Abstente a las consecuencias.

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-¡Donnie! ¿Qué te ha pasado? ¿Qué te...? -pausó repentinamente y se giró para dirigirse a mí con los ojos llorosos. Y por primera vez vi a la Brittany confusa en busca de explicaciones de doce años cuando su tía tuvo que decirle que no podrías volver a ver a sus padres nunca más.

Recordé que lo único que le quedaba a Brittany era su hermano. No tenía nada más. Y también recordé que Brittany, como todo el mundo era humana, y que esa fachada de arpía peligrosa la que únicamente le atormentaba qué laca de uñas usar cada semana, no era más que eso, una fachada. Y ella también tenía más problemas de los que parecía.

Que detrás de "Britty la pelirroja" se escondía Brittany, la chica que se pasó más que años llorando porque añoraba las risas de sus padres y se preguntaba porqué no se podían haber despedido con algo más bonito que un simple: "Adiós cariño, te quiero".

Pero como cada lección que te da la vida, puedes hacer dos cosas; o te quedas llorando culpando al mundo de tu desgracia, y tratando a los demás como si fueras imbécil, o levantarte y tomarte eso como una experiencia que te ha marcado, y te ha hecho más personas. Y de los dos hermanos, se nota quién ha elegido qué.

Me quedé pensando en eso, y en una respuesta lógica que darle cuando, en un abrir y cerrar de ojos, me encontraba contra la pared con una Brittany sacando humo por las orejas cogiéndome del cuello.

-Ahora mismo me vas a decir qué ha pasado. -dijo con un tono frustrado, como si intentara que todas esas lágrimas que estaban a punto de brotar de sus ojos verdes permanecieran en su interior. Sus largas uñas se estaban clavando en mi cuello.

-Ella no tiene la culpa. -mintió Donnie y Brittany miró hacia él.- Tan solo estaba andando y me caí al suelo porque una mesa...

-Se ha metido en una pelea por mi culpa. -dije sintiéndome culpable.

Siempre se me ha dado mal mentir, incluso cuando falsificaba las notas de matemáticas mi madre se daba cuenta, y aun el regio esfuerzo que le ponía para que no se notara, mi cara lo decía todo. Si se me da mal mentir a mi madre, ¿cómo no se me va a dar mal mentir delante de unos ojos de felino penetrantes como los de Brittany?

Ella me miró entrecerrando los ojos, frunciendo el ceño y se acercó aún más a mí haciendo que mi corazón se acelerara. ¿Qué me iba a hacer?

De repente, se alejó de mí para sentarse en la silla delante de la camilla, la cual usé hace poco para sentarme. Seguro que si supiera que me senté se levantaría de golpe.

-¿Qué ha pasado? -dijo lo más calmada posible mirando a su hermano con una mirada cálida.

-Ella se lo está inventando, no ha pasado nada. Tranquila. -dijo pasando una mano en su hombro.

-¿Por qué iba a inventarse algo así? ¿Porque quiere acabar en el hospital o qué?

-A ver... -dije adelantándome a la posible estupidez que iba a decir Donnie y le conté lo que pasó acabando con una disculpa.

Al terminar, me di cuenta de dos cosas: de que había tardado lo suficiente para que Donnie se encontrara mejor y de que los ojos de Brittany desprendían un fuego atronador. Si las miradas matasen...

Sin decir ni una palabra, Brittany decidió tensar el ambiente y me cogió de los hombros embistiendo mi cuerpo contra la pared. Me sentí impotente durante unos segundos, pero oculté todo el miedo que sentía imponiendo una mirada desafiante. ¿Por qué, si todo esto ha pasado por mi culpa? No lo sé, ya no quería que Brittany siguiera pisoteando a la gente como si fuera su felpudo, empezando por mí.

-¡Britty, OUT! -dijo chillando tanto que por unos tonos más su voz habría pasado de ser un grito de macho a un gallo de adolescente.

Brittany me soltó de golpe ignorando mi cara desafiante. Me soltó como si se le hubiera encendido la bombilla, como si acabara de ser consciente de algo y desapareció de la habitación sacando humo por los poros. Se notaba que se dirigía a algún sitio.

[SAVE ME] (Provisional)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora