que haber dicho eso, pero sabe que lo digo en broma.

-No tiene gracia. -respondió seco.

-Bueno, bueno... Perdona, no era mi intención. ¿Estás bien? -pregunté.

-Define estar bien. No creo que importe como estoy yo, ya da igual después de lo que me hizo. -dijo.

-¿Cómo? ¿Qué te hizo? -pregunté sin entender nada.

-Me...

La profesora de lengua, una mujer vieja, bastante bajita y con un mal genio impresionante interrumpió a toda la clase cerrando la puerta de un portazo.

Toda la clase se quedó en silencio junto a mi amigo, pero mi cabeza no paraba de pensar en lo que me había contado Oscar. ¿Ser gay es sano? No sé, lo veo algo bastante raro. Con lo bonito que es el cuerpo de la mujer y se fija en el de un hombre. No lo entiendo.

Mi vida cambió bastante desde que mis padres murieron a manos de mi hermana. Ella siempre me ha dado libertad y sobre todo me ha cuidado en todo momento.

Mucha gente me llama malcriado y muchas veces yo también lo pienso, no he tenido unos padres que me enseñen a madurar lo suficiente.

Daniel es como un padre para mi, pero el ve normal muchas cosas que yo no veo normal, dice que es la edad, pero yo no le creo.

¿Tengo pareja? Bueno, si se puede llamar así. Es una relación extraña, ella hace lo que quiere y yo también, solo nos vemos cuando queremos tener sexo.

Narra Cristina:

Todo se me va de las manos, nada de lo que pone en este libro tiene sentido. Mi padre Javier observaba diariamente a los Rodríguez pero, ¿con qué fin?

No paran de haber asesinatos por todas partes. Tampoco paro de soñar con mis padres, con la muerte de Alejandro con Andrés.

-¿Otra vez con lo mismo? -preguntó Daniel.

¿Eres Real? 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora