Capítulo 7

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Dos de la mañana,  siete cervezas,  dos botellas de vodka, cuatro copas de tequila, cinco más bien, el líquido caliente desciende por mi garganta, con cada copa su sabor es más dulce que el anterior.

-Ohh, no seas así Bob. Todavía estamos bien, ¿cierto chicas?- dice la rubia haciendo pucheros al barman.

-No chicas, ya han tomado suficiente- dice Bob, divertido mientras niega con la cabeza - ya casi ni pueden caminar.

-Eso es una gran mentira, mírame, mírame- dice Jessy caminando en pequeños círculos cerca de la barra. Se tambalea un poco, pero solo un poco- estamos excelentes, viste.

-A qué podemos hacer el cuatro con las piernas. Ven Savannah- dice Perrie estirando la mano para que la coja pero antes de que la pueda tomar, Jessy intentando hacer el cuatro se cae y con ella Perrie. Bob y yo nos reímos hasta casi quedarnos sin aire.

-¡ZAYN! ¡ZAYN!- grita Jessy- ¡TU NOVIA QUIERE CONMIGO, SE ME TIRA ENCIMA Y TODO!- Zayn nos ve y niega con la cabeza mientras ríe, por mi parte imito la acción de Bob, reírme. Se levantan del suelo con torpeza y se posicionan de nuevo a mi lado, sentándose en los taburetes.

-Vamos Bob, esta noche estamos felices, danos alcohol- él me sonríe y niega.- Oh vamosssss, Si si si si. Porfa, di que sí.- insisto y la suelta una carcajada, la gente de alrededor nos mira como bichos raros.

-Siento mucho decirles señoritas,  pero no. De todos modos ya vamos a cerrar.- dice y nos sonríe, todas las 3 hacemos pucheros cual niña de cinco años a la que no le quieren der un dulce. Vuelve a reír.  Bob es un buen amigo nuestro,  aquí todos nos conocemos de mucho tiempo atrás.- Esta bien pero el último, oyeron.

-Yeyyyyy- grita la morena, el vuelve a reír y nos sirve nuestras copas. Nos las tomamos de un solo trago.

-¿Sabías lo sensual que te ves rogando?- susurra en mi oído,  con voz más ronca de lo usual. Muerde el lóbulo de mi oreja y mi piel se eriza automáticamente.

-No lo sabía- digo y mi voz me traiciona, lo siento sonreír en mi cuello.

-Yo quiero que tú me ruegues- aparta mi cabello, poniéndolo al lado izquierdo para que no le estorbe, su respiración es pesada sobre mi cuello- Me encantaría que me suplicaras que te tocara… que te cogiera justo aquí- doy gracias que estoy sentada porque mis piernas se sienten como gelatina.- Te podría hacer tantas cosas- susurra- tantas- recalca y mis músculos inferiores se contraen, mi sangre se siente caliente en mis venas, da unos cuantos pequeños besos en mi cuello.- solo tienes que pedir cariño- Me gira en un hábil movimiento, para ver su hermoso rostro, sus labios están entreabiertos y sus ojos mieles chispeantes de excitación.

-Creo que este nos es el lugar adecuado- digo y el me da de vuelta una de sus usuales sonrisas torcida.

-Existen baños,  y... no necesitaré mucho tiempo si sigues mordiéndote el labio de esa manera- inconsciente de mi acción lo retiro de su prisión.-Mi departamento está a unos 10 minutos de aquí.

-La idea suena aún más tentadora en mi cabeza. Pero entonces recuerdo. Mierda- están tu tío y tu primo.

-Te tapare la boca si es necesario- Oh Dios,  ¡Que calor! se abanica la fierecilla. Aunque con más tragos de los necesarios en mi cabeza, soy consciente de no querer que nos descubran como sucedió la semana pasada.

-¿Qué tal si mejor vas mañana a mi casa y salimos a comer?- digo pasando mi mano por su pecho- y de ahí miramos que hacemos,  ¿te parece?- mi mano llega al borde de sus Jeans y sus ojos se cierran por un momento.

-Me parece- afirma,  bajo mi mano un poco más, rozando la cremallera y el bulto prominente, Justin pone su mano sobre la mía y la sube lentamente devuelta a su pecho- No voy a poder llegar ni al baño si sigues así- me dedica una mirada pícara y yo río.  Me da un cortó beso en los labios- Te llevo a casa- fue más una afirmación que una pregunta, me ayuda a bajar del taburete, encaminándonos hacia la puerta del bar, busco con la mirada a los chicos y no los encuentro por ningún lado, tal parece que Justin se da cuenta- están afuera esperándonos- En que momento salieron, Oh cariño,  podría pasar un huracán a tu lado y no te darías cuenta si estas con él, mi subconsciente dice con veneno en las palabras, y pensar que estaba pidiendo que no lo dejará ir hace unas horas. Yo creo que cuando regrese a Boston iré donde un psicológico.

Furor Al AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora