Tercer libro de la saga '¿Eres Real?'
Después de todo lo que ha vivido Cristina junto a Daniel. Comienzan una nueva etapa en Argentina.
Cristina empieza a investigar sobre unos asesinatos que hay en la ciudad relacionados con su pasado.
En cambio...
Todo me pesa, no sé realmente quien soy. Si una buena ciudadana o una simple mujer que se está guiando por la venganza.
No lo sé.
Abro los ojos lentamente mientras veo como la luz solar empezaba a penetrar en la habitación a través de las rendijas de la persiana mal bajada. Me incorporo de la cama y observo a mi marido, como respira tranquilo con la conciencia bien tranquila.
He matado a mis padres, es algo de lo que no me siento orgullosa, pero debía hacerlo. Debían pagar todo el sufrimiento que habían hecho pasar a mis padres adoptivos.
Realmente con el tiempo, descubres que todo lo que tú crees es mentira. Javier me robó, eso es cierto, pero lo hizo para no tener que soportar a unos maltratadores.
-Buenos días. -susurra Daniel.
Le sonrio intentado que no note mi nerviosismo, que no vea lo mal que me encuentro actualmente.
Me acerco a sus labios donde poso los míos dejando un cálido beso a modo de buenos días.
Me levanto de la cama y me acerco al espejo, toco mi cuello hasta encontrar un collar con los anillos de matrimonio de mis padres.
Suspiro y veo como una lágrima cae de uno de mis ojos. Daniel mete su mano por mi espalda recorriéndola en forma de círculos.
-¿Los extrañas verdad? -pregunta susurrándome al oído.
Asiento mientras Daniel me besa el cuello y veo a través del espejo como encajamos a la perfección, como dos piezas de un puzzle.
Después de dos horas.
-Te estoy hablando Christopher. ¿Me quieres hacer caso? -pregunté molesta.
-Nana, ¿ser maricón es bueno?
Chris siempre me llamo nana, viene de hermana. Me giré de golpe y le miré con odio.
-¿Eres tonto? -pregunté gritando.
-No lo veo algo natural, es como una enfermedad. Pero no hacen daño a nadie. -respondió esquivando mi pregunta.
-Yo no te he criado de esta forma, ¿a qué viene toda esa bobería? Ser homosexual es algo natural como ser heterosexual, en cambio, ser un homófobo no. -comenté harta.
-Pero...
-No quiero hablar más de este tema, tus abuelos eran gais, así que ten un poco de educación y respeto. -le interrumpí cortante.
Me di la vuelta y continuamos andando sin decirnos una simple palabra, solo se oía el ruido de la calle, nuestras pisadas firmes y algún que otro mensaje que provenía del teléfono de Chris.
-¿Quieres hacer el favor de ponerlo en silencio o contestar? -le dije en forma de indirecta.
Sacó su teléfono del bolsillo, lo desbloqueó y miró los mensajes. Pude observar por el rabillo del ojo como eran mensajes de whatsApp.
-Bueno nana, nos vemos en la tarde. -me dijo sonriendo.
Guardó su móvil en el bolsillo y empezó a correr. ¿Qué misterio se traerá? Mi teléfono comenzó a sonar, lo saqué y pude observar como era mi marido.
-¿Dime?
-Cristina, ¿está todo bien? -preguntó Daniel asustado.
-Claro, ¿por qué lo preguntas?
-Ha llegado una carta a casa, dentro de ella había una carta con una foto tuya y de tu hermano, creo que alguien os está siguiendo. -dijo alterado.
Narra Christopher:
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Llegué corriendo a la entrada del instituto, vi a Oscar.
-¿Estás bien? -le pregunté preocupado.
Una lagrima cayó de los ojos de Oscar deslizándose por su mejilla hasta caer al suelo.
-¿Oscar, estás bien? -volví a preguntar.
Le toqué la barbilla mientras le acariciaba la cara mientras asentía en forma de todo está bien. Le abracé fuerte mientras que todo el mundo nos miraba bastante raro. ¿Unos amigos no se pueden abrazar sin que nadie les mire?
-Venga, vamos a clase. -dijo con un tono roto.
¿Qué le habrá pasado? Nunca le había visto así, nunca le había visto tan roto por nadie, incluso he podido notar su miedo, su inseguridad incluso su corazón roto cuando le he tocado la cara.
El conocimiento de uno mismo facilita el proceso de pasar del miedo a ir al encuentro del otro de una forma mas abierta, tolerante y relajada. Conocerse implica salir de la sensación de auto-abandono en el que uno se ha alejado de su propio ser. Nos preocupa tanto la opinión exterior, dedicamos tanta energía a complacer a los otros, que abandonamos el cultivo del amor propio, curativo y sanador. En la tradición judeocristiana se ha ido creando un temor al amor propio por no caer en la esclavitud del yo, del egocentrismo. En cambio en el budismo no existe la liberación por factores ajenos, sino la auto-liberación. Es a través del amor propio y de la compasión como uno se libera de la esclavitud del yo.
Para conocerse a uno mismo es necesario darse espacios en los que uno no tenga nada planificado.
Es algo que aprendí leyendo algunos libros del padre de Cristina, creo que se llamaba Alejandro o Alex, no recuerdo claramente su nombre.
Nos sentamos en la última fila en clase de literatura. Observaba a Oscar como tenía la mirada perdida y distante a la clase. ¿Qué le habrá hecho ese chico? Realmente quiero saber que le ha hecho para que esté así, mi mejor amigo nunca había estado tan apagado y tan muerto.
Narra Cristina:
Los papeles se cayeron de mi mesa, me agaché y observé uno de ellos, lo cogí ignorando los demás y me detuve en el titulo:
''Sangre en el cementerio de Toledo, pero no hay rastro de ningún cuerpo''
Ese titulo me hizo pensar en Andrés, ¿realmente se quitó la vida? o ¿simplemente se hirió? Pero no puede ser él, no puede ser un asesino en serie con la edad que actualmente tiene. Dejé el papel sobre la mesa y entré en la base de datos de la policía y miré su perfil. Lleva desaparecido desde la última vez que le ví, no sé sabe nada de él.
Sigo sin saber cual es la pieza que me falta para poder terminar de encajar el puzzle al completo.
Solo una pieza más: ¿Quién es el que está mandando toda esa gente a por mi y está asesinando?
