1

83 3 0
                                    

Un día como cualquier otro, un día más para vivir supongo, otro día en el que escucho a mi madre irse al trabajo y actuó como si no pasará nada, otro día más para ir al colegio y ver a toda esa gente molesta, y si creo que es un día normal, solo espero que termine rápido, como siempre.

Luego del colegio regreso a mi hogar, como de costumbre subo a mi habitación y si, es costumbre que nadie me pregunté sobre mi día a día, colocó mis cosas en la cama y salgo por la ventana para sentarme en el techo, me gusta ver el atardecer, en pocos segundos se hace de noche y como mañana no tengo clases puedo quedarme hasta tarde, solo espero no dormirme, sonrió ante mi pensamiento cuando escucho el ruido de un auto detenerse en la casa de al lado, es una casa igual a la mia sólo que con piscina y ventanas más grandes, al parecer ya tengo vecinos nuevos, solo espero que no sean tan ruidosos o de los que te tiran la basura en el jardín, no husmeo más y entro a mi habitación para recostar me y tratar de dormir, okey Tyler mañana es otro día, no es importante pero tal vez lo sea.

Al día siguiente me encuentro desayunando con mi madre ya que hoy no trabaja y se quedó charlando conmigo, hace mucho no teníamos charlas así, por un momento creí que se me iba a salir la leche por la nariz cuando me contó un chiste sobre su compañero de trabajo bailando como Beyoncé en los baños del hospital. Y si, mi madre dirige un hospital, es una mujer amable y pasiva, aunque tiene su lado autoritario, es una mujer fuerte en pocas palabras. Luego de la platica mi madre se despide con un beso y se va al super, no puedo creer que hoy hará la cena, creo que comienzo a ponerme feliz, dirijo mi mirada hacia abajo y veo al pobre Tebby brincando, el hace eso cuando quiere hacer del uno, es un buen perro, un animal algo grande debo decir, su raza es de las de mayor tamaño, no puedo creer que a sus seis meses ya mida lo mismo que la isla de la cocina, cuando salimos al jardín de enfrente veo que la mudanza de los vecinos ya comenzó, al parecer es una familia pequeña, ahora veo como una señora de, creo, casi la misma edad de mi madre se acerca a saludarme.

-Hola hijo, mi nombre es Elizabeth Casta, solo quería preguntar si tu madre se encuentra en casa - su voz es tan dulce y su apariencia tan delicada y refinada, que bella mujer.

-Oh, yo soy Tyler y...Em...pues acaba de salir señora y... - me interrumpe.

-Oh, no te preocupes corazón, luego nos ve... - de pronto alguien la llama desde el camión de mudanza.

Cuando dirijo mi mirada hacia la fuente de esa voz puedo ver a una chica rubia, cabello hasta un poco más abajo de los hombros, muy delgada, una sudadera y unos shorts de mezclilla que están por muy arriba de las rodillas, la bella chica se acerca hasta nosotros y puedo ver sus voluptuosos labios, un collar pegado al cuello con una media luna colgando de el y unos hipnotizantes ojos color miel.

-¡Mamá! ¿Dónde debo poner está caja? Está pesada ya me canse - dice con una voz algo gruesa.

Un minuto...

Esta chica, es algo plana...

Ay dios...

-Adam, hijo, te presento a nuestro vecino, se llama Tyler - decía la mujer mientras se dibujaba una sonrisa en su rostro.

-Oh claro, hola...soy Adam - dijo seco mientras volvia a lo que hacía.

-A-ah e-es un placer y-yo soy T-Tyler... - Creo que nisiquiera me escucho.

-Disculpa lo, él es así y esta algo cansado - se disculpo su madre.

-Todo esta bien señora, con permiso - respondí.

Por otro lado me fui adentro de casa, quería pensar en lo que había sucedido, en la forma en la que pude describir a Adam, ese chico tan...¿lindo? Nunca había relacionado esa palabra con un ser masculino pero esque a simple vista se ve como una chica, su corte de cabello, sus rasgos faciales, esos carnosos labios, sus curvas tan femeninas, dios, ese chico esta super sexy, no puedo recistir la idea de él y yo haciendo cosas malas. Veo hacía abajo y tengo un pequeño problema en mi pantalón, doy un gran suspiro y me recuesto en el sillon pensando si hacer lo que tengo en mente para calmar mis hormonas o no, cuando comienzo a tocarme escucho la puerta de enfrente abrirse y caigo al suelo sin previo aviso.

Atomic Blonde Donde viven las historias. Descúbrelo ahora