Había pasado ya un año desde que Álvaro y yo estábamos saliendo, eramos muy felices y ya vivíamos juntos.
Álvaro se estaba bañando mientras que yo estaba viendo la televisión en el salón, cuando veo que recibo un Whatsapp de un número que no tenía agregado.
''Te tengo vigilada, como no termines con Álvaro, cuidado con las consecuencias.''
Ese era el mensaje que me había enviado, estaba muy asustada y esperé a que Álvaro saliera de la ducha, no tenía ni idea de quién me pudo haber enviado ese mensaje.
Pasaron diez minutos y Álvaro salió del cuarto de baño, a mi ya se me saltaron algunas lágrimas y fuí corriendo a abrazarle.
--¿Qué te pasa cielo?-- Dijo Álvaro mientras me acariciaba el pelo.
--E recibido un mensaje de un número que no tengo diciéndome que me está vigilando y que o corto contigo o yo vería las consecuencias.--
--¿De verdad? Tu tranquila Lucía, será alguna fan loca que habrá conseguido tu número y te querrá meter miedo, no le hagas caso, pero si te envían algo más dímelo.--
--Está bien...-- Dije y nos sentamos en el sofá a ver alguna película para distraernos.
Nos tiramos así toda la tarde hasta las diez de la noche, encargamos una pizza y cenamos.
Durante la cena hablamos de ir al día siguiente al parque de atracciones, y justo en ese momento recibí otro Whatsapp de esa persona.
''Te sigo vigilando, a ti y a tu querido novio, no soy ninguna fan loca, soy una persona que conoce demasiado bien a Morata, y como no le dejes, los dos sufrireis las consecuencias.''
Se lo leí a Álvaro y yo empecé a llorar, si dijo que no era ninguna fan loca era porque nos estaba escuchando. Álvaro me abrazó yo no paraba de llorar en su pecho.
--Tranquila cariño, mañana en el parque de atracciones te olvidarás, por lo menos el tiempo en el que estemos allí.--
Asentí y nos fuimos a dormir ya.
Al día siguiente...
Eran ya las cinco de la tarde y ya estábamos de camino al parque de atracciones. Ibamos de la mano andando, ya que no nos pillaba más o menos cerca de casa y podíamos ir perfectamente andando.
Llegamos y Álvaro y yo nos montamos en unas cuantas atracciones, hasta que me llegan 2 mensajes más de la misma persona.
''Te estoy viendo, puta.''
''Pásalo bien, quizás sea la última vez.''
Ese último, me asusta, ¿debería tomarle importancia? ¿Qué dices Lucía? ¡Nadie tiene motivos para matarte!
--¿Me estás escuchando, Lucía?-- Me dijo Álvaro, al parecer no le estaba escuchando.
--No, lo siento, ¿qué decías?--
--Que si quieres algodón de azúcar.--
-¡Sí!-- Dije sonriendo, adoraba el algodón de azúcar.
El tiempo pasaba y el y yo nos lo pasábamos muy bien juntos, siempre me hacía reír con cada tontería, me da ternura cada beso,le amaba demasiado.
Álvaro empezó a jugar a un juego por un peluche que quería darme, era un peluche de oso, súper bonito.
Y, ganó, me tenía que llevar un peluche morado hermoso, era algo muy bonito de su parte, siempre estaba pensando en mi, es el chico que todas querían tener.