Adamantea aún no podía creer lo que estaba sucediendo.
Millones de veces había hablado, leído y oído de lo dioses. Pero esto... Parecía más factible que estuviera soñando. No era sólo la presencia divina lo que la desconcertada, sino todo. La situación misma. Además.. era la primera vez que presenciaba una maldición. Miró a la cabra apenada. Ojalá, una vez terminé todo esto, sea perdonada por los dioses.
-¿Cómo se encuentra?
Cynosura, que durante este último tiempo estuvo tranquilizándola, levantó la mirada al borde de las lágrimas.
-La pobrecita no deja de temblar. ¿Que deberíamos hacer?
-Nada. No podemos hacer nada.
El rostro de Cynosura se puso aún más triste que antes. Contemplándolas Adamantea empezó a analizar lo que les había dicho Gea.
Ella era la lista. Incluso entre los más sabios se la reconocía. No por saber todo, sino por su poder de resolución. Ante cualquier situación difícil mantenía la cabeza fría y la mirada crítica. No paraba hasta resolverlo. Cynosura, era la tierna y sensible. Aunque supuso que debía esconder una gran fortaleza dentro suyo. Después de todo ella seria la "madre" sustituta. Amaltea... Sospechaba que Amaltea era, por así decirlo, la comida. No creía que la metamorfosis fuera algo fortuito. Al contrario, después de todo, la leche de cabra es un alimento muy nutritivo para un niño.
Luego se encontraba la otra joven. No sabía nada de ella. Ni siquiera su nombre. Pero el poco tiempo que compartieron le basto para notar lo diferente que era de todas ellas. Adamantea estaba segura de que escondía algo, y estaba más que dispuesta a averiguarlo. Una vez que despertaba su curiosidad, no se sentía satisfecha hasta saber el más mínimo detalle. Pero ya habría tiempo para eso, después de todo, la ninfa estaba en lo cierto; tenía una semana para averiguar como demonios iba a hacer para esconder al niño dios de su padre.
Primero, lo primero. Tranquilizar al equipo. Extraño, justo después de que le dijeran que no eran un equipo, empezó a pensar en ellas como uno. Cynosura se encontraba sentada sobre una piedra llorando silenciosamente y la Amaltea olisqueaba el suelo y balaba con vehemencia. De hecho, no había dejado de hacerlo desde que la diosa se fue. Por un segundo quiso irse y abandonarlas también. Envidiaba a la otra chica por lavarse las manos tan rápidamente. Con un suspiro se acercó e intentó animarlas.
-Ey, vamos. ¡No es tan malo! Seremos recompensadas al final. ¡Seguro Gea estará tan agradecida que Amaltea volverá a su forma humana!
Ambas continuaron haciendo lo mismo que antes, sólo que ahora la miraban a ella. Luego de unos segundos en silencio, probó de nuevo.
-No resolveremos las cosas si nos quedamos aquí haciendo nada. ¿Qué creen que es mejor? ¿Ponerse manos a la obra y hacerlo bien para recibir una recompensa o hacer nada y ser castigadas? ¿Realmente quieren que la situación se ponga peor? Porque yo no. Así que, qué tal sí..
-¿Qué pasará con el hijo de Amaltea?- preguntó Cynosura. La cabra por fin se calló y miró con interés a Adamantea. Pobre, no sólo era una cabra, era una mujer encerrada en el cuerpo de una. Entendía todo lo que pasaba a su alrededor y no podía hacer nada.
-Estoy segura de que alguien se hará cargo de él hasta que regreses- la consoló con ternura.
El animal se mantuvo en silencio. Adamantea comprendió que antes había estado frustrada, y ahora estaba triste y derrotada. Cynosura le acarició el lomo. Luego se levantó y la tomó en brazos. Era pequeña y liviana.
-¿Qué hacemos ahora?- pregunto poco convencida.
-Ahora debemos investigar todo acerca de Crono.
***
-Es increíble, ¡increíble! ¡Ninguno de estos pergaminos sirven de algo!
-Aquí dice que Crono es omnipresente. Todo lo ve, todo lo oye y todo lo sabe- leyó con dedicación Cynosura.
-Esa información no es de ayuda- mascullo frustrada Adamantea mientras se tapaba el rostro con las manos.
-Beeeeee
-Oh, también dice que gobierna el cielo, la tierra y el mar. ¡Muy bien Amaltea!
-Bee
-¡Lo gobierna todo! ¿Donde se supone que lo esconderemos?
-Tranquila, tienes una semana.
-Lo que dices no me tranquiliza...
Dejo de cubrirse los ojos y miro a su alrededor. Cynosura y ella estaban cubiertas de viejos y olorosos pergaminos y Amaltea, a unos metros, comía los restos de uno que, esperaba, no les servia.
-Amaltea tiene hambre- Observo a su vez Cynosura- tal vez deberíamos tomarnos un descanso.
-Ustedes vayan, yo me quedare a revisar.
-Esta bien- se levanto y comenzó a irse- ¡Adamantea! Tómalo con calma ¿si? Se que estamos justas de tiempo pero.. a veces la respuesta llega a ti si dejas de buscarla por todas partes.
Adamantea asintió y volvió a sumergir la cabeza en los escritos. Tenía que resolverlo rápido. No era cuestión de encontrar una solución y punto, había que llevarlo a cabo. El refugio no estaría esperándolas, no era un acertijo. Ella debía construirlo, todo en una semana.
Luego de unas horas su cerebro se sobrecargo de información inservible, sus ojos se cansaron y las palabras dejaron de tener sentido. Apoyo la cabeza contra un montículo de papeles y lo siguiente que supo era que había oscurecido. Suspiro deprimida. Como se suponía que traquilizaria a las demás si ella misma no sabia que hacer.
Se levanto y miro distraídamente el pergamino sobre el que había estado durmiendo.
...la gran diosa madre Rea, como representante del matriarcado, se encuentra siempre en estrecha relación con el culto del árbol. El árbol es la fuente abundante de la fecundidad y, por ello, Rea está representada junto a una planta simbólica o debajo del Árbol de la Vida. La relación diosa-árbol es la expresión de un simbolismo central. La gran diosa es la personificación de la fuente inagotable de la Creación. El árbol expresa el espacio en su regeneración eterna. El árbol es también centro del mundo, la axis mundi. Es el árbol de la vida eterna o de la sabiduría...
-Centro del mundo... ¡Centro del mundo! Eso es, ¡los arboles!
-Bee
-¡Amaltea! ¡Cynosura! Lo tengo. Son los arboles.- Ambas se acercaron a su llamado y la contemplaban con espectante alegría.
-¿De que estas hablando?
-¡El centro del mundo! Crono gobierna cielo, mar y tierra, pero no a los arboles. Los arboles son el centro. No perecen a ninguno de esos reinos y, por lo tanto, son invisibles a Crono.
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Zeus - EN PAUSA
Ficção Geral¿Sos un amante de la mitología? ¿Nunca te preguntaste que pasaba entre un mito y otro? ¿Cómo se desarrollaba la historia? ¿Cómo fue que Zeus creció y se convirtió en el gobernante del Olimpo? Esta historia personalizada esta basada en los mitos g...