Capítulo 3: Eres Tú

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Narra Christopher:

Rubio, con un brillo especial en sus ojos, con un cuerpo delgado, son los rasgos del chico que hizo daño a mi mejor amigo.

-Sigo sin comprender como te puede gustar el cuerpo del hombre, con la preciosidad que es la mujer. -digo entre dientes.

-La cuestión es que es como todos los tíos, un hipócrita que piensa que se va a comer el mundo. -suelta Oscar de golpe.

De verdad que intento comprender la situación, pero mi cabeza no tiene información suficiente, ni tampoco el sentimiento adecuado para ponerme en la posición de Oscar.

-Christopher sal a la pizarra. -me ordenó Jacinta, la profesora de literatura.

No puedo quitarme de la cabeza lo que le pasaba a mi mejor amigo, no llego a comprender esta conexión que empiezo a sentir con él, esa forma en la que mi cerebro quiere entenderle, intentar sentir lo que él está sintiendo ahora mismo, pero no puedo.

-¡Christopher! -gritó mi nombre de nuevo.

Moví la cabeza atontolinado, no estaba prestando atención a la clase.

-¿Sí? -pregunté confundido.

-Que salgas a la pizarra. -volvió a repetir.

Me levanté de la silla y fui directo a la pizarra sin antes tocar la mano de mi mejor amigo, ¿por qué hice eso? Fue como un instinto, mi cerebro pedía que lo hiciera.

Llegué a la pizarra e hice la oración compuesta subordinada que nos había puesto la señorita más vieja del instituto.

Nos encontrábamos en el recreo, Oscar estaba tirado en el césped con los cascos de su iPod en las orejas mientras movía los pies con pasos de ballet.

-Oscar. -solté un suspiro.

Oscar me miró, se quitó un casco para poder escuchar lo que le quería decir.

-Ese chico, ¿te engañó? -pregunté directo.

-¿Una? Yo diría que fueron más de 10. -respondió con un nudo en la garganta.

Noté como se estaba poniendo nervioso y agarraba su muñeca con fuerza. Me acerqué a él, para poder evitar que se hiciese daño, me tropecé y quedé muy cerca de sus labios, noté como su respiración y la mía se aceleraron.

Me aparté rápidamente, y salí de aquel lugar lo más rápido que dieron mis piernas.

¿Qué acaba de pasar? Me repetía una y otra vez en mi cabeza, no soy tan torpe ni tampoco me suelo preocupar por nadie excepto por mi.

En todo lo que quedaba de clases no me acerqué a Oscar, tenía miedo que nos vieran juntos, que empezarán los comentarios, y que sobre todo hicieran más daño a Oscar del que hizo el malnacido ese.

Abrí la puerta de la entrada, avancé unos pocos pasos hasta que me paré en seco observando como Oscar estaba discutiendo con un chico.

Era él.

Narra Cristina:

Un fuerte golpe hace que pierda el equilibrio y caiga de culo, me toco la nariz y observo en mis dedos como hay sangre seca.

-Veamos, tú eres un sicario del jefe, un hombre patético el cual sigue órdenes de un hombre calvo y viejo, el cual te manda a hacer el trabajo que no puede hacer él. -dije con tono humorístico.

Aquel hombre se acercó a mi, levanto su pierna y tenía intenciones de pisarme el abdomen, rodé haciendo que pisara el suelo, cogí su pierna y la lancé hacía delante haciendo que se cayera de la misma forma en la que me caí yo.

Me levanté rápidamente y me senté encima de él, cogiendo sus manos para inmovilizarle.

-Parece que te ha sentado mal lo que te he dicho. -dije.

-No te diré nada, me han preparado para no responder a tus preguntas. -dice el hombre.

¿Le han preparado? ¿Quién? Aunque, esa persona debe conocerme bastante bien para poder preparar mentalmente a una cierta persona para que no se someta a mis preguntas.

-¿Te suena el nombre de Andrés Rodríguez? -pregunté frunciendo el ceño.

Noté como su cuerpo se tensó y se puso nervioso, sabía algo de ese nombre, eso estaba claro.

-Noto tu nerviosismo en tus piernas, esto va a ser más fácil de lo que pensaba.

-Cristina, hija de Alejandro y Javier, bueno me retracto, hija de Lucas y Maria, asesinados por su propia hija que se dejó llevar por la venganza. -soltó de golpe aquel hombre.

¿Cómo sabía eso? Solo dos personas saben sobre eso, no podía ser verdad, uno de ellos está muerto y la otra persona vive conmigo.

Levanté el puño y lo estampé en la cara de aquel hombre, dejándolo inconsciente.

Me levanté y me fui de aquella tienda la cual su aspecto era un caos, muebles rotos, objetos por los suelos, es como acaba un lugar después de una fuerte pelea.

Me dolían las costillas y un poco la nariz, antes de pasarme por mi despacho decidí ir a urgencias y que me mirasen si me he roto algo.

Saqué mi teléfono, marqué el contacto con el que tengo más confianza y esperé a que respondiera.

-Sigue vivo. -dije.

-¿Cómo? Es algo imposible.

-Mi marido no tiene nada que ver, el único que odia a mi familia es él, y solo él.

-Cristina, ¿estás segura?

-Nunca lo he estado más.

Era un 50% contra otro 50%, y estaba claro que Daniel no tenía nada que ver con esto, desde el principio el único que llegó a odiar a Alejandro y después querer matar a Javier es él.

Te tengo asesino, por fin vas a ir a la cárcel por todo lo que has hecho.

Narra Christopher:

Me acerqué a ellos, cuando estaba lo suficientemente cerca, solté mi mochila y le pegué un derechazo a aquella persona.

-Como te atreves a aparecer aquí, después de todo. -le dije con rabia.

Oscar me agarró la mano e impidió que le soltará otro puñetazo.

-Vámonos por favor. -dijo con la voz rota y desquebrajada.

Cogí mi mochila y me la puse de nuevo en el hombro, hice caso a Oscar, nos fuimos dejando aquel chico con lágrimas en los ojos.

Era él, claro que era él.

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¡HOLA! ¡UN NUEVO CAPÍTULO! ¿Qué os ha parecido este capítulo? Demasiada pelea y demasiado suspense para ser el tercer capítulo.

Espero que os haya gustado mucho el comienzo del libro. Gracias por todo el apoyo.

Debo pediros disculpas por toda la demora en subir capítulos, pero estoy super, super ocupado con los estudios.

Gif: Buffy cazavampiros.

No olvides de puntuar y comentar.

Os quiere: Mralexx98.

¿Eres Real? 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora