Capítulo 9

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6 meses después.
Hacía meses que no hablaba con Heiji igual que antes. Pretendíamos que todo iba bien cuando hablábamos pero siempre nos evitábamos el uno al otro en la medida de lo posible.
Echaba de menos tener una conversación normal con él, como las que teníamos con 14 años, y solo nos preocupábamos de que nuestros padres nos dejaran quedarnos a dormir juntos como cuando éramos niños (sin hacer nada, pervertidos).
Echaba de menos ver cómo me dirigía sus sonrisas, esas en las que se notaba que estaba tranquilo, y no le incomodaba verme.
Y además me odiaba a mí misma por no haberle dicho en su momento que no sólo me gustaba, sino que llevaba desde los 15 años enamorada de él.

El día de la graduación se acercaba y yo tenía que dar un discurso como la mejor alumna de la clase. Así que entre los exámenes finales, escribir el discurso, mi madre llevándome a todas las tiendas de la ciudad para escoger un vestido para la ceremonia, mi mejor amiga a la que tenía que ayudar porque a ella no se le daban tan bien los estudios y tener que hacer de niñera dos veces a la semana para poder tener algo de dinero para que mis padres no paguen el vestido enteramente ellos; estaba MUY estresada, a decir verdad.
Estaba releyendo por tercera vez el discurso, sin que terminara de convencerme, cuando llamaron a la puerta.
Fui a abrirla mientras tatareaba el estribillo de una canción de los Beatles. Al abrir la puerta me callé de repente en mitad del "with diamonds". En la puerta estaba Heiji con cara nerviosa y confundida, al igual que su padre, y su madre con cara de tranquilidad muy pero que muy fingida.
-Hola, cielo. ¿Qué tal?
-Bien. Adelante, pasad.
Entraron a la casa y pregunté.
-¿A qué se debe esta visita?
-Eso me gustaría saber a mí.  -dijo el padre de Heiji.
-Los he llamado yo  -salió mi madre de la cocina -. Id al salón, vamos enseguida.
Se dirigieron al salón y mi madre fue a la cocina otra vez a soltar un paño que traía en las manos.
-Mamá, ¿qué está pasando?
Hizo como si no me hubiera oído y murmuró vagamente:
-Menos mal que mañana ya se acaba la semana y le toca a tu padre fregar los cacharros.
-Mamá no me cambies de tema. ¿Qué es todo esto?
Se giró de repente y me miró.
-No sé, dime tú qué es todo esto, qué te ha pasado con Heiji.
-No me ha pasado nada con él -mentí. Aunque tenía que admitir que me sorprendió que tardara tanto en llegar el día en que se dieran cuenta.
Antes de que pudiera replicarme se oyó un sonido de llaves y acto seguido el sonido de la puerta siendo abierta.
Mi madre salió de la cocina y dijo:
-Querido, pasa al salón, ya vamos -se dio la vuelta y me miró, ya que seguía en la cocina -. ¿A qué esperas? Vamos.
Reaccioné y fui al salón. Me senté en un sillón individual. Heiji y su familia estaban sentados en el sofá grande, mi madre en una silla y mi padre estaba de pie, apoyado en la pared. Aún no me acostumbraba al estilo occidental del salón, ya que habíamos remodelado la casa hacía apenas un par de meses.
-Cariño, ¿vas a decirnos ya qué es todo esto? -se oyó a mi padre decir.
-Sí, por favor. -dijo ahora el padre de Heiji.
-Está bien. Heiji, Kazuha, voy a haceros una pregunta y quiero que seáis sinceros: ¿qué leches pasó el día en el que fuimos al campo?

¡Ahou! ¡MI ahou! {Heiji x Kazuha}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora