¿De qué te ríes?

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De pronto recordé que Simmy me dijo que Stephan no hablaba mucho y que venía de Italia. Igual Simon habla italiano, recuerdo que el año pasado Brittany algo de que él en primaria hablaba mucho italiano para hacerse el listo en su clase. Entonces nada, adiós a la sarta de expectativas que pensé cuando estaba en el pasillo con Stephan. Ni es raro, ni tímido, ni nada. Tan solo, no domina nuestro idioma.

De repente Simmy le lanzó una bola de papel a Simon y éste se giró. Adiós a la vida. Se quedó mirándome y sonrió, o al menos eso pensé hasta que alcé la vista menos de medio segundo para verle mirando hacia Simmy sonriendo con una sonrisa de bobo. La misma sonrisa que pongo yo cuando le miro a él, lo cual explaya sin mucho detalle la situación...

Siempre había escuchado rumores acerca de Simon y cualquier chica que se le acercase, por eso pensaba que la mayoría de chicas de este instituto eran unas putas, así, claramente.

Aunque por muchas cosas que inventaran sobre Simon, yo nunca le vi como un chico con pareja, de todos su grupo de amigos, creo que es el único sin novia. Donnie decía que le gustaba ir de flor en flor, pero él no es una abeja, aunque si lo fuera no me importaría que me picara...

¿Qué coño dices? Estate atenta a la clase. No puedo, miro al frente y veo un hermoso humano esculpido por los dioses griegos, y eso no me ayuda a concentrarme....

Me quedé mirando hacia mi lado derecho para ver a un grupo de incultura estando más atentos a su teléfono móvil que de la profesora. Si hubiera un terremoto ahora mismo no creo que les importara mucho... ni siquiera creo que se dieran cuenta. ¿Y esta es la nueva generación del siglo llena de talentosos dispuestos a cambiar el mundo? Me pregunto que futuro desolador nos espera, si a estos les quitas el móvil se arrastran cual sabandijas desesperadas para conseguir uno nuevo.

Me fijé en la chica que había a mi lado, esa tal Lia. Parecía una chica normal si la veías por la calle, pero tenía unos ojos apagados por mucho café que contuviese la mirada para intentar disimularlo.

Miraba hacia su bolígrafo como si estuviera hecho de puro oro, como si toda su atención se centrase en un bolígrafo medio mordido de la tienda de la esquina. Tenía la misma mirada perdida que tenía yo cuando me quedaba pensando en todo lo que estaba pasando a mi alrededor. Esa mirada de querer desaparecer de este mundo... para siempre. Dios, que deprimente me he vuelto. Me da depresión mi estado de depresión.

Me quedé durante un tiempo pensando en estupideces que pasaban por mi cabeza, y si un tema deprimente pasaba por mi cabeza, intentaba sacarlo tan solo mirando hacia delante. Hacia ese perfecto cuello... ¡Las ganas que tengo de acariciar ese cuello! Empecé a hacer como que acariciaba la mesa con los dedos por la ilusión, y poco después, paré al darme cuenta de lo estúpida que me veía de nuevo.

A los dos minutos aproximadamente de lo sucedido el timbre sonó y la mayoría de personas se dirigieron al comedor, al recreo, a la biblioteca... Donde fuera que quisieran pasar la media hora libre para almorzar.

Todos menos el grupo de detrás de mí, Simon, Brittany, Donnie, que menos el último, estaban todos delante de la puerta conversando y parece que sin intención de dirigirse al comedor.

Brittany hablaba fuera con la profesora sobre no me interesa qué, pero claramente lo hacía por peloteo puro y para subir nota. Lia decidió cambiar su vista aburrida de un bolígrafo a la de una ventana que daba al patio trasero del colegio, eso sí, continuaba jugueteando con el bolígrafo.

-Oye... Lia, ya es la hora de comer. -dije, vacilando un poco.

Me miró y le vi la cara de frente por primera vez. Era preciosa. No tenía imperfecciones en la cara menos un par de ojeras, sus ojos marrones brillaban más que nunca al mirarme. Tenía los labios muy cortados y heridos, pero carnosos.

[SAVE ME] (Provisional)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora