Capitulo 25: Supervivencia

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Ok, estamos aqui, en lo personal a mi me gusta mucho la narrativa de este capitulo, es muy buena, hasta yo me sorprendí de lo bien que me quedo, dejando eso de lado hablemos de temas mas serios.

Advertencias: Si eres una persona sensible, facilmente traumatizante o se te revuelve el estomago por casi cualquier cosa este capitulo NO es para ti, su contenido puede ser ofensivo y enfermizo para algunos lectores asi que por favor, se recomienda discrecion al leer.

Este capitulo no fue esrito para cualquier tipo de persona.

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Frio. Gélido. Helado. Congelado. Glaciar.

Todos sinónimos de lo que mi cuerpo sentía. Bajas temperaturas. Demasiado bajas para ser exactos. Me trato de remover un poco pero no logro mucho, mucho menos con lo tenso y rígido que esta mi cuerpo, trato de abrir los ojos y una luz incandescente me obliga a cerrarlos de golpe. Joder.

Trato de nuevo de abrirlos, esta vez con más calma y parpadeando de vez en vez para lograr acostumbrarme. Por fin logro abrirlos y me quedo pasmado al divisar con solo un poco de mí vista periférica el lugar en donde estoy. No puede ser ¿Qué paso? ¿Cómo llegue aquí? Me calmo respirando hondo, no puedo entrar en pánico, de ninguna forma, comienzo a forzar mi mente para saber cómo llegue hasta aquí y al poco tiempo lo recuerdo todo. Lucifer, ese maldito vejete, suspiro profundamente y recuerdo las últimas palabras que escuche antes de caer en la inconsciencia. Sobrevivir.

Así que de eso se trata, lo pensó muy bien, espero el momento adecuado para que el frio hiciera parcialmente su trabajo sobre el lago que está en medio de la nada a unos 10 kilómetros de la mansión. Trato de moverme de nuevo pero escucho el crujir de hielo bajo mi peso y esa es la mejor señal para decirme "quédate quieto" ¿Cómo se supone que voy a salir de aquí si este lago ni siquiera soporta mi peso estando acostado? Estando acostado mi peso se distribuye y no se concentra en un solo punto como lo estaría si me levanto, pienso en avanzar arrastrándome y comienzo a hacerlo pero igualmente vuelve a crujir. De nuevo me paralizo y relajo los músculos para entrar en reposo. Mierda.

Me fijo con dificultad en mi indumentaria, chaqueta no muy buena, pantalones, botas, guantes tejidos, camisa manga larga y una mísera bufanda que no hace nada para detener el frio que cala hasta mis huesos, comienzo a sentir como mis dientes tiemblan y chocan entre si haciendo que el sonido resuene en ese lago, mi nariz fría debe de estar de un rojo pálido. Mis músculos por mucho que quiera relajarlos comienzan a tener espasmos, se contraen y relajan a voluntad propia algo simplemente muy molesto.

-Perro-Escucho la voz del viejo que viene de un comunicador portátil del tamaño de un audífono puesto en mi oreja-No te muevas mucho-Desgraciado.

-¿Con que fin me pusiste aquí si es que se puede saber?-Estoy molesto pero me controlo, esta situación es bastante delicada, no puedo darme el lujo de caer al agua, sufriría de hipotermia en menos de 3 minutos y a eso se le sumarian todos los síntomas que puede acarrear ese estado: Perdida del habla, desorientación, problemas de coordinación, perdida de la sensibilidad, lagunas mentales, demencia y por ultimo pero no menos importante muerte por congelamiento. No quiero volverme un cubo de hielo.

-¿No has pensado bien la situación?-Responde burlón-Vamos, eres inteligente, analízalo, piensa en una situación donde tu hayas estado implicado y tenga que ver con tu situación actual-No le replico y me trago mis insultos para pensar sus palabras.

Lago. Frio. Congelamiento... No. Es otra cosa. El hablo de las desobediencias. De principios.

Desobediencia. Principios. Agua helada. Hipotermia. Muerte. Luciano Servato.

"Mi Único Amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora