Estábamos en la barra de la discoteca Paula, Gareth y Álvaro charlando.
--Lucía, ¡vamos a bailar!-- Me dijo Paula cogiéndome de la muñeca y me llevó a la pista.
Empezamos a bailar con nuestras copas en la mano.
--¡Lucas, guapo!-- Grité yo riendo junto a Paula.
--¡Guapa tú!-- Dijo el, que estaba borracho y nos reimos sin parar.
Sergio se acercó a mi y me llevó hasta afuera de la discoteca.
--Lucía, voy a dormir en la casa de Isco,¿vale? Te quedas sola en casa, no la vayas a quemar.-- Me dijo riendo.
--Sergio por favor, no voy a hacer nada.-- Dije yo y el me abrazó.
--Ten cuidado, y no bebas mucho.-- Me susurró al oido y se fué junto a Isco.
Me quedé fuera mientras revisaba mi móvil.
Un chico que iba de negro se me acercó.
--¿Qué haces por aqui sola?-- Dijo aquel chico.
--¿Perdona?-- Dije yo extrañada.
--Venga, ¿te vienes a mi casa y seguimos hablando allí?--
--No me voy a ir contigo.-- Dije y el chico me cogió del brazo con fuerza.
--¡Suéltame!-- Grité intentando soltarme.
El chico me ignoro completamente y me llevó hacia su coche.
--Te a dicho que la sueltes.-- Dijo Álvaro mirando a aquel chico.
--¿Que eres, su novio?-- Dijo el chico parado, pero todavía sugetándome.
--¡Te e dicho que la sueltes!-- Dijo Álvaro de nuevo dándole un puñetazo en la cara.
El chico me soltó para llevar su mano a donde le había dado Álvaro.
Le dió otro puñetazo a Álvaro, que empezó a sangrar por la nariz, pero no le importó ya que le devolvió el puñetazo y empezaron a pelearse.
El chico se puso encima de Álvaro y empezó a darle muchos puñetazos seguidos, hasta que paró y dejó a Álvaro en el suelo sangrando por todos lados. El chico se levantó y me miró
--Bueno, vente conmigo.-- Dijo mientras venía hacia mi y Álvaro le dió una patada en el punto débil de todos los hombres, dejándole tirado en el suelo.
Me cogió de la mano y salimos corriendo hacia donde estaba su coche, y cuando llegamos nos paramos.
--Álvaro, te a dejado destrozado.-- Dije quitándole con mi dedo un poco de la sangre de su nariz.
--Tranquila, no es nada, no permitiría por nada del mundo que ese imbécil te hiciera algo.--
Le abracé y comencé a llorar en silencio en su hombro.
--Muchas gracias Álvaro, si no fuera por ti no sé donde estaría yo ahora, gracias de verdad.--
--De nada tonta, venga, sube que te llevo a casa.-- Dijo secándome las lágrimas
Me monté en el asiento del copiloto y Álvaro en en del piloto.
Empezó a conducir hacia mi casa y pasamos todo el camino en silencio.
Al llegar, Álvaro salió del coche y abrió mi puerta, dejándome salir y me acompañó a la puerta.
--Adiós Lucía, y tranquila que nunca más te va a pasar nada parecido, porque yo no lo permitiré.--
--No no, Álvaro quédate por favor, no quiero estar sola, mi hermano no duerme aquí.--
--Está bien.-- Me dijo y abrí la puerta.
Entramos y el se quitó la chaqueta, sentándose en el sofá.
--Espera aquí, que voy a coger las cosas para curarte las heridas.-- El asintió con la cabeza.
Fuí a coger las cosas para curarle y al rato volví al salón.
--Te va a doler, pero se soporta.-- Le dije sentándome en la mesa enfrente suya.
Empecé a curarle el labio y el se quejó un poco. Al rato le curé todo y guardé las cosas.
--¿Yo dónde voy a dormir?--
--Conmigo, cabemos los dos perfectamente en mi cama, pero contrólate.-- Le dije y nos hechamos a reir.
--Tranquila, lo haré.--
--Pero no le digas nada a mi hermano, si no te va a matar.--
Álvaro asintió y subimos a mi habitación y mientras el se quedaba en boxers, me giré y me puse mi pijama. Nos tumbamos en mi cama y Álvaro puso su mano en mi cintura.
--Buenas noches Lucía.--
--Buenas noches.--
Narra Álvaro.
Llevaba dos horas sin poder dormir, no entendía cómo podían hacer algo a una chica tan indefensa como Lucía.
Eran ya las cuatro de la mañana y noté que Lucía se movía más de la cuenta, la miro y veo que está sudando mucho.
Iba a despertarle cuando empezó a hablar en sueños.
--No, Álvaro por favor, yo te quiero.-- Dijo casi llorando.
Estuve asimilandolo durante unos segundos y decidí despertarle.
--Lucía, Lucía.-- Le dije mientras le daba unas palmaditas en la cara sin hacerle daño.
Se levantó y lo primero que hizo, fué abrazarme.
--Álvaro, e tenido una pesadilla horrible.-- Dijo y yo le acaricié el pelo.
--Ya pasó Lucía, tranquila.--
(...)
Narra Lucía.
Estabámos desayunando Álvaro y yo viendo los deportes y salió en las noticias que él lo acababa de dejar con su novia, Alice Campello.
--¿Lo acabáis de dejar?-- Pregunté mientras le daba un mordisco a mi tostada.
--Sí, me engañó con otro, pero la verdad yo la iba a dejar, estaba loca.-- Dijo y soltó una risita.
-¿De verdad?--
--Sí, hacía cosas rarísimas.--
Terminamos de desayunar y el se fué a su casa y yo me quedé viendo la televisión.
A las dos y cuarto se abrió la puerta de casa y entraron Sergio y Pilar con dos pizzas.
--¡El almuerzo Lucía!-- Gritó Sergio dejando las llaves.
--No le grites Sergio que está aquí al lado.-- Dijo Pilar y las dos nos reimos.
--Hostias es verdad.-- Dijo mi hermano y nos reimos más todavía.
Nos pusimos a comer las pizzas y les conté lo que me pasó y lo que hizo Álvaro, también que durmió en casa pero les dije que durmió en el sofá.
--Tranquila Lucía, no volverá a pasar.-- Dijo mi hermano y nos abrazamos los tres.
Estubimos toda la tarde viendo películas en el salón hasta las diez de la noche. Como Pilar no trabajaba hoy, fuimos los tres a cenar al Burger King y después nos fuimos a la casa a dormir.