Taís llegaba a su casa cuando vio a su tío tomar su chaqueta y salir acelerado.
—¿A dónde vas? —preguntó la muchacha.
—¡A escribir una nueva historia! —exclamó Rafael emocionado y plantándole un beso en la mejilla.
—Hmmmm... está bien —respondió la joven preocupada por lo que acababa de descubrir.
Cuando Rafael se fue, Taís ingresó a su habitación. Había pasado toda la tarde en casa de Paty y cuando comenzaron una de esas conversaciones de chicas que solían tener y Taís le comentó lo rara que se andaba sintiendo últimamente, bastó que su mejor amiga la mirara a los ojos y entornara las cejas para que Taís entendiera el rumbo que tomaban sus pensamientos.
—¿Cuándo debe bajarte la regla? —preguntó entonces Paty y Taís sintió que el mundo se le abría bajo los pies. Sacó el celular del bolsillo y buscó la aplicación en donde tenía anotado aquello solo para darse cuenta que llevaba dos semanas de retraso.
Y entonces sintió como si estuviera de repente bajo un chorro de agua helada. Se sentó en la cama y le mostró el celular a su amiga, quien se cubrió la boca con la mano en señal de susto.
—¿Qué harás si estás embarazada? —quiso saber Paty.
—No lo sé, no puedo estar embarazada, Paty... ¿Y el ballet?
—No lo sé, amiga... pero... por lo menos sabes que Rodri se hará cargo, ¿cierto?
—Sí... pero no quiero tener un hijo tan joven, Paty —susurró Taís asustada.
—¿Y qué piensas hacer? —cuestionó su amiga confundida.
—No lo sé...
Volvió a su casa perturbada por la idea de imaginarse embarazada. La danza, la universidad... su vida que recién iniciaba se vería completamente afectada. Eso sin contar que no se creía con la entereza ni la madurez suficiente para ser madre aun. ¿Y qué pensaría Rafael? ¿Qué dirían los padres de Rodri? ¿Carolina la apoyaría?
Seguro que la apoyarían, lo sabía... pero no estaba segura de que eso fuera suficiente. Ella no se sentía lista. Pensó en llamar a Rodrigo para contarle, sin embargo no se animó. Patricia le dijo que comprara una prueba de embarazo de la farmacia y se la hiciera en la mañana y eso fue lo que hizo, decidiendo llamar a Rodrigo al día siguiente, si aquello daba positivo.
Se metió a la ducha y luego se alistó para dormir, no tenía hambre ni tampoco sueño, pero estaba cansada, y más que nada quería intentar dormir para no tener que pensar en todo lo que sucedería si el resultado de aquella prueba diera positivo.
Mientras tanto Rafael manejó entusiasmado, sentía que su corazón se le quería salir del pecho y nunca la distancia de ocho cuadras entre su departamento y el de Carolina le pareció tan lejana. Cuando llegó saludó al portero que ya lo conocía y apretó el botón que llamaba al ascensor, pero como este no vino pronto, decidió subir los tres pisos por la escalera. Y entonces golpeó emocionado.
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Lo que tengo para ti © (#3)
Ficción General*** PUBLICADA POR NOVA CASA EDITORIAL - JULIO 2019 *** Dicen que aquello que cuesta es lo que más se valora. El camino no ha sido fácil para Rafael ni para Carolina, el destino y sus propias decisiones los han separado una vez más. Y aunque ya mucho...