Atomic Blonde

18.

Luego de una larga siesta juntos, Adam, Tyler y Karl emprendieron su rumbo hacia el centro comercial. Karl se la había pasado todo el trayecto en la parte trasera del auto de Tyler hablando con su novio, al ojiazul le parecía muy graciosa la charla pero a Adam le parecía exasperante, tanto que se colocó los auriculares para dejar de escucharlo hasta que llegaran al centro comercial.

Tyler detuvo el auto en unos semáforos porque la luz roja lo indicaba, bendita luz pensó él porque en esa fracción de minutos volteó a ver a su novio que estaba recargado contra la ventana de la puerta, mirando al exterior, sumido en sus pensamientos y mirando a lo lejos, el último rayo de luz del atardecer le daba en el rostro, sus ojos se veían casi amarillos de lo claro que estaban. De pronto un fuerte sonido de claxo proveniente de algún auto atrás de él lo sacó de sus juveniles pensamientos, ambos hermanos lo miraron con interrogación en sus rostros, Tyler, por lo pronto puso en marcha el coche, estaba todo sonrojado - mierda, parezco un mocoso de quince años comportandome de este modo - pensó el ojiazul.
Cuando llegaron al fin a su destino, estacionó el vehículo y salió con los hermanos camino al interior del edificio, Tyler se percató de cómo unos chicos que venían de frente vieron a Adam de una forma un tanto inapropiada, el rubio se acomodó el cabello en una coleta, levantando ambos brazos y logrando que se levantara un poco el suéter que traía, haciendo así que parte de su cintura quedara a la vista, estos mismos chicos que aún seguían mirándo al rubio comenzaron a gritar guarradas, entonces fue cuando Tyler perdió los estribos y se dio vuelta confrontando los y mirándolos con odio.

- Oye imbecil, mejor regresa al kinder y déjate de estupideces ¿si? - el porte amenazante del ojiazul los impacto un poco pues Tyler era alto, algo fornido, de voz gruesa, alguno que otro tatuaje al descubierto y esos ojos azules que tan intimidantes eran. Los chicos siguieron su camino al igual que Tyler, Adam ni siquiera se había percatado de la situación pues aún tenía los audífonos puestos y Karl si, el lo miró con algo de orgullo y aprobación, hasta le levantó el pulgar.

Una vez adentro del centro comercial comenzaron a ver las vitrinas de los locales de ropa, Tyler se sentía un poco exasperado ya que todo mundo miraba a su novio, llamaba tanto la atención que era imposible disimular que lo estaban observando, hasta una chica que lo seguía en Instagram se acercó al rubio a decirle que era realmente hermoso y que si podía ser el novio de su hermano, el ojiazul estaba comenzando a perder la paciencia así que comenzó a concentrar sus chacras y mantener la paciencia. Entraron a un local de ropa llamado Lacome, porque Karl vio algo que le gustó y quería medirselo, entraron los tres y comenzaron a ver por separado, Karl se fue a los vestidores, Adam estaba sentando en un sofá del lugar mirando su teléfono y Tyler estaba mirando alguna que otra camisa, cuando de pronto sintió un delicado toque en su hombro.

- Oye...¿podemos hablar? - pregunto el rubio con la mirada hacia abajo y los brazos semi cruzados.

- Claro, ¿qué se te ofrece? - Tyler no se dio cuenta de lo brusco que sonó, así que el rubio comprobó sus sospechas.

- Si estas enojado o algo te molesta, por favor dímelo - Tyler entendió que sus celos eran evidentes y se sonrojó un poco.

- ¿Qué? ¿Quién te dijo que lo estoy? Para nada cariño, me siento bien - en la mente del ojiazul todo había sonado con tono de broma y despreocupación pero en realidad todo sonó a sarcasmo y humor agrio.

- Me lo dijo tu cara, hace rato que estás con esa mirada de asesino, es como si le fueses a saltar a la yugular a alguien en cualquier momento - Adam trató de cambiar un poco el ambiente pesado que se sentía con una pequeña broma pero el ojiazul no lo tomó tan bien.

- ¿O sea que te parece gracioso, no? Y pues claro si despues de todo te encanta que te vean de esa forma, como si anelaran tocarte - y así fue como el ojiazul perdió la cordura, Adam comprendió que no estaba de humor y fue mala idea lo de la bromita.