Capítulo 2.1 Estado Alterado de Conciencia

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No fui del todo sincero con mi padre. Le conté todo lo que recuerdo estando consciente, todo hasta la última imagen que mi cerebro captó en ese estado: la pantalla de la computadora de Henry mostrando la ubicación de las víctimas potenciales. Después de ello hubo un apagón en mi cerebro y cuando nuevamente recobré la conciencia me hallaba ante una realidad completamente distorsionada...

Es como si hubiese despertado en todo sentido, experimenté una lucidez que jamás había tenido, de momento todo tenía sentido, podía ver dentro de mi mente, mirar literalmente mis pensamientos, y casi podía ver el pensamiento de quienes me acompañaban, sentia que la percepción extrasensorial siempre hubiese sin que estuvieramos concientes de ello, algo como una red de frecuencias que viajaban por el aire y que era posible captar a voluntad, una bella fraternidad que experimentaba la verdadera libertad de una fuente inagotable de sabiduría ahora se hallaba frente a mi plenamente, tuve la sensación de un imaginable poder, sentía que conocía todas las respuestas, la razón por la que todos actuaban cómo lo hacían. Deseaba que todo el mundo pudiera experimentar lo que yo y solo entonces, estaba seguro, que la humanidad conocería la verdadera paz.

"Paz" nunca antes me detuve tanto por la belleza de una palabra. Paz era para mí la más hermosa de las expresiones humanas, y el estado absoluto de dicha, "PAZ" tan solo mencionarlo era algo en verdad reconfortante, por unos breves instantes mi mundo era perfecto.

Por desgracia esos sentimientos de felicidad fueron efímeros y me abandonaron a los pocos minutos de haber comenzado. Mi mente seguía en sobremarcha, pero ahora era algo caótico, supe entonces que el conocimiento de este estado alterado de conciencia era lo que utilizaba el gobierno para manipularnos, me resultó evidente lo fácil que es inducirlo mediante toda clase de artilugios mediáticos empleados en la proscripción digital, los aparentes "mensajes ocultos" que recordaba haber visto en la televisión de momento me resultaban tremendamente notables y comprendí que los agentes inductores como el Daturex no es eran que simples catalizadores. Antes creía estar consciente del engaño en el que hemos caído y que todo era una simulación para mantenernos en un estado de imbecilidad permanente, pero ahora me atormentaba la incertidumbre ante los límites de la manipulación a la que habíamos sido sometidos por años, me sentí enormemente vulnerable e impotente, un rabia inexplicable se apoderó de mi y comencé a experimentar deseos de venganza, destrucción, y necesidad de ejercer violencia...

Julián y Henry, parecían disfrutar la experiencia, no mostraban señas de experimentar una ansiedad como la mía, más bien se comportaban bastante eufóricos, como si celebraran una hazaña o triunfo, era extraño pero sentí mucha empatía por sus emociones y aunque no sabía la razón, era obvio que todo el tiempo fui partícipe de lo que sea que hayamos estado haciendo. Lo último que recuerdo es que instintivamente me limpié las manos en el pantalón, entonces todo se apagó de nuevo.

-Hijo, espera, ¿A dónde vás? ¡Victor!

Perturbado subí corriendo a mi habitación y rebusqué entre mi ropa sucia. Mi mayor temor se convirtió en certeza al descubrir un par de manchas de sangre en la parte trasera, ambas muy semejantes y en cada lado de la prenda. Palidecí de inmediato y caí sentado al piso, mi cuerpo se paralizó por varios minutos mientras mi mirada se perdía en el vacío.

El único pensamiento que tuve es que esos quizás serían los últimos momentos que experimentaría la libertad, incluso en un mundo de engaños como este, irónicamente mi "libertad" era todo y lo único que deseaba no perder.

Fractallia 2.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora