Chocamos nuestras copas con Alice y bebimos un gran sorbo de lo que eran nuestras terceras margaritas y ya estaba un poco bajo los efectos de nuestras deliciosas bebidas. Sonaba Heart of glass de Blondie en ese momento y con mi amiga cantábamos y nos movíamos al ritmo. Observé a la gente alrededor, justo detrás de Alice pude notar como dos chicos nos miraban, uno le dijo algo en el oído al otro.
-Hey, creo que algunos traman acecharnos esta noche- Fruncí el ceño y Alice volteó sin disimulo alguno.
-Pido al de barba- Se apresuró a decir, yo la miré molesta.
-Ni lo pienses, no me quedaré sola con el otro- Dije mosqueada. Como odiaba a los buitres. Alice soltó una carcajada.
-No es justo, tu te morreas con Ville todo lo que quieres y yo no he besado a nadie desde que estamos en Helsinki- Se cruzó de brazos haciendo una especie de berrinche. No dije nada más hasta que empezó a sonar Let's dance de Bowie. Varias personas bailaban en la pequeña pista y nos animamos con Alice para hacerlo también.
-If you say run, I run with you- Cantamos las dos en la mano de Alice que simulaba sostener un micrófono y bebimos nuevamente de nuestras bebidas, hasta acabarlas, dejamos las vacías copas en la mesa más cercana y seguimos moviéndonos.
De pronto cuando empezó Roadhouse Blues tuve esa incómoda sensación, la que da cuando alguien te observa y no sabes quién demonios es. Giré sólo para darme cuenta que los mismos hombres que hace rato nos miraban se acercaban hacia el grupo de gente. La maldita Alice de inmediato comenzó a sonreirle coqueta al que le había echado el ojo y me dejó por él, gracias querida amiga. Totalmente ignorada me dispuse a abandonar la pista cuando sentí que alguien me agarraba el brazo.
-Hey ¿A dónde vas?, bailemos- Dijo el chico con toda la confianza del mundo, como si a todas a las que le decía aquello debían aceptar. Y bueno, de echo el muchachote no estaba nada de mal, tenía el cabello engominado hacia atrás y unos grandes ojos azules iluminaban su rostro. Vestía una chaqueta de cuero negra y su semblante era atractivo. Aspiró de su cigarro mientras esperaba una 'respuesta' de mi parte.
-No gracias, iré por una cerveza- Él agachó el rostro sonriendo y sin mirar atrás me fui directo a la barra.
Taciturna me quedé ahí sentada en un taburete, bebiendo solitaria y viendo como mi, ahora no tan querida amiga bailaba de cerca con el barbudo.
Bonita forma de pasar la noche y... ¡apenas eran 1:15!.
-¿Siempre eres así de amarga con la gente en los bares?- Escuché repentinamente a mi lado, el engominado sonrió de lado y se sentó junto a mi.
-Puedo ser peor- Respondí sin expresión, él me miraba, en cambio, con total interés.
-Nathan- Estiró su mano hacia mi. Por ciertas fracciones de segundos pensé en no responderle pero vamos, entretenerme en una estúpida conversación con este chico no me caería tan mal después de todo.
-Juliet- Estreche su mano fugazmente. Sonrió triunfante.
-¿Eres inglesa?- Asentí -¡Yo también!, es agradable encontrarse con gente que hablé tu mismo idioma de forma más fluida, a veces enloquesco al tratar de comunicarme con la gente de aquí- Torció el gesto.
-Me pasa, a veces- Solté casi riendo y bebí de mi botellín.
Pasó como media hora y bueno, al parecer estaba medio equivocada con aquel chico, no mostraba mayor interés que en conversar y dejé de sentirme incómoda luego de un rato. Me contó que viene de Liverpool y otras cosas más que no recuerdo, estaba algo ebria. De pronto apareció Alice y el barbudo, se sentaron en los sofás junto a nosotros, porque nos habíamos trasladado ya, y ella me sonrió radiante. Me pidió que la acompañase al baño así que la seguí.
